El cuerpo estatal hace público un decálogo de medidas para prevenir posibles estafas y alertar sobre nuevas prácticas delictivas, como el QRishing o el typosquatting
Con un número abrumadoramente alto de comercios extendiendo a toda la esta semana los descuentos del llamado ‘Black Friday’, que se celebró el pasado viernes, la cifra de consumidores decididos a aprovechar los cientos de chollos puestos en los mostradores parece crecer por momentos. Y, como en cada nueva temporada de ofertas y rebajas, esa realidad ofrece un goloso caladero para los delincuentes, especialmente para los amantes de la estafa y el latrocinio. Por esa razón, el Cuerpo Nacional de Policía ha hecho público un decálogo de medidas de prudencia a aplicar por clientes y comerciantes en estos días de alto consumo, muchas de ellas orientadas al ámbito digital. La idea fuerza, como reza el eslogan de la campaña, es que «el ‘Black Friday’ no se convierta en un ‘Bad Friday’ para tu bolsillo».
Muchos de los puntos incluidos en el documento responden al puro y simple sentido común. Desconfiar de los descuentos excesivos y de los correos electrónicos mal redactados, estar ojo avizor a posibles enlaces fraudulentos o dudar de cualquier SMS que invite a rastrear un paquete del que no tenemos constancia son ya parte de las precauciones cotidianas. También es recomendable confirmar que la calidad de los productos ofertados es similar a la de aquellos que se comercializan en temporada, buscar el símbolo del candado y la letra ‘S’ en las URL de las webs de venta, y no facilitar datos bancarios de ninguna clase en respuesta a mensajes que los soliciten sin antes contactar con la entidad. Finalmente el decálogo de la Policía Nacional introduce nuevas amenazas, consecuencia de la evolución de la tecnología, como el QRishing, una forma de estafa por medio de códigos QR falsos, o el typosquatting, táctica que redirige al posible comprador a una página falsa y fraudulenta al escribir mal su URL.
En todos los casos se recomienda extremar la vigilancia, anteponer la prudencia al ansia de consumo y, en caso de ser víctima de un fraude, acudir de inmediato a dependencias policiales con toda la información que sea posible recopilar.