Asturies 8M, coordinadora regional de los actos, ultima la gran cita de mañana en Gijón, impelida por el grado de unidad alcanzado, y decidida a probar que «las instituciones y la Justicia no siempre nos acompañan, pero la sociedad civil, sí»

No ha habido dos 8 de marzo iguales. Y no, no es necesario remontarse a la implantación del calendario gregoriano, allá por el siglo XVI, para comprobarlo. Desde que, en 1917, se emplease por primera vez esa fecha para festejar el Día Internacional de la Mujer, cada nueva edición ha estado marcada por un determinado hecho, por un avance o un retroceso, por una vuelta a las sombras de la discriminación o por la luz irradiada por un derecho conquistado. Bien, quedan menos de veinticuatro horas para que, un 8M más, las calles del mundo sean tomadas por esa marea ‘morada’ que reclama la plena y absoluta igualdad, a todos los niveles, de hombres y mujeres. También, desde luego, las de Gijón, ciudad elegida nuevamente sede de la manifestación autonómica que, a las 12 horas de este sábado, partirá de la plaza de toros de El Bibio, con la idea de replicar, si no superar, el éxito de participación logrado en la de 2018. Y en la plataforma Asturies 8M, encargada de organizar el grueso de las actividades, son conscientes de que el día de mañana, como los de los años precedentes, no será uno más. El auge de los movimientos de extrema derecha, parcialmente equilibrado por triunfos relativos como la sentencia del ‘caso Rubiales‘, prometen influir en una cita que, bajo el lema ‘Avanzamos imparables. Resistimos dando tira‘, aspira, precisamente, a unificar y a fortalecer la masa feminista de cara a esa gran batalla que, auguran en ella, está por llegar.
«Creo que esa segunda parte de nuestro eslogan, que ‘Resistimos dando tira’, es la que mejor representa nuestra meta de este 8M«, reflexiona Raquel García, portavoz de la plataforma y veterana en la liza reivindicativa. Tanto, que ella misma, como sus compañeras, es consciente de que el daño causado al movimiento feminista por la pandemia del coronavirus de 2020 todavía se hace sentir, y debe ser compensado. «Después de aquella experiencia, que fue tremenda para todos, hubo una pequeña usurpación de nuestra agenda, y la extrema derecha, a través de la violencia digital, propició algunos enfrentamientos que nos pasaron factura«, rememora. Algo que, desde luego, se lleva tratando de revertir desde entonces, y con grandes resultados, trabajando en «volver a generar nuestro ritmo, nuestro discurso, nuestras demandas… Nuestro espacio, en definitiva, sin que nadie, ninguna organización o potencia política, nos tome el control; y en eso estamos, volviendo a crear un caldo de cultivo de resistencia«. Detalles como la masiva participación en las últimas manifestaciones del 8M dan fe de que se está consiguiendo… «Eso es lo que pretendemos este sábado; demostrar que el movimiento feminista sigue imparable, avanzando y calando. Porque puede que las instituciones y el sistema judicial no siempre nos acompañen, pero la sociedad civil, sí«.
«El ‘Cuéntamelo’ tras lo de ‘La Manada’ permitió que muchas mujeres alzasen la voz… Pero que también entrañó un gran peligro para algunas, a las que atizaban al llegar a casa, o despedían de sus trabajos por haber dado la cara»
El momento presente ha puesto sobre el tapete las dos caras de esa misma moneda con nombres relevantes. En el plano negativo, el señalamiento de Juan Carlos Monedero como otro posible cuadro de la izquierda acusado de agresiones sexuales, tras el escándalo desatado previamente por Íñigo Errejón, ha abierto un nuevo frente reivindicativo. Y totalmente diferente a lo conocido hasta la fecha, además. No en vano, ambos casos han puesto de manifiesto el valor de las denuncias anónimas en redes sociales para luchar contra el machismo, algo que en Asturies 8M celebran. «Es un peldaño más de este proceso«, explica García. «En 2017 llegó el ‘Me Too’ desde la industria del cine, y muchas actrices se atrevieron a dar la cara y denunciar. Luego tuvimos el ‘Cuéntamelo’ tras lo de ‘La Manada’, que permitió que muchas mujeres alzasen la voz… Pero que también entrañó un gran peligro para algunas, a las que atizaban al llegar a casa, o despedían de sus trabajos por haber dado la cara«. Una coyuntura compleja que el formato del relato anónimo en redes sociales, representado por la periodista Cristina Fallarás, parece simplificar. «Es importante que las instituciones analicen esta realidad y la doten de recursos; que las medidas de protección no se basen en la revictimización, sino en construir una auténtica red de apoyo, y en darla a conocer para que sea aprovechada«, apunta García.
