ENTREVISTA CON EL ‘NÚMERO DOS’ DE VOX GIJÓN
GOBIERNO SALIENTE: «Ha sido el peor de la democracia en Gijón, con un sesgo ideológico muy marcado; a pie de calle, la disconformidad y la decepción son palpables»
PROYECTOS PENDIENTES: «los ciudadanos estamos cansados de infografías, proyectos y presentaciones en PowerPoint, que no van a ningún lado; No puede pasar una legislatura más sin que se hayan iniciado»
COLECTIVO LGTBI: «Somos defensores de la familia tradicional, es verdad, pero desde el máximo respeto a cualquier otro tipo de vínculo familiar»
Más allá de los mítines y eslóganes, de las grandes promesas electorales y de los multitudinarios actos de campaña, la pretensión de cualquier político, con independencia de la ideología que secunde, ha de ser la búsqueda constante de la practicidad, del sentido común y de la funcionalidad, en defensa de los intereses de los ciudadanos. Al menos, así lo señalan mil y un manuales del arte del buen hacer en política. Y, de hecho, esa es la filosofía que, hace ya tres años, impulsó a Oliver Suárez Robio (Gijón, 1976) a afiliarse a Vox, con la mirada puesta en ser algo más que un militante anónimo en sus filas. Ahora, convertido en ‘número dos’ de la candidatura de Sara Álvarez Rouco a la alcaldía de Gijón, este veterano empresario del sector de las telecomunicaciones y de la energía encara su primera experiencia política con ilusión, sí, pero también con la pretensión de contribuir a ese cambio de rumbo por el que, opina, la ciudad clama a gritos tras la gestión de la socialista Ana González.
La suya es ya una dilatada carrera como empresario; sin embargo, hace tres años decidió dar el salto a la palestra política. Y la gran pregunta es… ¿Por qué?
Bueno, siempre he tenido bastante interés por la política, por la economía a todos los niveles… No sólo nacional, sino también regional y local. Y desde Vox me plantearon unos valores en los que creo firmemente. Es un proyecto que se adecua a mi forma de pensar, a mi manera de ser y a lo que considero que es, en último punto, hacer una política útil para los ciudadanos.
¿Esperaba llegar a ser parte de una candidatura, y en los puestos de salida, además?
Empezaron a contactar conmigo hará un año, o año y medio, aunque de aquella yo no tenía ninguna clase de aspiración. Pero hace unos meses esos contactos se intensificaron, hasta que me pusieron encima de la mesa la posibilidad de ir de ‘número dos’ de Sara. Lo valoré y, al final, acepté; no sólo porque me atrajese la idea, sino porque lo considero un reto. Y puesto que soy persona de desafíos personales y profesionales…
¿Y con qué ánimo afronta esta prueba?
Con mucha ilusión, y con todas las ganas de invertir en este proyecto esfuerzo y dedicación. Por ahora, la experiencia está siendo francamente positiva a todos los niveles, aunque, sobre todo, en lo personal. El contacto con la gente de a pie, el trato con las asociaciones… Esas experiencias permiten tomar la medida de todas las dificultades que existen en la calle, que sabes que están ahí, pero que toman forma cuando, en el cara a cara, te lo transmiten. Es algo que toca un poco más el corazón. Ves todo lo que se puede hacer por la gente desde el ámbito político y los puestos de responsabilidad.
Habla de tomar la medida a los ciudadanos. ¿Cuáles son las expectativas de Vox Gijón de cara al domingo?
Las sensaciones iniciales son buenas; a partir de ahí, la realidad la sabremos el domingo. Lo que sí es cierto es que, tras estar con la gente, comprobamos que nos ven como un partido que intenta aplicar el sentido común, el menos común de los sentidos. Y, sobre todo, no llevamos en nuestro programa promesas faraónicas, ni vamos a hacer grandes obras. Intentaremos que se haga lo que se debería haber hecho hace muchos años: un proyecto de gestión para optimizar los recursos de la ciudad. Y ese mensaje gusta. Vox ha sufrido una dura campaña de demonización; nos marcaron con cierto estereotipo de sobra conocido, pero la gente se está dando cuenta de que quienes formamos parte del partido somos personas normales: empresarios, trabajadores, estudiantes…Gente corriente que cree en unas ideas, y que aboga por ese sentido común. Pudencia, trabajo y compromiso; esas son nuestras máximas.
¿Qué valoración hace de esta legislatura que está a punto de acabar?
