Gijón será sede esta mañana de una nueva concentración para exigir el siguiente paso: la inmediata liberación de las sindicalistas, en cuyo indulto sigue trabajando el Gobierno de la nación

Justo cuando todo parecía en contra, marcado por aquella demoledora imagen de su entrada en prisión, ‘Las 6 de La Suiza‘ han recibido su primera buena noticia en semanas. Tal como la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) anunciaba este viernes en sus redes sociales, y se confirmaba sin margen para la duda horas después, las sindicalistas, encarceladas en el Centro de Inserción Social (CIS) ‘El Urriellu’ desde el 10 de julio, han recibido el esperadísimo tercer grado penitenciario, por lo que podrán completar su pena, de tres años y medio de prisión, en régimen abierto. En la práctica, eso significa que las cinco mujeres y el hombre acusados de coacciones graves contra el propietario de la pastelería gijonesa La Suiza podrán retomar sus responsabilidades profesionales, académicas y familiares, y sólo deberán regresar al CIS para pernoctar. Una victoria sin paliativos a la que, esperan los agentes implicados, sucederá cuanto antes el ansiado indulto, en el que ya trabaja el Gobierno español. Precisamente para tratar de acelerar ese proceso esta mañana, a las 12, tendrá lugar una nueva concentración, esta vez en la plaza del Marqués de Gijón, convocada por el grupo de apoyo ‘Sofitu a Les 6 de La Suiza’; por su parte, la marcha que a las 12.15 de hoy tendría que haberse hecho desde la estación de Tabladiello hasta el CIS ha sido anulada.
Es fácil imaginar las escenas de júbilo que ayer embargaron a los familiares y allegados de las encarceladas, quienes han estado contando los días, prácticamente las horas, hasta que llegase la buena nueva, materializada en cumplimiento del artículo 72 de la Ley Orgánica General Penitenciaria (LOGP), y del 102.4 del Reglamento Penitenciario (RP), las dos normas fundamentales que rigen los accesos y salidas de los penales españoles. Aun así, tanto la CNT como las restantes entidades sindicales implicadas en esta cruzada insisten que todavía queda una larga y dura lucha por delante… Al fin y al cabo, y más allá de que las arrestadas sean, por fin, indultadas en un futuro cercano, la sentencia condenatoria sigue siendo vista como «un golpe directo al ejercicio del sindicalismo», y ha hecho saltar todas las alarmas sociales, a la vista de la desprotección de dicho derecho fundamental que ha demostrado. De ahí que los participantes en este movimiento reivindicativo exijan al Ejecutivo de la nación un mayor blindaje de la actividad sindical, de modo que su puesta en práctica, siempre y cuando no incurra en flagrantes ilegalidades, no pueda ser censurada por el arbitrio de un determinado juez.