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El volumen de la pesca desembarcada en Gijón en 1950 ascendía a 7.000 toneladas, y su valor era superior a 45 millones de pesetas. Por capturas estaba a la cabeza de los puertos asturianos, una primacía que perdió posteriormente en favor de Avilés. La sardina y el bocarte, seguidos de la merluza y el bonito, eran las especies mayoritarias.
La descarga de la pesca se realizaba en la rampa de la Rula o en las escaleras de acceso al muelle, mediante el trasporte de las cajas hasta el lugar de la subasta, labor realizada por las mujeres. De la pesca vivían unas mil familias en 1950, con participación de todos sus miembros: los varones en la captura en el mar, las mujeres en la descarga, el trasporte o la venta del pescado y ambos sexos en el desenmallado y preparación de las redes.