El acusado, al que también se podría prohibir el acceso a El Molinón durante tres años, se enfrenta a una pena de hasta veinticuatro meses en prisión; el día de autos fue detenido por las autoridades, y el club gijonés revocó su abono poco después

No hay afición futbolística, lealtad a un determinado club, ni pasión por unos colores concretos que justifique muestra alguna de discriminación en el terreno de juego. Y precisamente por eso esta misma mañana la Fiscalía de Área de Gijón ha anunciado que solicita el cumplimiento de una pena de un año y diez meses de prisión para el abonado del Real Sporting que, el pasado 18 de enero, al término del encuentro del equipo gijonés con el Elche CF, profirió insultos racistas contra el jugador senegalés Bambo Diaby, quien milita en el club visitante y que, de hecho, no llegó a saltar al campo. A mayores, el Ministerio Fiscal ha reclamado que indemnice al citado Diaby con la cantidad de 3.000 euros, y que se le prohíba durante tres años el acceso a El Molinón y a cualquier otro estadio en el que se disputen partidos de la Liga Profesional, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) y la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA). El asunto, ahora, está en manos del juez.
El acusado, nacido en 1997, acudió al encuentro en cuestión y tomó asiento en la Tribuna Oeste, coloquialmente conocida como ‘La Tribunona’, a pocos metros del banquillo del Elche. Según el relato de la Fiscalía, sobre las 20.27 horas y una vez finalizado el duelo, Diaby (no mencionado en el escrito, aunque sí identificado por varios testigos) recibió un escupitajo por parte de alguien del público; al volverse hacia la grada, vio al acusado dedicarle gestos propios de un simio, poniendo las manos bajo las axilas y llamándole «Mono». El público reaccionó rechazando semejante comportamiento, que el Ministerio Fiscal considera un ejemplo de «humillación que menoscabó su dignidad»; tanto es así que el individuo, finalmente, fue detenido por los agentes policiales presentes en el estadio. El Sporting, por su parte, revocó su membresía al poco de trascender los hechos. El conjunto constituye un posible delito contra la integridad moral, con el agravante de discriminación por motivos racistas.