Con total seguridad, ha sido el peor mandato que ha habido en la ciudad de Gijón en estos cuarenta años de democracia. Sólo el apunte de que ni el propio PSOE ha creído en la reelección de la actual alcaldesa da señales, y la nota, del grado de disconformidad de propios y extraños con el actual gobierno. Ha tenido un carácter plenamente impositivo, sin ningún tipo de comunicación ni consenso. Es más, hemos visto que los tribunales han echado atrás diferentes medidas adoptadas por el Consistorio, y dentro del equipo de González diferentes concejales han estado en contra de sus políticas y de su forma de hacer. La disconformidad y la decepción son notables; es un equipo con un sesgo ideológico muy marcado, que ha dado como fruto un descontento generalizado.
Es de suponer que percibirán efectos de esa valoración en la propia ciudad…
La ciudad padece unos retrasos enormes en las infraestructuras, que todos conocemos y que ya son típicos.
¿Por ejemplo?
Hay tantos… El vial de Jove, que maravillosamente se ha licitado hace pocos días; y no sé si tendrá que ver con que estamos en elecciones, pero todo apunta a que sí. Y eso que nada tiene que ver con su ejecución; el cajón está lleno de licitaciones no ejecutadas. Confiemos en que esta vez se acabe de hacer. Y como eso, la estación intermodal; con una ciudad de casi 300.000 habitantes tenemos una estación de ferrocarril y otra de autobuses que da vergüenza ajena. Son el hazmerreir del visitante, con una falta de servicios deplorable y que no es acorde al potencial de esta ciudad. Por nuestra parte, presionaremos para que se realice de forma inmediata. Creo que todos los ciudadanos estamos cansados de infografías, proyectos y presentaciones en PowerPoint, que no van a ningún lado. No puede pasar una legislatura más sin que se hayan iniciado esas obras.
«El Plan de Movilidad ha sido una imposición total; no se puede criminalizar de ese modo el uso del vehículo privado»
De todos modos, en ese sentido el gran espacio en boca de todos los candidatos es el ‘solarón’…
Exacto, ahí tenemos otro ejemplo de las infraestructuras que sigue sin hacerse. Tenemos ahí miles de metros cuadrados, y no se sabe qué hacer con ellos. No hay acuerdo entre las administraciones para desarrollar un proyecto consensuado y con forma.
¿Cuál es su propuesta al respecto?
Desde Vox apostamos por una combinación de viviendas con zonas verdes, de participación público-privada. Y es realista; recordemos que ya ha habido ofertas por parte de entidades privadas, que luego fueron rechazadas.
También ha suscitado polémica en las últimas semanas el Plan de Movilidad; ustedes, de hecho, han manifestado su rechazo al documento aprobado.
El Plan de Movilidad ha sido una imposición total y absoluta. Y, desde luego, cuando tengamos acceso intentaremos anular y crear un nuevo plan, que no criminalice a conductores, ni los automóviles. Lo haremos de la mano de los ciudadanos y de las asociaciones con representación en la ciudad para revertir lo que se ha hecho, que ha perjudicado gravemente a los vecinos. Sólo hay que ver la famosa ‘ecomanzana’ de La Calzada, donde la única opción de estacionamiento es irse al aparcamiento de Carrefour, y pagando. Así que fomentaremos la creación de un plan nuevo, que atienda por igual las necesidades de todo el mundo. Y eso se hace desde el consenso y la comunicación con los diferentes protagonistas. Ojo, eso no es incompatible con opciones sostenibles, como el carril-bici; la sociedad lo demanda y tiene una buena acogida. Pero sin criminalizar el vehículo privado; a fin de cuentas, no va a desaparecer.
Ya que se toca la cuestión de la movilidad, ¿qué decir del Metrotrén?
Que llevamos casi veinte años con un túnel cuyo mantenimiento para que no se inunde cuesta un ojo de la cara, y que es lamentable que sigan sin uso, cuando lo más grande de ese proyecto ya está hecho. Escapa de cualquier sentido común todo esto; te viene una persona de fuera, se lo cuentas y no da crédito. También en eso Vox estará encima.
Fuera de los proyectos ligados directamente al servicio a la ciudadanía, otro de los grandes puntos de fricción está siendo la posible construcción en El Musel de una planta de pirólisis. Ustedes, de hecho, se han expresado en contra…
Estamos en contra de su implantación en la zona oeste. Ahora bien, si la construcción respeta la normativa medioambiental, podríamos apoyar que se instale en otra zona, como la Zalia, pero el oeste de Gijón ya está demasiado machacado. Dicho esto, industria y medio ambiente no deberían se incompatibles. Estamos a favor de que haya un tejido industrial potente en la ciudad, porque a nivel económico y de empleo es un activo, pero cumpliendo la normativa medioambiental. Que, ojo, en España es de las más estricto que hay a nivel europeo.
