
«Ya se afirma sin tapujos que Adrián Barbón, nuestro Presidente, se sube por las paredes del despacho, que una mala hostia le corre estos días por las venas y le ha subido hasta la cabeza, dejándole en un sinvivir»
En Granda, ya saben, ha habido un movidón de esos que huelen muy mal. La Cooperativa de Agricultores adquirió allí un terrencito a precio de ganga en 2015, mediante una subasta. Cuando llegó la cuarentena, los jefazos de la Cooperativa no le vieron mucho sentido mantener ese poderío, así que se lo vendieron por otro precio mucho mayor al Principado de Asturias a finales de 2020. En la Consejería de Industria, que llevó el negociado, pensaron que no estaría nada mal que en el terrencito se montara una ITV. Las ITV son negocios seguros, como las funerarias, como los seguros de vida, como las notarías. Tierra, muerte y vida. Nunca fallan.
En esta ocasíon, la Consejería de Industria tan sólo tendría que remodelar una vieja nave. Por algo menos de medio millón de euros, unas cuantas constructoras se presentaron al concurso. Pero mire usted por dónde, querido y desocupado lector, que en todo este asunto, el Consejero de Industria, Enrique Fernández Rodríguez, no contó con la opinión de los vecinos de Granda, que por sus huevos morenos, allí no iba a construirse una ITV. Y efectivamente, por sus huevos morenos.
Qué sentido tenía construir una ITV en la zona rural de Gijón, aunque el terrencito hubiesa sido recalificado como industrial en el último Plan General de Ordenación Urbana aprobado por FORO nadie lo sabe. Los vecinos de Granda tampoco. Pero no se despisten. Ahora les contaremos la otra historia.
«Siendo todos camaradas del viejo y del nuevo PSOE, a qué viene tanta demora en la publicación de un contrato»
En los corrillos políticos de todo signo y condición de la ciudad y de la Junta del Principado, incluido el PSOE, ya se afirma sin tapujos que Adrián Barbón, nuestro Presidente, se sube por las paredes del despacho, que una mala hostia le corre estos días por las venas y le ha subido hasta la cabeza, dejándole en un sinvivir. Barbón ha solicitado el contrato de compraventa del terrencito al Consejero de Industria, antiguamente reconocido como uno de los jóvenes turcos, por aquello de jispiar cuánto ha costado. Quiere decirse que el Consejero de Industria todavía no se lo ha remitido a su jefe. También resulta que FORO, Ciudadanos y Podemos han pedido desglosado el coste de toda la operación, incluido el precio de compra del terrencito y, según parece, el Consejero sigue mutis. Como nos imaginamos todos, tanta lentitud ha despertado un montón de suspicacias en la clase política asturiana.
Aqui alguien ha matado a alguien y yo no miro a nadie. Esa es la sensación que se percibe en el asunto de la ITV. Porque se da una circunstancia extraña. En la dirección de la cooperativa se sitúan tres socialistas: José María Pérez, antiguo concejal de promoción económica, Joaquín Vázquez y Francisco González Zapico, ex diputado, ex alcalde de Langreo hasta 1995, ex-delegado de gobierno en 2011. A eso súmenle que Enrique Fernández, el Consejero, ya no forma parte del círculo político de lo que uno vino en llamar «los jóvenes turcos» cuando Adriana Lastra, Adrian Barbón, Gimena Llamedo y Francisco Blanco se revelaron contra Javier Fernández invocando un nuevo PSOE tras el 39º Congreso. Siendo todos del mismo partido, siendo todos camaradas del viejo y del nuevo PSOE, a qué viene tanta demora en la publicación de un contrato.
A todo esto, como la película no parecía suficientemente oscura, al Ayuntamiento de Ana González, que es lista como el hambre, no le gusta tampoco este asunto, así que remitió hace unos días un informe a la Consejería comunicándole que el proyecto de ITV en Granda no pasa, por el momento, la ITV porque tiene algunos errores graves que deben ser corregidos. Un día después la prensa informaba que la Consejería de Industria anulaba el concurso de readecuación de la nave porque no puede continuar con la operación sin saber antes qué errores son esos que deben ser corregidos para que todo salga adelante. O sea, que fuese todo y no hubo nada.
Y después de todo este cuento, uno se pregunta qué carajo se está desmantelando realmente aquí: una ITV, un contrato oculto o una vieja camaradería sentimental. Queremos explicaciones. Ay.
Desde que salió este asunto en casa no comentábamos más que una cosa, terrenos de algún conocido que necesita una ayuda o que no le sirven para nada; un pelotazo de vez en cuando no hace mal al cuerpo y mira tu que sin ser detective no me he equivocado, ni un pelo. Lo que pasa es que esa «CASTA» política como dice aquel, sigue pensando que esto son los 80 y nadie se entera; y ahora en el año 2021 el primero que se tira un «pedete» sin permiso del compañero del al lado cae rápidamente.
Veremos en que acaba todo este desaguisado bien guisado por la vieja guardia y mal digerido por la nueva.
Un culebrón «politico» de los buenos. Espero que podamos enterarnos de cual es su final.