El empresario organiza una de las citas de la prestigiosa serie de eventos, centrado en ayudar a los jóvenes a fomentar el pensamiento crítico, llamar a la reflexión y detenerse, pese a la vorágine del mundo, para hacerse esas preguntar que condicionarán su futuro
¿Por qué estamos aquí? Vale, antes de responder a una pregunta tan aparentemente obvia tratemos de analizar la profundidad que reviste… Porque, no nos engañemos, si de verdad uno se plantea darle la debida contestación, profundizando todo lo posible en ella, es fácil encontrarse con un auténtico universo de posibilidades, de dudas, de inseguridades… Y, aun así, es algo sobre lo que todo ser humano debería meditar alguna que otra vez. Unas cuantas, a ser posible. Incluso, durante la juventud, una etapa vital especialmente propicia para ello. Así lo cree Mateo Tuñón. Este joven empresario ha tomado conciencia de dicha necesidad, como también de lo difícil que puede ser satisfacerla en un mundo tan apresurado, caótico y ‘ruidoso’ como el presente. Por ello, ha dado un paso adelante y ha aprovechado los Cursos de La Granda para organizar la sesión ‘Los jóvenes en busca de sentido’. ¿Su meta? Convencer a quienes comparten su rango de edad, y a cualquier otra persona interesada, en las bondades de pensar, reflexionar, analizar y, en última instancia, esforzarse por hallar el tan anhelado sentido de la vida. Una cuestión sobre la que diserta en el Canal Prestosu de Caja Rural de Asturias.
«A veces, vamos muy rápido; yo el primero«, reconoce el propio Tuñón a la conductora del espacio, la periodista Juncal Herrero. De ahí que, como defensor confeso de la cita de Séneca «No hay viento favorable para aquel que no sabe hacia donde va», su pretensión con este evento haya sido, precisamente, animar a pisar el freno, dicho coloquialmente, y a bucear en lo más profundo de las emociones que atesora uno mismo… Aun sin ser consciente de ello. «Es necesario pararse, centrar el tiro y preguntarse ciertas cosas, y no hay que ser filósofo, ni especialmente elevado, para pensar en ellas«, ahonda el invitado. Y es que las consecuencias de tamaño ejercicio pueden ser tremendamente beneficiosas… No sólo a escala personal, sino también académica y profesional, por contribuir a trazar un camino firme hacia un objetivo concreto. Algo nada desdeñable en una etapa de la historia en la que, por poner un ejemplo cercano, fácil y mencionado por Tuñón, incluso las redes sociales «muestran realidades que, quizá, no sean demasiado realistas; es un modelo de éxito muy rápido, fácil, de muchos seguidores, de mucho dinero… Y eso no forma parte de la realidad o, al menos, no de la que creo que muchos aspiramos a alcanzar«.
En fin, una titánica, aunque práctica y rentable, labor de autoanálisis a la que ahora es más sencillo aproximarse.