“Me alegra ver, después de escuchar estos relatos, que las cosas han cambiado mucho, especialmente para las mujeres”
La historia de Asturias no se entiende sin el papel de las asturianas, un papel muchas veces invisibilizado en la historia y que este viernes, en FIDMA, protagonizó la Jornada de Mujeres en el Noroeste organizado en el Pabellón del Banco Sabadell.
En concreto, la figura de la mujer en la industria conservera de Asturias fue el hilo conductor de una mañana en la que se pudo escuchar el relato de dos de estas históricas conserveras, Esther Vega y Etelvina Rodríguez. Dos duros testimonios que transportaron a los presentes décadas atrás, cuando el trabajo manual y el frío eran el día a día en las fábricas. “Quien diga que aquellos tiempos no fueron duros, miente. Yo entré en la fábrica poco antes de cumplir los 14. Siempre con los hijos de aquí para allí, en casa de una hermana, de una tía, de una amiga…”.
Un apoyo que resaltó la escritora candasina María Teresa Álvarez, quien matizó que “la fortaleza de estas conserveras ante todo tipo de adversidad siempre ha sido un ejemplo para mí. Sin la presencia de estas mujeres conserveras no hubiese existido esta industria. Eran trabajos que los hombres no querían hacer”.
Todo ese esfuerzo hizo que concejos, como el de Carreño, pudieran sobrevivir en un contexto muy duro para todo el país. “Tenemos que apostar y que la gente conozca el potencial del sector, facilitar su desarrollo. La industria conservera ha traído muchas cosas positivas al concejo”, destacaba al inicio del acto Amelia Fernández, alcaldesa de Carreño, quien quiso también reivindicar al músico Pipo Prendes, que después del verano actuará en el concejo.
“En Asturias nos vendemos mal. Hay que tirar por lo nuestro”
Del pasado de las conserveras al presente y futuro de estas hablaron Ángela Donato, Directora de Ventas de Conserveras El Viejo Pescador y Carlos Díaz, Gerente de El Viejo Pescador y Presidente de la Asociación de Conserveras.
“Me alegra ver, después de escuchar estos relatos, que las cosas han cambiado mucho, especialmente para las mujeres. En El Viejo Pescador las mujeres estamos muy presentes en la parte productiva, pero también en la parte logística, la administrativa, la comercial y la directiva. Creemos en que juntos llegaremos más lejos”, explicaba Donato, quien subrayó también la importancia de la conciliación en la empresa.
“Nosotros también tenemos dos niños”, contaba, por su parte, Díaz, “por lo que sabemos la importancia de la conciliación en la vida. Por eso, la actividad productiva se hace siempre por la mañana, para poder tener la tarde libre”.
Y es que El Viejo Pescador, explicó su gerente, fue una “aventura un poco loca” que su pareja y él iniciaron hace ya cinco años. “Fueron comienzos duros, levantándonos a las 5h de la mañana para aprender el oficio y luego aún íbamos a vender. Todo aquello nos sirvió para aprender. Desde entonces tratamos de buscar la mejor calidad posible, producto de cercanía”. Una pasión por Asturias que se refleja en el espíritu de la compañía “ tirar por lo nuestro. En Asturias nos vendemos un poco mal, yo prefiero comprar en los barcos asturianos que a los de A Coruña o cualquier otro sitio”, señaló.