La Asociación de Festejos ‘Baruyu’ logró reunir a cientos de personas en los actos organizados el fin de semana, y ya prepara una nueva serie de conciertos, comidas y diversiones para finales de septiembre
No es preciso hacer un ejercicio de memoria demasiado extenuante para recordar los cercanos tiempos en que las fiestas vecinales de Perchera sólo podían añorarse, y no disfrutarse. La fortuna y el esfuerzo quisieron que el año pasado, tras quince sin celebrarse, un grupo de vecinos liderado por la hostelera Verónica Menéndez constituyese la Asociación de Festejos ‘Baruyu’, y rescatase aquella sana costumbre. La idea cuajó, y el éxito no tardó en llegar; tanto es asó que este pasado fin de semana, durante nada menos que cuatro días, el lugar volvió a verse dominado por la música, la comida de hermandad y, en resumen, la oferta de entretenimiento. Un afianzamiento que contribuye, en palabras de Menéndez, a que «se sepa quiénes somos en Perchera», y que ya tiene su siguiente cita festiva marcada en el calendario; esta vez, a finales de septiembre.
El programa de actividades de este año comenzó en la noche del viernes. De disparar el pistoletazo de salida se encargó la orquesta Pasito Show, a la que el sábado sustituyeron sobre el escenario los grupos Más que Dos, A Pelo y Súper Hollywood. Su lugar lo ocuparon el domingo Moriarty y, de nuevo, Pasito Sow, en una reaparición improvisada después de que la Orquesta Límite anunciase que, por problemas técnicos, no podría acudir. Finalmente, el lunes el grupo Da Silva se encargó de amenizar una comida fraternal a la que concurrieron más de doscientas personas, y que incluyó un bingo para sortear productos cedidos por los comercios de proximidad. Todo un éxito para la directiva de una agrupación que espera seguir creciendo en años venideros.
«Había muchas ganas de que volviesen las fiestas, la verdad», admite, satisfecha, Menéndez, quien celebra y agradece la buena acogida de la iniciativa. Y es que, en último término, todos salen beneficiados, ya que «la gente se divierte, se da visibilidad al barrio a sus negocios…». Y no sólo eso; a la espera de que se tome una decisión sobre el futuro del abandonado complejo Soccer World, es también una forma de devolver la vida a ese entorno, si bien «tuvimos que desbrozar el terreno nosotros, porque Carreteras y EMULSA no se ponían de acuerdo sobre a quién le correspondía. Pero es lo de menos. La gente se ha divertido, y eso es lo que realmente cuenta».