El 31 de mayo de 2004, el ayuntamiento de Gijón y el Gobierno Regional firmaban un convenio con Sogepsa para urbanizar casi un millón de metros cuadrados de zona rural, al otro lado de la Ronda Sur. Y en diciembre de 2006 se ponía la primera piedra de forma simbólica en estos terrenos, tras la aprobación definitiva del Proyecto de Urbanización y su publicación en el BOPA. Los primeros vecinos no llegaron hasta junio de 2010, y lo hicieron entonces en medio de un mar de grúas. Han pasado 11 años desde que Nuevo Roces se consolidó como barrio, 11 años que pese a la falta de servicios públicos y las dificultades de movilidad, les han demostrado que «haber venido a vivir aquí no fue un error».
El año pasado, la Asociación de Vecinos Nuevo Roces tenía preparada algunas actividades para conmemorar los 10 años del barrio. Sin embargo, la COVID-19 impuso una nueva realidad y obligó a suspenderlas. Este 2021 sí lo celebrarán con una serie de encuentros del 18 al 20 de junio, un programa de actividades para conmemorar su década + 1.
La celebración de los 11 años de Nuevo Roces
En Nuevo Roces vecindario y comerciantes empiezan a tener sentimiento de pertenencia. Están acostumbrados a transformar lo negativo en positivo con una actitud de resiliencia. Aunque también son realistas. Miguel Bernardo, presidente de la asociación vecinal, asegura que «el presente se ha alcanzado a trompicones, siempre en un contexto bipolar de esperanza y decepción«. Pero tienen mucho que celebrar.
Este fin de semana, del 18 al 20 de junio, han programado una serie de actividades, que en el contexto sanitario actual tienen aún más sentido como sociedad y como barrio. «Debemos ser capaces de volver a vivir en comunidad con la responsabilidad que se nos demanda, pero sin renunciar a hacerlo colectivamente», señala Bernardo.
Teatro, circuitos en bicicleta o monólogos forman parte del programa, en el que lo más importante es hacer barrio y celebrar su capacidad de desarrollo en un futuro próximo. «El mejor patrimonio que tenemos es la juventud de nuestros habitantes».
Nuevo Roces también es Gijón
Entre los actos principales, el viernes 18 de junio a las 17:30 horas tendrá lugar la presentación de la revista ‘Una década prodigiosa’. Su objetivo es visualizar la evolución del barrio y «hacernos conscientes de cómo ha cambiado desde que llegamos». La idea, que surgió a nivel interno de la junta directiva de la asociación, ha dado lugar a cerca de 30 páginas que recogen la historia de Nuevo Roces contada por los que le dan vida.
Además, el domingo 20 de junio a las 13:00 horas Alberto Rodríguez ‘El Folixeru’ hará suyo el lema del barrio, ‘Nuevo Roces también es Gijón’ para transformarlo en un monólogo. Desde la asociación de vecinos tienen la percepción de que son un barrio de segunda para las administraciones, pero trabajan a diario para que esto deje de ser así.
Para Miguel Bernardo Nuevo Roces es Gijón «y habría que añadir también Asturias», ya que el barrio fue impulsado tanto por administraciones locales como regionales. Ambos, sin embargo «se pusieron de perfil cuando la situación económica no fue favorable».
11 años después la movilidad sigue siendo su principal problema. Dar opciones al transporte público con la entrada de la línea 16, hacer un túnel por debajo de la ronda tal y como está diseñado en el PGOU, hacer aparcamientos y conectar el barrio con la senda fluvial que pasa a 300 metros son algunas de sus peticiones, por las que siguen esperando respuesta.
El presidente vecinal apunta que el barrio necesita una solución «integral», además de «un mayor liderazgo por parte de la alcaldía para poner Nuevo Roces como prioridad». A su juicio, el barrio «es una anomalía urbanística» y son aquellos que lo promovieron los responsables de dar soluciones.
Su deseo para los próximos 10+1 años de Nuevo Roces es que «se cumpla lo que un día se diseñó». El movimiento vecinal sabe que nada les viene regalado. Ellos estarán ahí para ‘pelearlo’.