Los vecinos de las catorce viviendas incluidas en la sentencia tienen de plazo hasta las 9.30 horas del 20 de octubre para abandonar sus hogares; los afectados impugnarán la decisión, e insisten en que «no nos vamos a ir a ninguna parte»
En esa especie de larga, complicada y amarga partida de ajedrez que disputan los vecinos del ‘bloque en lucha’ en que se ha convertido el número tres de la calle Río Piloña, en Contrueces, y la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB), este último jugador parece haber conseguido ‘comer’ una pieza importante… Aunque no definitiva. Atendiendo a la petición presentada por el coloquialmente conocido como ‘banco malo’, este mismo viernes el Juzgado de Primera Instancia Número Once de Gijón ha ordenado el lanzamiento, por parte de sus habitantes, de catorce de las viviendas que integran dicho edificio. Así, las familias afectadas, once en total, tienen de plazo hasta las 9.30 horas del 20 de octubre para desalojar sus hogares de forma voluntaria y pacífica, llevándose consigo sus pertenencias, y asumiendo que todo cuanto quede atrás se considerará abandonado y en poder de la SAREB. A primera vista, podría parecer un dictamen trágicamente definitivo. Sin embargo, los vecinos aún no dan la batalla por perdida, y confirman que impugnarán la sentencia dentro de los próximos cinco días, el mismo plazo que recoge el documento.
«Está siendo una montaña rusa de emociones pero, por encima de todo, prima la unidad y el convencimiento de que, unidos, no nos vamos a ir a ninguna parte«, advierten los representantes de los perjudicados, decididos a sostener la batalla contra el ente nacional. Una perspectiva que, de no prosperar el recurso de impugnación, podría incluir más de una curva, toda vez que la resolución judicial actual prevé la intervención de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para consumar el desahucio colectivo, en caso de que sus protagonistas opongan resistencia. Claro que, a tenor de que lo que están en juego son sus hogares, ni siquiera esa posibilidad intimida a los habitantes de Río Piloña. «Si nos quedamos aquí las once familias, no hay auxilio de la fuerza pública, como dice la sentencia, que nos eche de las que son nuestras casas; la SAREB está jugando sus cartas a sota, caballo y rey, así que no nos merece la pena desmoralizarnos por eso«, concluyen.
De hecho, esta mala nueva no hace sino reforzar la convicción de los residentes en el ‘bloque en lucha’ de que su contrincante, en apariencia más grande, más rico y más poderoso, no está sosteniendo el pulso haciendo gala de un fair play, del ‘juego limpio’ que cabría esperar en un adversario digno y honorable. En ese sentido, todos en la zona recuerdan las irregularidades detectadas en los contratos recientemente remitidos por la SAREB; las mismas que, de no haber sido reclamadas, habrían otorgado al ‘banco malo’ herramientas para acometer los desalojos de algunas de las familias en un plazo de un año. «Al ser un proceso por el cual sufres mentiras y engaños continuos, eso acaba suponiendo un varapalo constante a la estabilidad«, admiten los vecinos. Pero ni por esas. Porque, insisten, «allá, en sus despachos en Madrid, seguramente pensarán que con esta última carta vamos a dar por finalizada la lucha, cuando somos conscientes de que es aquí cuando más falta hace la resistencia y la unidad… Y, quizá, cuando más sale a flor de piel que están vulnerando los derechos de manera flagrante«.