El Grupo Municipal del PSOE propone instalar tales recursos en los arenales del municipio, y alerta de que «no es un hecho puntual, ocurrirá todos los veranos»

El que un organismo como la carabela portuguesa, cada vez más frecuente en las aguas del Cantábrico, pueda llegar a arruinar el plácido baño de una persona con su urticante picadura se ha convertido en una perspectiva de lo más desagradable para los miles de bañistas, locales y visitantes, que estos días gozan del calor en los arenales de Gijón. No olvidemos que, en lo que va de verano, ya se han registrado algunos cierres de playas… Y si bien, por el momento, no se ha hallado ninguna fórmula realmente efectiva para reducir su llegada a las costas, el Grupo Municipal del PSOE lanzaba este miércoles una posibilidad: instalar redes para frenar esas arribadas, y hacerlo a partir de la temporada estival de 2026. Así lo planteaba ayer el concejal Ramón Tuero, encargado de exponer públicamente la propuesta, y que la llevará a la próxima Comisión de Medio Ambiente, fechada para septiembre.
Tal como el edil socialista detallaba, el calentamiento del agua ha provocado un incremento de la presencia de esta especie en el Cantábrico, hasta el punto de que ayer mismo San Lorenzo hubo de enarbolar la bandera roja por ello. «La llegada de carabelas portuguesas no es un hecho puntual, ocurrirá todos los veranos debido a, entre otros factores, el calentamiento del agua. Hay que aprender a convivir con ellas y tomar medidas», advirtió Tuero. De ahí su idea, que se combinaría con el estudio de la carabela que, en estos momentos, realizan conjuntamente entidades como la Universidad de Oviedo, el Centro Oceanográfico o el BIOPARC Acuario de Gijón. Por todo ello, para el concejal es clave la creación de un centro asesor en el que participen los agentes implicados.
«De aquí al año que viene tendremos conclusiones de los estudios, tendremos más conocimiento acerca de las carabelas y se podrán instalar las redes que ya están en otras ciudades costeras», ahondó Tuero, recordando que las carabelas se desplazan por la superficie, por lo que la colocación de las protecciones no afectaría al fondo marino ni al ecosistema. A mayores, la propuesta ayudaría a potenciar el oficio de redera, en franco riesgo de extinción, y que tiene a Teté Costales como una de sus últimas representantes en Asturias. Conviene señalar que la citada Costales recibirá el Premio a la Mujer Prestosa en la 68ª Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA). Según concluyó el edil del PSOE, ella misma podría ser la encargada de coser las redes anticarabelas a las balizas que formen parte de la instalación.