¿Dónde radica la cara amable de esa moneda? En ciertas decisiones judiciales, como la sentencia condenatoria dictada contra Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, obligado a pagar una multa de 10.800 euros por el beso sin consentimiento que dio a la futbolista Jennifer ‘Jenni’ Hermoso tras la victoria de la Selección Española en la Copa Mundial Femenina de la FIFA de 2023. Claro, que incluso ese resultado judicial, que ha dividido a la opinión pública entre quienes lo celebran y aquellos que lo consideran insuficiente, tiene sus matices… «Es crucial que sigamos reclamando que la violencia sexual llega desde el primer gesto hasta el último«, insiste García. Porque para ella, al igual que para sus compañeras este 8M, aún quedan demasiados elementos preocupantes, «desde cómo se dirige el juez, hasta que parece que no hay un grado suficiente de violencia«; todo ello no hace sino reforzar su convencimiento de que «el patriarcado sigue existiendo; todo lo que implique coacciones lo es, y la reparación debe ser justa«. Un análisis muy oportuno, toda vez que este mismo jueves se dio a conocer que Hermoso recurrirá la sentencia dictada contra Rubiales por la Audiencia Nacional, al considerar injusto que no se reconociese el presunto delito de coacciones. Por su parte, en Asturies 8M son tajantes: «seguimos con Jenni; aunque los ‘machirulos’ nos ridiculicen, estaremos a su lado«.
«Vamos a lanzarnos a las calles con mucha esperanza, motivadas por haber conseguido, en estos años, llegar a puntos que nuestras abuelas ni siquiera habrían podido imaginar»
Un ‘estaremos’, en plural, más que procedente en el Día de la Mujer de este 2025 en Asturias. Porque en el Principado, señalan desde el seno de la plataforma organizadora, se ha logrado alcanzar un grado de unidad entre las distintas visiones del feminismo que no ha podido replicarse en otras partes del territorio nacional, donde las diferencias por cuestiones tan dispares como el abolicionismo de la prostitución o la pornografía, o la aceptación del colectivo ‘trans’ en la lucha, mantiene divido al movimiento. En ese sentido, fuentes del Asturies 8M consultadas por miGijón coinciden en señalar ese traslado de los desacuerdos a un segundo plano como el gran logro de la cita de este año en la región. Por su parte, y como representante de la postura oficial de la plataforma, Raquel García es prudente pero, a la vez, optimista. «Vamos a lanzarnos a las calles con mucha esperanza, motivadas por haber conseguido, en estos años, llegar a puntos que nuestras abuelas ni siquiera habrían podido imaginar«, resume. Porque, por encima de todo, aunque el contexto actual parezca deteriorarse, y aún quede mucho por conquistar, en el caso particular de la cruzada feminista tiempos pasados fueron peores. «Siempre hemos pasado por penurias, pero también hemos mejorado. Y contamos con dos ventajas muy importantes: las redes de apoyo propias, de las que somos referente, y la resistencia en la calle«.
En fin, un músculo reconstruido, entrenado y, muy importante, felizmente unido que mañana, 8 de marzo, volverá a hacerse patente en Gijón.