Eso, claro, sin obviar la posibilidad de que Gijón sea sede del Mundial de Fútbol 2030… Reforma del estadio del Molinón mediante.
Cierto. Y en Vox estamos encantados de que Gijón pueda ser sede de una Copa del Mundo; eso nos pondría en el panorama nacional e internacional. ¿Cómo se puede estar en contra de eso? Ahora bien, la reforma del Molinón habrá que estudiarla, ver qué fórmula público-privada puede dar pie a que no impacte negativamente en los presupuestos de la ciudad. Si eso es viable, estaremos siempre a favor.
Fuera de posibles construcciones, en la zona centro de la urbe se ha desatado un serio debate acerca de la posibilidad de que áreas como Cimavilla se gentrifiquen y lleguen a convertirse en caldo de cultivo para un turismo desenfrenado.
La cuestión es compleja. Evidentemente, el turismo es una palanca económica muy necesaria para Gijón, y debemos de potenciarlo; eso nadie lo discute. Pero debemos incidir en que sea un turismo de calidad, que aporte a la ciudad. Hacer que esa persona que nos visite haga el mayor gasto por cabeza posible, que los beneficios acaben en el comercio y en la hostelería locales, que las arcas municipales también se vean beneficiadas… Que no se convierta en ese turismo, con todos los respetos, de despedida de solteros. No tenemos nada en contra de dicho modelo, pero no consideramos que sea el que esta ciudad requiere. Además, estamos en una región privilegiada, donde tenemos absolutamente de de todo: playa, montaña, buena gastronomía… Ese es un potencial, bajo nuestro punto de vista, poco desarrollado.
En ese total, ¿qué rol desempeñan los toros?
Nuestra pretensión es que haya toros en Gijón, claramente, como dice Shakira. Y sabemos que hay oposición, pero hay otros sectores de la población gijonesa que están a favor de la tauromaquia. Es libertad de cada uno acudir a esos actos que, por otra parte, por ley no se pueden prohibir. En ese sentido, recuperaremos la plaza de toros para la Feria de Begoña, y queremos que, dentro de la potenciación de la cultura local, el resto de días del año se puedan realizar eventos de diferente índole, como se hacía antes de su clausura.
Todo lo abordado hasta el momento tiene un claro enfoque hacia el centro urbano de Gijón. ¿Qué ocurre con la zona rural? ¿Qué pueden esperar allí de Vox?
En las diferentes reuniones que hemos mantenido nos hemos encontrado con una total desatención por parte del gobierno actual, e incluso de los anteriores. Y las demandas de la zona rural son recurrentes: más limpieza, mayor seguridad, transporte público más eficiente… Son ciudadanos que pagan exactamente los mismos impuestos que el resto, de modo que se les ha de atender. Desde Vox nos comprometemos a establecer planes de acción para que estos servicios que demandan, que son básicos, lleguen. Que una familia se pueda ir de su casa con total tranquilidad, sin temer que le hayan entrado a robar. O que las líneas de autobuses se refuercen. O reorganizar EMULSA. En fin, analizaremos los recursos del Ayuntamiento en esas áreas, y estableceremos un plan de acción.
«Vox es una forma de vida, un proyecto, y está por encima de las personas. Y ese es el mensaje con el que nos tenemos que quedar»
Queda por tratar el aspecto social de su política… Y no faltan quienes acusan a Vox de tener una postura poco integradora para con colectivos como, por ejemplo, el LGTBI.
En Vox Gijón somos defensores de la familia tradicional, es verdad, pero desde el máximo respeto a cualquier otro tipo de vínculo familiar que se quiera establecer. Puede que creamos que ese modelo de familia tradicional ofrece el mejor ambiente posible para la educación de nuestros hijos pero, al mismo tiempo, somos defensores de la libertad de elección de las personas, aunque ideológicamente consideremos que un formato es más adecuado que otro.
Es de suponer que el Reglamento de Laicidad recientemente llevado al Pleno no habrá sido plato de buen gusto…
Si llegamos al Consistorio, lo revisaremos, sin duda. Va en contra de nuestra cultura. Nuestra sociedad se sustenta en una base católica desde hace cientos, incluso miles, de años. Consideramos que hay que repasar ese documento y, llegado el caso, cambiarlo.
Por último, y ampliando el campo a la escena nacional… ¿Ve a Vox fuerte de cara al próximo pulso electoral de las generales?
Vox es una forma de vida, un proyecto, y está por encima de las personas. Y ese es el mensaje con el que nos tenemos que quedar. Las personas, como en cualquier otro proyecto o ámbito de la vida, cambian, pero lo que tiene que prevalecer es el proyecto, nuestra forma de hacer y nuestras ideas. Eso Vox ni lo ha perdido, ni lo va a perder.