
Como nuestro Antroxu fue unos meses antes de tan histórica celebración, aún no sabíamos cómo iba a ser el vestido de novia de la que a día de hoy tenemos como reina

¿Recuerdan cuando se anunció el compromiso del entonces príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz?
Ya les digo yo que fue un día de todos los santos a las ocho de la tarde. Créanme que fue así. Pero vamos a lo que nos interesa. El enlace iba a celebrarse el 22 de mayo del 2004, año que recordamos en esta entrega de los trajes antroxeros de Pelayo.
Era comprensible que nuestro vecino de la plaza del Marqués, tuviera algo que decir. Y vaya si fue así.
Como nuestro Antroxu fue unos meses antes de tan histórica celebración, aún no sabíamos cómo iba a ser el vestido de novia de la que a día de hoy tenemos como reina. De lo que sí éramos conscientes y como no, críticos, era de que la elección de Letizia Ortíz Rocasolano rompía el protocolo de esta casa real. Periodista, divorciada y plebeya. ¡Es que lo tenía todo, la pobre!
Pero el príncipe Felipe, enamorado hasta las trancas, dio un golpe en la mesa de comedor de palacio- eso no lo digo yo, lo dicen las lenguas viperinas de entonces- y dijo que, si no se casaba con la periodista de la uno, no se casaba con nadie. ¡Ay mamima! Debieron de pensar los de Palacio. Pues que se case o nos queda “pa’ vestir santos”.
Esa princesa con la que se disfrazó a la estatua, debió de besar con tal fuerza a la rana que portaba en su mano, que a día de hoy, no solamente es la reina de España, si no que, junto con el “reconvertido” en un apuesto humano, rey Felipe VI, forma una familia muy bien avenida y querida.