«En Holanda, las producciones tienen detrás un soporte económico muy potente y desde muy pequeños, los niños y niñas son testigos de grandes montajes»
«Espero que ahora este llamamiento se pueda leer y se entienda por lo que estamos pasando en el colectivo LGBTIQ+, ahora con más agresividad que nunca…»
Son jóvenes, guapos y virtuosos artistas. Si además añadimos con orgullo que tanto el actor y bailarín Pablo Dávila, como el concertista de flauta travesera Juan Cossío son de Gijón, el tema es para nota alta, de sobresaliente. Y si para enredar el asunto más, lanzamos a los cuatro vientos que son pareja y se quieren a rabiar, es para subirlos al limbo de los dioses.
Pero aún hay más, el aislamiento de la pandemia (los dos se desplazaron a pasarla juntos aquí a Gijón) les hizo poner en marcha un proyecto íntimo, cargado de sentimientos, en el que se plasmaba los pensamientos, no solo de ellos dos, sino del mundo en general y las sensaciones que se descubrieron durante esta circunstancia mundial y única.
Les ha servido para triunfar en los pasados Premios Oh! Su espectáculo “Consecuencias de la Sed” ha conseguido que Pablo se haya hecho con la mejor interpretación masculina y Juan, conjuntamente con Sam Peña, con la mejor composición musical y espacio sonoro.
Enhorabuena a los dos.
Juan: Estamos super agradecidos por los premios que nos hemos llevado y por los recibidos por la compañía Higiénico Papel Teatro. Ha sido una noche inolvidable, aunque nosotros, por cuestiones de trabajo de Pablo, al final no hayamos podido asistir.
Y conociéndolo (a Pablo) con todo preparado para el evento.
Pablo (se ríe): Teníamos zapatos, vestido, vuelos… todo comprado, pero uno de mis compañeros se puso enfermo y tuve que sustituirlo. Y la verdad yo daba como ganador a “Berto” Alberto Rodríguez. Hemos trabajado juntos en Cuarteto y es un súper, súper actorazo.
Sabemos que viven en Rotterdam, ¿qué hacen allí?
Pablo: Llevo cuatro años viviendo allí porque he continuado mis estudios, concretamente de danza contemporánea y lo hago en el conservatorio de Codart. Cómo este es mi cuarto año estoy haciendo prácticas en una compañía Introdans, en la ciudad de Armhem.
Juan: Evidentemente, yo me he venido por amor (se ríen) porque además terminé mi master en Colonia, en el conservatorio Musikhochschule Köln y quería quedarme por centro Europa.
Pero por qué en Países Bajos, ¿hay más oportunidades?
Juan: Yo me dedico a la música clásica y en cuanto a interpretación sinfónica, Holanda es un país fantástico, de los mejores para vivir y además, repito, mi novio está aquí, ¿dónde mejor para estar?
Pero su trabajo requiere viajar muchísimo…
Juan: Sí, yo hago conciertos con orquesta, con música de cámara y también audiciones con toda orquesta que se precie, aunque de momento estoy cómodo sin tener que estar ligado a nada en concreto y volver a casa cuando tengo oportunidad.
Y creo que va a estar muy pronto por aquí.
Juan: Pues voy a estar una semanita con la Oviedo Filarmonía. No puedo adelantar mucho más…
¿En qué es diferente el público español del holandés?
Pablo: Bueno, es que son diferentes en todo. Tomándose una Coca-cola, en el autobús y en el consumo del teatro, también. Los españoles somos cálidos, agradecidos y la ovación la damos, de otra manera y ¡claro! Especialmente en Gijón. Diferente es cómo percibimos la actividad de ir al teatro. Los niños aquí están continuamente expuestos a todo lo que son las artes escénicas.
¿Tiene que ver algo con el poder adquisitivo de los holandeses?
Pablo: Sí ¡claro! Los presupuestos españoles son de risa comparados con los de Holanda, ¡qué le vamos a hacer! Las escenografías son de más envergadura, más potentes, más logradas. No quiero decir con esto que el dinero tenga que ver con la calidad artística, no, pero las producciones tienen detrás un soporte económico muy potente y desde muy pequeños, los niños y niñas son testigos de grandes montajes.
Juan: O lo que es lo mismo. En Holanda se queda para ir al teatro y allí, de sidras (se ríen) Fuera de bromas, la oferta, por lo que está diciendo Pablo del dinero, es más variada.
Pablo: Yo por ser universitario tengo muchísimo descuento para ir al teatro. Fíjate en Gijón también hay el programa Descúbrelo, pero yo mismo, aunque soy hijo de teatreros, no lo supe de mano.
Volvamos a la gala de los Premios Oh! Sus padres, Pablo, leyeron un mensaje relacionado con la homofobia que se está sufriendo con una subida de casos muy preocupante.
Pablo: Y ningún medio se hizo eco de esta reflexión que leyó mi padre en la que confesé el miedo que pasé este verano. Más que nunca.
¿Pero tuvo algún incidente grave?
Pablo: No pero cuando asesinaron a Samuel, yo estaba todavía en Holanda. Cogí pánico a viajar a España.
Juan: La verdad es que viendo el panorama, aprovechamos para preparar el espectáculo de Consecuencias y salir lo justo y que Pablo se sintiera bien y tranquilo.
Pablo: Fue un verano de mierda en eses sentido porque yo quise exponerme lo menos posible. Así son las cosas. Espero que ahora este llamamiento se pueda leer y se entienda por lo que estamos pasando en el colectivo LGBTIQ+, ahora con más agresividad que nunca… aunque a mí en Gijón, me han perseguido, pegado, tirado del pelo… en fin. Pero ahora, con la edad, ya he aprendido a no enfrentarme con nadie.