«Curiosamente, el Espanyol, un histórico de la máxima categoría del fútbol español y que atesora cuatro Copas del Rey, fue el rival de la primera promoción de ascenso que disputó el Sporting en su historia»
El destino ha querido emparejar al Sporting con el Espanyol en la fase de promoción de ascenso de la temporada 2023-24. Curiosamente, el conjunto catalán, un histórico de la máxima categoría del fútbol español y que atesora cuatro Copas del Rey, fue el rival de la primera promoción de ascenso que disputó el Sporting en su historia. Fue en la temporada 1942-43, y en ese curso el conjunto rojiblanco quedó cuarto clasificado en la fase de ascenso de Segunda División, tras Sabadell, Real Sociedad y Valladolid, por lo que ascendían de forma automática los dos primeros y promocionaban pucelanos y asturianos contra el Granada y el equipo perico, clasificados en las posiciones décimo primera y décimo segunda de la máxima categoría. Cierto es que, pese a ser una temporada relativamente exitosa en lo deportivo, no había sido fácil para el conjunto gijonés. Se vivió la destitución del técnico Martín Marculeta tras una abultada derrota en San Sebastián por 6 a 1, se vivieron problemas de pago de los salarios de la plantilla y el club se vio obligado a recurrir a la creación de distintas comisiones para tratar de solventar los permanentes problemas de las arcas de la entidad. Por si fuera poco, ya al final de temporada se tuvo que recurrir a fichar a un portero, Guillamón, ante la lesión del guardameta titular, Leicea, que, eso sí, estaba recuperado para la disputa del partido más importante de la historia del club gijonés hasta esa fecha.
Aquel encuentro clave para dirimir el futuro deportivo del equipo rojiblanco se diputó, a encuentro único, en Madrid el 18 de abril de 1943. Las formaciones de ambos conjuntos fueron las siguientes:
RCD Espanyol: Martorell, Casas, Mariscal, Torres, Fábregas, Llimos, Macala, Jorge, Juncosa, Olivas y Huguet.
Sporting (entonces, oficialmente Real Gijón): Leicea; Ceballos, Luis Sion, Tamayo, Calleja, Cervigón, Díaz, Paladini, Chipía, Bachiller y Liz.
Lo cierto es que el Sporting perdió el encuentro por 2 a 1, pero las sensaciones fueron positivas en lo deportivo. Había dominado a la potente escuadra catalana durante buena parte del encuentro y la mala suerte había sido determinante en la derrota asturiana. El conjunto gijonés sufrió la lesión de su guardameta, Leicea, cuando apenas se llevaban veinte minutos disputados y los blanquiazules vencían por 1 a 0, tanto obra de Huguet. Como quiera que en aquellos tiempos no estaban permitidos los cambios, fue el defensa gijonés Tamayo quien ocupó provisionalmente el marco rojiblanco y lo hizo durante casi veinte minutos, en los que los asturianos jugaron con diez. Tras encajar el Sporting el 2 a 0, obra de Juncosa, Leicea regresó renqueante al campo y Tamayo ocupó su posición original. El Sporting mejoró notablemente con la igualdad de efectivos, pero de poco sirvió el gol asturiano de Paladini. El partido finalizó con dos a uno y el Sporting hubo de esperar a la temporada siguiente para certificar su ascenso a la Primera División española.
Lo hizo, esta vez sí, como campeón de la categoría.