El Sporting necesita una victoria para hacer bueno el empate de la semana pasada
Vuelve el Sporting a El Molinón y lo hace con deberes pendientes. El empate frente al Tenerife, la semana pasada, fue un toque de atención que los de Gallego no pueden obviar. No fue un mal resultado, al fin y al cabo, pero sólo con una victoria hoy, frente al Mirandés, puede convertirlo en algo positivo. La media inglesa, ya saben, ganar en casa y no perder fuera. La última vez que el Sporting se acercó a esa utopía fue con los guajes y Abelardo al frente, con ascenso final incluido. Aquel año los rojiblancos ganaron 21 partidos, empataron 19 y tan sólo perdieron dos. A pesar de todo, el ascenso se alcanzó en una última jornada agónica, con milagro lucense en los últimos compases de aquel partido entre Girona y Lugo.
Decíamos que el Sporting tiene deberes. La imagen de la semana pasada no fue buena. Fue la versión del Sporting que desaprovechó el año pasado 40 jornadas en play off, sin mordiente arriba, sin fluidez en la circulación, sin profundidad y dos pasos más atrás de lo recomendable. Tampoco la defensa fue un fortín. Los centros laterales están siendo un calvario para Babin, Valiente y Mariño. Ya sufrió el club para mantener la portería a cero en el primer partido, con un par de manos salvadoras del meta gallego. No está Babin a su nivel habitual, tal vez lastrado por la Copa de Oro que jugó este verano, privándole de una pretemporada normal. O tal vez sea la edad, como en el caso de Valiente. La veteranía, en un central, es un grado, pero tal vez a los dos titulares rojiblancos les estén pesando los años demasiado. En el banco, mientras, esperan Borja y Berrocal su turno, su oportunidad. Dos jugadores con un gran juego aéreo, fuertes, contundentes.
En fase ofensiva la cosa no fue mucho mejor. La imagen de Nacho en el primer partido, liderando la creación del juego, se difuminó en la isla. El de Luanco es de esos jugadores con clase, irregulares, que no dejan indiferente a nadie. No termina de encontrar el poso que le permita un mínimo de regularidad en su juego. Tiene un físico que le permite jugar en todo el campo, es capaz de marcar el ritmo del partido, filtrar un pase entre tres o cuatro rivales y hasta tiene un buen quiebro. Pero no es capaz de hacerlo tres partidos seguidos. Parece que en este inicio de temporada Gallego le ha ido dando cancha, con un Pedro afectado por el coronavirus este verano, aunque parece ir cogiendo la forma y su presencia en el campo se nota siempre de forma positiva. A la espera de la irrupción de Rivera, al que le queda todavía para poder disputarle la titularidad a Gragera, son las principales armas para la zona de creación rojiblanca.
Arriba hay menos dudas. O, mejor dicho, no existen con la punta de lanza. Djuka y Villalba parecen intocables. Lo del montenegrino es obvio, pues con la marcha de Álvaro casi segura, ya no tiene competencia por el puesto. Campuzano no es un delantero centro puro y Pablo Pérez menos aún. Rico tiene trabajo, pues en tres días debería de tener un recambio bueno, bonito y barato para no pasar un año rezando para que el 23 no se lesione. Por no recordar que la nacionalización de Djuka como montenegrino le ha abierto las puertas de la selección y se perderá unos cuantos partidos en las ventanas FIFA. Las bandas, que tampoco parecen cerradas de cara al mercado, están más o menos perfiladas también. Gaspar, Aitor y el Puma se juegan dos puestos en una especie de juego de la silla futbolística, con la sombra del rumor de Jony sobrevolando Gijón.
El rival
El Mirandés es un equipo superviviente. Cada verano su director deportivo se enfrenta a la complicada tarea de reconstruir una plantilla con una buena cantidad de jugadores cedidos. Su magnífica relación con las canteras de Real Sociedad y Athletic de Bilbao, el rastreo de jóvenes promesas en busca de minutos y el acierto con los nombres en los banquillos son una nota que se repite cada pretemporada. Hace dos años, con Iraola en el banquillo, los castellanos rozaron el play off. El año pasado, con el denostado José Alberto a los mandos, se pasearon sin problemas por la zona media, sin asomarse al precipicio. Una hazaña que recuerda los tiempos en los que el Eibar era ya un clásico en segunda división, antes de su ascenso y caída.
Los rojillos, que acaban de cerrar la incorporación de Alejandro Marqués, procedente de la Juve, son un club con un buen manejo de balón, ofensivo, que no ha perdido en El Molinón en sus dos últimas visitas.
Posibles alineaciones:
Sporting – Mariño; Rosas, Babin, Valiente, Kravets; Gragera, Pedro; Aitor, Villalba, Gaspar; Djuka
Mirandés – Lizoain; Carreira, Odei, Capellini, García; Meseguer, Rey, López; Gelabert, Moreno, Vicente
Hora: 17:00
Estadio: El Molinón Enrique Castro Quini