«El anuario de 2023 es seguro que no contendrá la finalización ni de la Zalia, ni del Plan Vías ni del Vial de Jove«
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Ayer estaba leyendo uno de esos anuarios que tanto gusta publicar, en cada comienzo de año, a algunos medios de información, lo que me dio la idea para escribir lo que sigue. Lo sé, no es muy original, pero acompañadme al menos hasta el final de estas líneas a ver si queda algo aceptable.
Comencemos. A medida que avanzaba en la lectura sobre los grandes acontecimientos que habían sucedido en nuestra ciudad en el último año el hecho más destacable, al parecer, es que la alcaldesa se va. Bueno y que hay gente que se va a presentar a la alcaldía. ¡Ah! y que alguien había presentado un nuevo Proyecto para “no sé qué” del Plan de Vías. Ahí ya dije basta.
El “no sé qué” no es fruto del desconocimiento, debo aclarar, sino porque da igual lo que os escriba sobre trenes o estaciones de autobuses, nada se va a hacer y menos ahora con la tramitación del Proyecto de Ley de Movilidad Sostenible por parte del Gobierno Estatal, ley que viene a hacer más sostenible el trasporte público, sí, (espero que se acuerden de las Cercanías ferroviarias de Asturias) pero también a que no se malgaste dinero en proyectos de infraestructuras faraónicas. ¿Adivináis qué territorio, en pleno decrecimiento demográfico, le va a tocar asumir que se tome como ejemplo en lo de las infraestructuras? Pues sí, a ese Paraíso Natural que no tiene votos, ni a izquierda ni a derecha, para aprobar presupuestos estatales. Pero esto es otra historia.
Esa ley que, vaya por delante, es una buena idea y de la que nadie en Gijón os hablará, menos aún el concejal de movilidad de nuestra ciudad; seguramente no beneficie a muchas de las infraestructuras pendientes, empezando por el Plan de Vías claro. Por supuesto el debate de que el AVE llegue hasta Gijón conviene olvidarse de él definitivamente, para la estación de autobuses pendiente desde hace cuarenta años, el Principado de Asturias, único responsable de su construcción, debe dejar de escaquearse e invertir en ella, y sacarla del pack del Plan de Vías y, aún más, sobre todo debe dejar de delegar en manos de ALSA el transporte de viajeros en nuestra región.
De igual manera el Vial de Jove, con décadas de retraso, no parece que sea otra inversión que goce de una buena posición para su ejecución, parada desde hace veinte años. Lo que incide en varias cosas, la primera de ellas es que el tráfico pesado sigue y seguirá transitando por la Calzada, barrio que debe asumir también la contaminación intolerable por PM de Arcelor. La segunda es que, teniendo el tráfico pesado por la Calzada, diseñar eco manzanas en ese mismo entorno es solo poner un decorado verde sobre el gris de la polución, sin dar solución efectiva ni al problema de la movilidad y menos aun al de la contaminación atmosférica derivada del tráfico de vehículos pesados. La tercera es que el sentido de tener una especie de puerto seco logístico en perspectiva, lo de perspectiva es siendo muy generoso y obviando los más de 130 millones de deuda que tiene, como es la ZALIA, si no lo conectas de manera directa, vía ferrocarril y vía terrestre con el puerto, no vale de nada, se convierte en un polígono que compite con otros polígonos (todos ellos de inversión pública).
Porque la ZALIA nace como una zona logística para dar servicios a los dos principales puertos de Asturias, el de Gijón y el de Avilés. Avilés hace tiempo que dejo de poner ni un euro en el Proyecto, dado que allí no va a llegar ninguna conexión ni nada de la Zalia, pero en Gijón, hasta este año, nos está costando casi 15 millones de euros, dinero tirado por los distintos gobiernos municipales y que ha dejado de invertirse en la ciudad para sostener el “grandonismo” de épocas, que, con el paso de los años, han demostrado ser una losa para el desarrollo de la región y de nuestra ciudad.
Por no hablar de la Autopista del Mar, prima hermana de que estas infraestructuras vean la luz en alguna centuria próxima. Bueno de eso, y de que el Arco Atlántico, ese espacio físico de interconexión económica que abarca desde Portugal hasta prácticamente los Países Bajos, alguien se lo crea y alguien apueste por él, a imagen y semejanza de su hermano mucho mejor alimentado, Arco Mediterráneo.
El anuario de 2023 es seguro que no contendrá la finalización ni de la Zalia, ni del Plan Vías ni del Vial de Jove ni ninguna otra, como tampoco contendrá, todas las promesas que están por venir en la próxima campaña electoral de 2023, donde casi todos los candidatos a la alcaldía de nuestra ciudad hablarán de la importancia de todo lo anterior. Y dirán que ellos sí las impulsaran. Y eso, recuerden, no va a pasar, es mentira, porque ni el Ayuntamiento tiene capacidad presupuestaria, bastante tiene con mantener lo que hay, ni tampoco capacidad política para picar en las puertas que sí la tendrían. Y eso es la realidad y lo demás ensoñaciones en papel barato. Como los anuarios.