La Asociación Vecinal ‘Alfonso Camín’ se confiesa «satisfecha» tras una reunión con el edil de Tráfico en la que se explicó el funcionamiento del área de bajas emisiones y su conexión con el resto de Gijón; eso sí, piden «estar informados» de la evolución de sus efectos sobre la contaminación
Parece que, por lo que respecta a la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de la Calzada, el hacha de guerra que empuñaban tanto el Gobierno municipal como los habitantes del barrio ha quedado, de momento, enterrada. Ambas partes salían satisfechas de la reunión sostenida este viernes por representantes de la Asociación Vecinal ‘Alfonso Camín’, por un lado, y por el concejal de Tráfico, Movilidad y Transporte Público de la ciudad, Pelayo Barcia, por otro, después de que el segundo explicase a los primeros los detalles del proyecto, e incidiese en la vigencia de cierta promesa hecha desde los compases iniciales de esta obra: no se impondrá ninguna sanción hasta que no esté plenamente operativa una alternativa al tráfico de camiones pesados que, en la actualidad, transita por la avenida Príncipe de Asturias. Nada. Cero. Al menos, por ahora.
«Entiendo la desconfianza generalizada hacia la clase política, porque los ciudadanos estamos hartos de que se nos prometen cosas y luego o no se hagan o, incluso, se haga lo contrario», afirmaba Barcia al salir de un encuentro que no dudó en calificar como «muy positivo». Por supuesto, el de las sanciones fue el tema estrella, y a ese respecto el edil recalcó lo ya dicho a comienzos de año: que la ZBE «tendrá una disposición transitoria para las sanciones hasta 2028, fecha en que podrá ser modificada si el Ministerio sigue sin cumplir con Gijón». Del mismo modo, como regla general «no se utilizaran los distintivos o pegatinas ambientales para determinar los accesos y el estacionamiento en ningún punto de la ciudad», lo que significa que, en la práctica, todo vehículo que supere la inspección técnica (ITV) podrá entrar y salir del área con libertad. Algo que se hará realidad, prosiguió Barcia, porque «los criterios principales de acceso a la ZBE de La Calzada serán por empadronamiento, centros de trabajo y otros condicionantes».
Por lo que respecta a las medidas que restan por tomar en torno a la ZBE, Barcia informó a los vecinos de que la ordenanza que será, en esencia, su espina dorsal administrativa se aprobará a lo largo del año recién empezado, mientras que 2026 será utilizado para dar información general sobre esta clase de equipamientos, su funcionamiento y sus ventajas. Finalmente, en 2027 se procederá a informar y avisar, de manera personalizada, a aquellos conductores que no hayan registrado su vehículo. De ese modo «tenemos tres años por delante para trabajar con la Asociación Vecinal en informar de cada detalle antes de que haya multas». El concejal de Foro concluyó, antes de retirarse, enfatizando que, si bien es contrario a la imposición de una ZBE en La Calzada, «la decisión fue adoptada en el anterior mandato y se blindó vinculándola a fondos europeos; por tanto, dentro de la lealtad institucional, de la obligación de cumplir la legislación española, de las obligaciones adquiridas por el Ayuntamiento, pero respetando lo que prometimos cuando estábamos en la oposición, desarrollamos esta ZBE».
De momento, parece que para los integrantes de la ‘Alfonso Camín‘ el mensaje ha sido, en líneas generales, suficiente. Su presidente, Carlos Arias, reconoce en declaraciones a miGijón que «lo más importante es que haya información sobre una ordenanza que puede parecer muy farragosa»; especialmente en lo concerniente a las sanciones y, no menos importante, a la ausencia de un aislamiento de la ZBE con respecto al resto del barrio y de la ciudad, motivada por condicionantes del estado del vehículo. «Para nosotros es importante saber que no va a haber sanciones, que la gente podrá seguir viniendo a comprar la barrio tranquilamente…». Ahora bien, su satisfacción actual va de la mano de una petición a futuro: que se implemente un seguimiento del que se informe a los vecinos, un control de la evolución de la contaminación gracias a la nueva ZBE con resultados divulgados entre los habitantes del área en cuestión. «Será interesante ver cómo se informa de eso», zanja Arias, para quien «abrir vías de comunicación es fundamental para no incurrir en otros errores del pasado».
Si no se cumple la normativa sobre ZBE ni por parte de la administración ni por la parte vecinal, al menos de momento, no se puede denominar así. Blanco y en botella.