
El miembro de Los Tardones se encargó de leer en octubre en la Plaza Mayor el manifiesto de la concentración de las charangas de Gijón para reclamar al Ayuntamiento que expidiera los permisos necesarios para poder ensayar; considera que «el recinto ferial sería una solución» frente a posibles molestias por el ruido

Pierre Fernández Fernández, es miembro de la charanga Los Tardones y está pensando en jubilarse a primeros de año, con lo cual, seguramente seguirá dando guerra porque no tiene pinta de quedarse parado ni para tomar impulso. Encargado de leer el manifiesto en nombre de todas las charangas de Gijón, es un hombre tranquilo pero perseverante, como el que más. Sobre todo, por defender una de las fiestas más importantes y multitudinarias de la ciudad, el Antroxu. Que siga dando buenos frutos y mejores resultados en toda la villa depende en gran parte del cuidado que se tenga para con ella.
¿Por dónde empezamos?
Pregúnteme por qué me llamo Pierre.
¡Vale!
Yo nací en Bélgica y a los cinco años volví con la familia para aquí. De aquella, había un señor en España al que no le gustaban ese tipo de nombres, ni que habláramos ningún idioma que no fuera español, así que tuvieron que ponerme en el carnet de identidad como Pedro.
¡Acabáramos! Es que después de decirme esos apellidos tan ‘franchutes’ ya me parecía a mí que había ‘gato encerrado’.
(Se ríe) Cuando fui mayor y después de mucho papeleo, volví a recuperar mi nombre, con el que me gustaría, cuando llegue la hora, me entierren; con el mismo nombre con el que me bautizaron. ‘Tonteríes les justes’.
¡Uy! Menudo carácter caprichoso… Como el querer empezar a ensayar con su charanga, Los Tardones, en septiembre…
Ya le digo. Es que parece ser que vuelven los años de trabas.
Hablemos de uno de los ejes de su vida y de la de muchos disfrutones como usted, los charangueros de Gijón. ¿Qué fue lo que pasó para que tuvieran que salir a la calle?
Lo primero dejar claro que entre nosotros no ha habido ningún líder. A mí me tocó leer en la Plaza Mayor aquel manifiesto, que fue muy visible, pero nada más. A otros les tocaron otras cosas.
Una vez aclarado este punto, cuente qué les motivó salir a protestar.
Muy fácil. Vivimos en una sociedad en la que protestar es gratis y práctico.
Y parece que efectivo.
Sigo. Es fácil también mentir. No sé en dónde hace poco leí que las charangas vivíamos del dinero público…
¿Y?
Las charangas de Gijón no reciben ninguna ayuda de nada. Vivimos de las cuotas que cada formación pone a los miembros de sus charangas. De ahí a decir que recibimos dinero… ¿De quién?
Se financian solos.
¡Claro! Vamos a otros concursos de Asturias, jugamos a la lotería en Navidad, vendemos camisetas, hacemos bolos en fiestas de otros lugares… Menos aquí.
¡Home sí!
Pues así es.
¿Y no les extraña?
Lo que nos extraña es que nos traten mejor en cualquier sitio que en Gijón. Así que vamos a otros sitios donde nos reciben con los brazos abiertos. Y nos duele mucho, ¡eh! Pero…
¡Venga! Pero vamos con el problemón que tuvieron para ensayar.
Nosotros en septiembre empezábamos con los ensayos. Es verdad que siempre hay alguna denuncia por ruidos…
El que hacen al ensayar.
Sí, por eso hay que pedir permiso a Medio Ambiente y que decida dónde y cuándo podemos ensayar. Este año, alguien tuvo la brillante idea de ‘dejarlo correr’ hasta noviembre.
Habla de que no se pidieron los permisos a Medio Ambiente.
Eso es. Pensaron “los aguantamos un poquitín, pero se apañarán. Para la mierda que hacen…”.
Ustedes creen realmente eso…
Convencidos.
A ver, a ver. Lo que quiere decir es que no entienden lo que hacen.
Básicamente.
Pues, perdone, pero llevan a lo más alto una de las fiestas más importantes y multitudinarias de la ciudad.
Ya, pero eso no lo piensa todo el mundo. No saben lo difícil que es coordinar a treinta bailarines, o más. Músicos, escenografía… Eso es lo que muchos no ven. Aunque, la verdad, detractores no tenemos, todo lo contrario. Cuando salimos a la calle no hay un sitio donde colocar a un niño para que nos pueda ver. Y por eso lo hacemos.
Bueno, pero vamos a volver con el problema que tuvieron.
Pues estuvimos al borde de la desesperación por no poder empezar a ensayar, porque los presidentes y las presidentas de las charangas tienen que mantener la ilusión viva de muchas personas, pagar las cuotas, en muchos casos renta de locales. Mire, cualquier asociación taurina tiene actividades durante todo el año… ¿Escuchó usted alguna queja de esto?
¿El problema está solucionado?
Yo creo que el año que viene va a pasar lo mismo. Eso sí, aprovecho para dar las gracias a muchos vecinos y a la prensa. Nos apoyasteis muchísimo. Ahora bien, cuando acabe este Antroxu tendremos que sentarnos a hablar y ponernos muy serios para buscar una solución definitiva a este problema.
Ya, porque ver los tambores en el suelo fue chocante.
Los tambores tienen que estar tocando, no muertos de la pena en el suelo. Además, nosotros no fuimos exigiendo nada, solo empezar a ensayar en septiembre, como hicimos siempre, en nuestro barrio, en los locales que nos dejan los colegios, o que nosotros alquilamos.
Porque para la gente que piensa que esto os sale gratis…, ¿cuánto puede costar a una charanga poner en marcha un antroxu?
Más o menos, sin desglosar, unos diecinueve mil euros.
¡Caramba!
Y repito, nosotros no pedimos dinero, lo que queremos es tener lugares para ensayar cuando llega el momento. Nada más.
En fin, sigamos con lo guapo, que es la amistad y el divertimento. ¡Bueno! Y el amor, que ya se han formado muchas parejas con el cuento de los ensayos…
Nosotros tenemos una pareja que se conoció en la charanga y ya tienen un ‘mini tardón’ que se llama Tiago.
Y cómo se siente uno después de acabar la actuación del Concurso de Charangas en el Teatro Jovellanos.
Cuando se cierra el telón, ver que otro año más lo hicimos, bien o mal, salimos muy satisfechos. Y eso es lo que queremos, divertirnos y divertir.
Para ir despidiéndonos. ¿Qué necesita Gijón para que todos puedan ensayar sin molestar? Con tantos sitios que hay en la ciudad…
Mire, alrededor de la ciudad hay infinidad de naves que se podrían alquilar esos meses de ensayo. Nosotros haríamos una agenda para no solaparnos y ya estaría. Podríamos ensayar todas las charangas.
¡Bueno, les ofrecieron el recinto ferial!
¡Pero si llevábamos más de un año preguntando si podíamos usarlo para ensayar! Nos dijeron que era imposible… Era la Cámara de Comercio… No había sitio y luego, de repente, apareció el recinto ferial.
¿Y esa sería una solución?
Pues claro.
Que sepa que esta que suscribe hizo allí un par de carrozas. Eso sí, hace muchos años.
Quedo muy sorprendido, sí.