Diez colectivos de progenitores de otros tantos colegios de la ciudad cargan contra el encarecimiento del servicio de comedor escolar y exigen una correlación entre precio y servicio prestado
Pocas luchas se libran con tanta virulencia como aquellas que, sea por la razón que sea, tienen por objetivo proteger o mejorar la vida de un hijo. Quizá por eso nueve asociaciones de padres de alumnos de otros tantos colegios de Gijón, junto con el representante de familias en el consejo escolar del CP Ramón de Campoamor, han hecho público su malestar por la decisión del gobierno municipal en funciones de aumentar el precio del servicio de comedor escolar, para adecuarlo a la subida del 4,1% del IPC. Y ello, además, en un momento en que continúa en tela de juicio lo apropiado de la calidad y cantidad de comida que se sirve a los pequeños en tales espacios.
Así, junto con el representante del Ramón de Campoamor, las asociaciones de los centros CP Laviada, CP Lloréu, CP Los Campos, CP Miguel de Cervantes, EEI José Zorrilla, EEI Alejandro CAsona, CP Honesto Batalón, CP Lloreu y CP Begoña son las que han secundado el escrito. En el texto critican que la subida sea la única respuesta que da el Ayuntamiento a sus «meses de protestas» por la «mala calidad» del servicio, que gestiona una «multinacional que tiene sus cocinas ubicadas en Valladolid». Afirman, además, que el comedor pasa a costar ahora 95,76 euros al mes para los usuarios fijos, y 6,06 euros al día para los esporádicos. Y, en una línea similar, señalan que hay una subida correlativa en los precios del desayuno y atención temprana.
A las asociaciones semejante escenario les parece «lamentable», y no aceptan que el coste de la subida de los precios «recaiga sobre las familias». En consecuencia, han anunciado la puesta en marcha de una campaña de recogida de apoyos para esta iniciativa, buscando un cambio de modelo de los comedores escolares con la implantación de cocinas de proximidad y consumo de productos locales. «Llamamos a toda la ciudadanía a apoyarlo, no sólo a quienes tienen hijos o hijas en el comedor sino a todos aquellas personas y colectivos que piensan que nuestros niños y niñas tienen derecho a comer comida de calidad, sabrosa y cocinada aquí», insisten.
A mayor escala, la petición entraña atender desde la esfera política las demandas de los progenitores. «Exigimos que no se aplique dicha subida y que se ponga en marcha ya el mandato plenario aprobado por mayoría absoluta en marzo para realizar un estudio de la implantación de cocinas de proximidad que revierta en una mejora de la calidad de la alimentación que toman nuestros hijos en el comedor», concluyen.