«Quienes cuestionan a Ana González tampoco tienen muy claro a quién pueden poner enfrente (…)»
«Ojo con perder de vista lo que los ciudadanos piden; ojo con jugar a convertir los problemas internos en externos; ojo con deteriorar la imagen del partido; ojo con el ombliguismo. ¡Basta ya! Hablemos de lo que realmente importa a la gente. O cambiamos o nos cambian».
Cuando el presidente Barbón dijo esto este fin de semana en el pozo Funeres, ya sabía que predicaría con el ejemplo y el lunes se subió al estrado del Parlamento Asturiano para dejar claro que su gobierno apuesta por las medidas que reviertan uno de los graves problemas de Asturias: el envejecimiento poblacional. El presidente asturiano concretó con dinero el difuso y repetido término «reto demográfico».
Pero más allá de lo que como Presidente pueda ofrecer a la ciudadanía en las partidas presupuestarias, Adrián Barbón sangró por la herida porque sabe que lo que puede pasar en la agrupación socialista de Gijón este jueves va más allá del mayor o menor aprecio que puedan tener los militantes a la actual alcaldesa. Cuando el secretario general de la FSA-PSOE dice que hablemos de lo que importa a la gente es que sabe que mala receta es para un partido que a nueve meses de las elecciones se cuestione a la que por derecho podría ser de nuevo la candidata y que todo este proceso se esté desarrollando como una auténtica lucha de sables.
Barbón no quiere barullos porque sabe que en este proceso no se juega el honor de una persona, sino que se pone en jaque (ya se ha puesto) el mantenimiento de una alcaldía de la que Foro Asturias apeó al PSOE durante ocho años bajo el gobierno de Carmen Moriyón. En un error de estrategia política, el partido creyó que podría ir a más y mandó a las autonómicas a Moriyón con la esperanza de que el tirón como alcaldesa de la ciudad más populosa de Asturias tuviera una traslación regional. Carmen Moriyón perdió y se fue y volvió a quedar claro que los experimentos, con gaseosa.
El caso es que quienes cuestionan a Ana González tampoco tienen muy claro a quién pueden poner enfrente para combatir la acusación de falta de inteligencia emocional que achacan a la actual alcaldesa. Y el movimiento de los críticos no es más que una moción de censura a una alcaldesa que quedaría muy tocada, sino hundida, si las firmas refrendan una mayoría a favor de que sea otro u otra quien ocupe su puesto.
Todo esto está en la calle y ya se sabe que a río revuelto… Por eso Barbón insiste en que los ombliguismos a nueve meses de las elecciones son muy peligrosos. Carmen Moriyón volverá a ser presidenta de Foro Asturias, un partido con el que no solo gobernó dos mandatos en Gijón, sino que logró expulsar y llevar a los tribunales a su fundador, el otrora todopoderoso Francisco Álvarez-Cascos. Pero no queda ahí. Todo parece indicar que, en este río revuelto de los socialistas, Moriyón podría dar el paso en las próximas semanas y anunciar que de nuevo se presenta como candidata a las elecciones para aspirar a la alcaldía.
Es decir, la calle de la que habla Barbón no es ajena -doy fe- a lo que pasa en el PSOE y hay quien recuerda con cierto cariño los ocho años de mandato de Moriyón. Así que el socialismo gijonés tendrá que tener mucho ojo, porque como dijo Alfredo Pérez Rubalcaba cuando abandonó la secretaría general del partido: “en España se entierra muy bien”.
A quién más preocupa la reelección de la actual alcaldesa es a los partidarios de la oposición. Nada más satisfactorio para PP y Vox que sembrar la duda de la discordia en el seno del PSOE… Y para ello nada mejor que el acoso y derribo de la actual regidora…!
Cuidado con quedar sin Gijón!!!
Parece que se perderá la capital costera y más importante ciudad de Asturias,por parte del PSOE y no hacen nada por ello.
Habrá importante ostia!!!