«Que no nos nuble la cabeza los dos últimos años que no hubo fiesta, porque veo yo a la gente un poco excitada…»
La flamante pregonera del esperado Xiringüelu, Ana Cano Devesa, no es otra que una mujer de rompe y rasga y de fácil carcajada. Praviana porque le da la gana, como bien apostilla, pertenece a la peña “Los Alloriaos” fundada en los años 90 por un grupo de amigas que desde hace años reúne a una treintena de personas. Trabaja en Oviedo como jefa de la oficina de prensa del Tribunal de Justicia de Asturias.
Espero no tener que pedirle ningún favor.
Ya le digo, mucho mejor hablar del Xiringüelu.
Pues empiece contándonos su historia y el porqué será la segunda mujer pregonera de este “fiestón” del domingo.
Nací en Oviedo e hice la carrera de periodismo en Madrid de donde era mi padre.
Porque su madre es de Pravia.
Eso es. Vivía en Oviedo, pero veraneaba aquí al igual que yo.
¿Cuándo decidió venir a vivir aquí definitivamente?
Hace diecisiete años. Compré casa y vivió aquí porque me da la gana, que tiene mucho más mérito. No voy a ser falsa modesta y decir que no me merezco ser la pregonera. Sí, me lo merezco (risas)
Y cuando le comunicaron desde la Cofradía que querían que fuera la pregonera, ¿quién fue la primera persona que le vino a la cabeza?
Evidentemente pensé en mi padre. Murió en 1994, muy joven. Mi hermano el otro día me decía: ¡madre mía Ana, que papá no viva el que tú vas a ser la pregonera en Pravia…!
¡Claro que le haría ilusión!
Más que me doctorara en Harvard. Mi padre era muy xiringüeleru, cantaba y bailaba muy bien.
Le gustaba la fiesta como a usted.
¡Fíjese! Yo creo que él empujó ahí, desde no se sabe, para que me eligieran (carcajada)
Entiendo entonces a quién dedica e irá dirigido su pregón y supongo, de igual manera, que usted que lo ha vivido desde siempre, dará alguna pincelada sobre el sentimiento que es vivir esta fiesta.
A ver, no pretendo que el pregón sea un discurso de la Real Academia, no toca. Hay que ir rápido, ligero, pero también creo que ya que te dan este honor, hay que aprovechar para decir lo que es el Xiringüelu.
Le pondrá la emoción…
Seguro que en algún momento sí. Tengo claro que voy a dedicar mi pregón a Pravia, a los pravianos y a la fiesta.
¿Qué le parece el cambio tan sustancial que hubo en cuanto a la manera de festejar esta fiesta?
Hay botellón, no hay que ocultarlo. Es la forma en que tienen los jóvenes de divertirse. Nosotros no lo entendemos, a mí me parece un horror estar sacando bebida de una bolsa y sentados en el suelo, pero ellos lo pasan bien.
¿Y la música?
Eso otra. Los acompaña esa música que para nosotros es tan horrible para nosotros… pero a ellos les gusta mucho, así que no podemos negar la evidencia de que la juventud ahora se divierte de una manera distinta a la nuestra. Eso es así y hay que aceptarlo y no podemos alejar a los jóvenes de una fiesta que es la romería de las romerías.
Para eso está la Cofradía.
El papel de la Cofradía es fundamental. Ha podido compatibilizar las dos cosas, el modelo tradicional del xiringüelu, con los romeros de verdad y sus casetas, intentando aproximarse lo máximo a la fiesta original, y el botellón, que tampoco molesta.
Todo el mundo puede venir a disfrutar de esta fiesta.
Exacto, que cada uno la viva como quiera. Está muy bien organizado. Cada uno tiene su zona perfectamente acotada.
Acabemos con un deseo.
Que sea un Xiringüelu tranquilo. Que no pase nada grave porque para eso lleva trabajando tanto la Cofradía, Ayuntamiento y Delegación de Gobierno.
Quedamos a la espera de escuchar su pregón, Ana.
Todo va a funcionar bien, seguro. ¡Ah, y otra cosa! Que no nos nuble la cabeza los dos últimos años que no hubo fiesta, porque veo yo a la gente un poco excitada…