La empresa municipal gijonesa retira los desechos que se acumulaban bajo el paso elevado y a las puertas del emblemático edificio; por ahora se desconoce el paradero de los ‘sin techo’ que allí residían
Como la noche y el día. O como un huevo y una castaña, si se prefiere una comparación menos formal. Así lucían y así lucen el foso bajo el viaducto de la avenida Carlos Marx y el acceso principal a ‘La Sindical’, una vez completada la campaña de limpieza que, durante la mañana de este miércoles, acometió una nutrida brigada de técnicos de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente de Gijón (EMULSA). Y, no cabe duda, los profesionales implicados hubieron de emplearse a fondo. En un operativo que se prolongó por espacio de dos horas y media largas, se retiraron un total de tres toneladas de desechos de todo tipo. Tres mil kilos. Por contraste, una familia promedio genera al día 1,11 kilos de basura. Las cifras, desde luego, dan la medida de la magnitud del despliegue.
Sábanas, colchas, restos de comida, muebles rotos, recipientes y ropa de todo tipo fueron sólo algunas de las muchas ‘joyas’ encontradas en el ‘botín’ recopilado ayer, y que exigió el empleo de carretillas de obra con volquete para manipular semejante montaña de detritus. Por descontado, el equipo que acudió a la llamada, integrado por seis peones, dos conductores y un mando, realizó su trabajo protegido de pies a cabeza por monos desechables, mascarillas, gafas y guantes… Una estampa que, tal vez, a más de un viandante o conductor le retrotrajo al plató de la premiada serie de HBO ‘Chernobyl’. Eso sí, más allá de su posible dimensión cinematográfica, la intervención comenzó en Carlos Marx a las nueve y media de la mañana; la mayoría del tiempo se invirtió allí, y poco minutos antes de las doce, hora de conclusión, se pasó a ‘La Sindical’. Allí bastó con despejar la entrada y limpiar.
Hoy los dos espacios presentan un aspecto poco menos que inmaculado, muy celebrado por los vecinos de la zona… Pero que, de justicia es reconocerlo, genera ciertas dudas sobre cuánto durará. Fuentes del entorno de ‘La Sindical’, en declaraciones hechas a miGijón, han confirmado que los indigentes que poblaban la escalinata «no presentaban el perfil de personal que optan por un albergue cuando se quedan sin sitio; de hecho, ellos mismos decían que no querían ir». Y lo mismo es aplicable a quienes pasaban la noche en el foso de Carlos Marx; no en vano, se decantaron por dicho lugar pese a la cercanía del albergue Covadonga. Por ello, los habitantes del área en cuestión sospechan que es sólo cuestión que quienes habitaban bajo el viaducto y ante ‘La Sindical’ regresen… Sobremanera, ahora que los dos emplazamientos, por impoluto, resultan mucho más seductores que hace veinticuatro horas.