La entidad agasaja a los representantes de los diarios miGijón, El Comercio y La Nueva España, y de la cadena SER, con un almuerzo elaborado por sus propios socios, y rematado con la entrega de varias obras de arte realizadas por José Arias y Alberto Estrada
Es un mantra de autoría desconocida, aunque frecuentemente repetido en las facultades de Periodismo de todo el mundo: la prueba infalible de que un profesional de dicho ámbito está haciendo bien su trabajo es haberse granjeado el temor de los poderosos, el aprecio de los ciudadanos, y el respeto de ambos por igual. De ser cierto, lo ocurrido este jueves en la sede de la Sociedad Recreativa ‘La Boya’ demuestra que el tejido periodístico presente en Gijón, efectivamente, está cumpliendo con su misión. En un acto solemne y distendido a partes iguales, la veterana entidad reunió en su sede a los representantes de los periódicos El Comercio, La Nueva España y miGijón, y de la cadena SER, cuatro de los medios con una presencia más fuerte en la ciudad, para reconocer y agradecer la labor que realizan diariamente en defensa de una información libre, veraz, ágil y de utilidad. Y… ¿Cómo lo hizo? Como suele ser habitual tratándose de ‘La Boya’: agasajando a los invitados con un almuerzo tan abundante como suculento.
Finiquitada rápidamente la tapa de queso servida a modo de bienvenida, los comensales dieron cuenta de un menú iniciado ya con contundencia: dos raciones de parrochas y una de hígado encebollado, todas para compartir, que hicieron las delicias tanto de la decena de socios de la Sociedad Recreativa presentes, como de Manfredo Álvarez, voz inconfundible de la SER; Ángel González, director de El Comercio; Ignacio Peláez, delegado de La Nueva España en la urbe, y Borja Pino, redactor del diario miGijón. A continuación los cuatro periodistas se deshicieron en elogios hacia el plato principal: un contundente pote asturiano elaborado por Emilio González, designado cocinero para la ocación, y que contó con la asistencia de los ‘pinches’ Eugenio Suárez y Guillermo Madera. Todos, comunicadores y miembros de ‘La Boya’, aplaudieron el nivel del plato… Si bien, con una sonrisa pícara en el rostro, José Ramón ‘Monchu’ González, presidente de la entidad, invitó a «seguir mejorándola».
Llegó así la fase del postre, protagonizada por un arroz con leche casero que se mantuvo orgullosamente a la altura de los manjares previos. Y, con dicho dulce ya servido, el propio González protagonizó el momento más emotivo de la jornada: la entrega de reconocimientos, consistentes en tres obras pictóricas realizadas en su taller de Castropol por el artistas José Arias, virtuoso de la pintura con jeringuilla, que recibieron los representantes de los periódicos, y en una pieza escultórica en forma de micrófono para la SER, tallada por Alberto Estrada, responsable de Cerámicas La Guía. Agradecidos, satisfechos y, eso sí, bien fartucos, los comunicadores apuraron la distendida velada entre risas, anécdotas, bromas… Y las merecidas dedicatorias en el libro de visitas de ‘La Boya’.
En fin, buen sabor, mucho humor y un sentido orgullo como colofón para un acto que constituyó, en último término, la prueba viva de la importancia que, hoy y cada vez más, tiene para el ciudadano de a pie una prensa libre.