«Hoy tengo que aplaudir la preocupación de los ayuntamientos por hacer ciudades sostenibles a través de planes de movilidad como el que se acaba de aprobar, por fin, en Gijón»
La llegada del automóvil marcó un antes y un después en nuestras vidas. En los inicios, su uso y disfrute estaba restringido a unos pocos, por lo que el automóvil se convirtió pronto en un instrumento de diferencia social. Poco a poco, el aumento del consumo comenzó a hacer más generalizado su uso hasta el punto de convertirse, con la llegada del SEAT 600, en un medio de transporte más popular que elitista. Recuerdo que de pequeño me asomaba a la ventana en la calle Balbín para intentar adivinar por el sonido del motor la marca del próximo coche que giraría la esquina de la calle La Paz (reconozco que el motor que más agradecí durante años fue el del SEAT 124 cuando mi padre llegaba a casa).
Vinieron los años del ecumenismo automovilístico y comenzó a ser cada vez más difícil reconocer a la primera y ni siquiera a la quinta el modelo de vehículo que se acercaba. Los precios o mejor dicho las condiciones para pagar el precio de los coches llenaron calles, carreteras y autopistas de un parque móvil que era mucho más fácil de adquirir que de mantener. Surgieron las ITV para dejar de ver coches con chapas oxidadas o cubiertas sin dibujo. Pero todo ha sido poco para combatir la invasión de un medio tan práctico como invasivo.
El siglo XXI promete devolvernos a la senda del buen uso y por eso debe ser que cada día que pasa ya no es que no reconozca el sonido de los motores sino que, simplemente, no hay sonido. Las nuevas tecnologías permiten estos milagros de la ciencia que nos van a permitir vivir un poco mejor.
Por eso hoy tengo que aplaudir la preocupación de los ayuntamientos por hacer ciudades sostenibles a través de planes de movilidad como el que se acaba de aprobar, por fin, en Gijón. Una vez más han tenido que pasar casi veinte años desde que se aprobase en 2002 la última ordenanza de tráfico pero la ciudad más populosa de Asturias ha dado un paso para ratificar su vocación europeísta y de modernidad.
«Si no aceptamos los nuevos preceptos contenidos en la ordenanza, las consecuencias no solo serán medioambientales»
La acción política ha dado el paso necesario para que el peatón se convierta en el principal beneficiario y el más protegido en su uso de la ciudad. El peatón es lo primero de la lista hasta el punto de que incluso determinadas aceras, calles y espacios públicos podrían ser declarados “espacios de especial protección para el peatón”. Se reduce la velocidad máxima; a partir del 1 de enero de 2022 los vehículos sin distintivo ambiental no podrán estacionar en la zona azul; se crearán zonas de bajas emisiones para reducir la contaminación acústica; itinerarios escolares seguros, ya sea a pie o en bicicleta; las bicis y los autobuses se convierten en transportes prioritarios… Y así hasta 158 artículos de una ordenanza de movilidad sostenible cuyo título bien podría ser el inicio de la canción que popularizó a finales de los años sesenta del pasado siglo la cantante Perlita de Huelva: “Precaución, amigo conductor…”
Seguiremos conviviendo peatones y vehículos por eso es importante que lo hagamos de una vez por todas en régimen de gananciales. Porque la sostenibilidad es cuestión de todos y porque si no aceptamos los nuevos preceptos contenidos en la ordenanza, las consecuencias no solo serán medioambientales: las infracciones leves conllevan apercibimiento o multas de hasta 200 euros, las graves de 201 a 500 euros y las muy graves de 501 a 3.000 euros.
Nacho Poncela es periodista y colaborador de miGijón
Efectivamente, hubo un tiempo en que los coches invadieron las ciudades, hubo un tiempo en que había trabajo en todas las ciudades de Asturias, Aviles, Gijón, Oviedo, Langreo …. y la gente no tenía que desplazarse una media de 50km para poder ir a trabajar , desplazamientos que se hacen en coche, porque el transporte público en Asturias entre concejos es irrisorio para los trabajadores y dentro de Gijón , aún más, me gustaría un artículo sobre la conexión entre los polígonos de Roces, Tremañes, Bankunión mediante transporte público, porque yo viviendo en el centro si quería tener algo de vida, me salía más rentable ir en coche a trabajar a la Avda de los campones que ir en transporte público y estamos hablando de una zona industrial localizada en la ciudad ya no hablemos de ir a Silvota o demás.
Por cierto el plan de movilidad es algo que no entiendo, tan solo se esta prohibiendo la circulación de ciertos vehículos por años, pero no veo que se este hablando de la renovación total de la flota de vehículos del ayuntamiento, de la flota de transportes públicos, de la parada de autobuses en pleno centro frente al hotel Begoña, con los consiguientes atascos, de aligerar el tráfico en la Avda de la costa tras el cierre del paseo del muro.
Entiendo que quien usa el coche para ir a parque principado un sábado y poco más, le importe un pimiento y vea bien el plan de movilidad, para algunos el coche es necesario, pero si el ayuntamiento pone impedimentos para acceder o para aparcar, hay otras ciudades en Asturias que agradecerán sus visitas y el cambio de residencia.
Por cierto hemos de recordar que el plan de movilidad viene de FORO que ahora se asustan tanto por lo que hace el PSOE, que no es nada más y nada menos que destrozar la ciudad porque Aurelio Martín no se va a ver en otra en su vida, con 4 votos esta destrozando la ciudad , especialmente los barrios que no son caladero de su formación.
Saludos.