La tripulación femenina de K4-500, integrada por la asturiana y por sus compañeras Estefanía Fernández, Carolina García y Tere Portela, cruzó la línea de meta de la final en sexta posición, volviendo a casa de los Juegos con un diploma

La jornada de este jueves resultó épica para Saúl Craviotto y sus compañeros Marcus Cooper Waltz, Rodrigo Germade y Carlos Arévalo, ganadores del bronce en la final de K4-500 masculino de los Juegos Olímpicos de París. También lo fue para Diego Domínguez y Joan Antoni Moreno, quienes conseguían un metal similar en la prueba de C2-500. Desgraciadamente, esos dos focos de alegría no pudieron tener una tercera réplica en el caso del K4-500 femenino. Pese a su buen desempeño general, el equipo español formado por Estefanía Fernández, Carolina García, Tere Portela y por la asturiana Sara Ouzande llegaba al término del recorrido en sexta posición, muy alejado de un primer puesto que, en esta ocasión, ostentó una muy potente Nueva Zelanda, con Alemania como segunda y Polonia, como tercera. Así, las hispanas regresan a casa con sólo un diploma brazo, pero con la satisfacción de saberse protagonistas de un duelo náutico más que meritorio.