Ángel Lorenzo, presidente local de la patronal hostelera, se reúne con el concejal Rodrigo Pintueles para estudiar fórmulas de actualizar el Plan Municipal contra el Ruido, primer paso para modernizar la normativa municipal vigente, que data de 2006

¿Ruido o descanso? ¿Descanso o ruido? De un tiempo a esta parte, en Gijón ambos conceptos parecen haberse convertido en elementos incompatibles, en auténticos antagonistas en una lucha que tiene, en la tierra de nadie, a los vecinos de barrios como Cimavilla o Poniente, hartos del impacto del ocio nocturno en su bienestar. Sin embargo, no tendría por qué ser así. O, como mínimo, así lo entienden tanto el Ayuntamiento como OTEA, la patronal de los sectores hostelero, hotelero y turístico en Asturias. El presidente de su Junta local, Ángel Lorenzo, sostuvo ayer una reunión con el concejal de Medio Ambiente, Rodrigo Pintueles, para intercambiar opiniones de cara a lograr la tan ansiada actualización del Plan Municipal contra el Ruido, que servirá de paso previo a una modernización de la ordenanza vigente, que data del año 2006 y que, hoy por hoy, ha demostrado estar obsoleta. Y ese encuentro, a juicio de Lorenzo, resultó valioso en el avance para alcanzar «el objetivo de que sea compatible el descanso vecinal con el ocio de la gente«.
También desde el flanco del Gobierno Pintueles se reveló satisfecho con el resultado de una cita «constructiva y enriquecedora«, clave para ajustar las ordenanzas municipales a «los cambios normativos y sociales que se han producido en los últimos veinte años». En ese sentido, el edil del PP concretaba ayer, al término de la reunión, que, «aunque la inmensa mayoría del sector de la hostelería cumple con los requerimientos, es necesario seguir trabajando» para optimizarlo y ampliar su alcance. Todo un reto, concede Pintueles, que «no es fácil», toda vez que «todos queremos que Gijón siga siendo una ciudad dinámica, alegre y viva, pero que proteja el bienestar de los vecinos«. En fin, se trata de una cuadratura del círculo que, en los próximos meses, las partes gubernamental, hostelera y vecinal intentarán alcanzar para «compatibilizar ocio con una normativa que garantice el descanso de los gijoneses«.