La historia del pan se remonta a tiempos inmemoriales. Su introducción en la dieta humana se fecha en torno al año 12000 a. C., durante el Neolítico, más concretamente cuando se abandonó el modo de vida nómada (caza-recolección) para adoptar el sedentarismo (agricultura). Cada cultura lo incorporó a su rutina y lo utilizaba de una manera diferente. Los egipcios elaboraban la masa con la harina y agua y desarrollaron hornos para su cocción. Los griegos perfeccionaron la masa: añadieron cereales e idearon distintas formas de elaboración. Los romanos mejoraron los hornos, los molinos y las máquinas de amasar.
Poco queda ya de aquella época en la que los ciudadanos amasaban el pan en casa y le ponían una marca que lo distinguiera para después llevarlo a cocer a los hornos públicos. El pan pasó de ser el alimento base de nuestra dieta a convertirse en el acompañamiento perfecto para otros platos más contundentes. Son tantas las variedades de pan como tipos de gustos existen.
¿Qué pan gusta más en Gijón?
De leña, bregao’, de pueblo, muy hecho, poco hecho… La gente cada vez busca más un buen pan, un pan de verdad, como los de antes. Por eso se está poniendo tan de moda la masa madre, un pan elaborado sin levaduras químicas ni añadidos que recuerda a los tiempos en los que se hacían los panes en casa.
En esta línea, el que más gusta a los gijoneses es el pan de León, que es de masa madre y resulta más natural al paladar. Es ideal para acompañar una fabada, porque tiene miguina y viene de maravilla para mojar. Pero no es el único, también se está comprando mucho el pan de pueblo, un pan sabroso, con mucha miga (además jugosa) y corteza crujiente. Otra opción que tampoco falla es el pan de leña, horneado con combustible de leña y característico por sus propiedades aromáticas.
Los más buscados para la playa
El verano está a la vuelta de la esquina y ya se empiezan a notar las ganas de playa. Levantarse bien temprano por la mañana, coger la nevera y el macuto y marchar pa’ la playa a disfrutar de uno de los pocos «días de verano» que tenemos aquí, de los de verdad. El plan perfecto.
Si no quieres complicarte mucho la vida con la comida ni estar pendiente de andar llevando cubiertos o tuppers, lo mejor es que tires de los bocatas de toda la vida. Son la opción más económica, fácil y rápida. De hecho, lo ideal son los medios o cuartos. Al ser barras un poco más anchas resulta más fácil hacer los bocadillos, aunque también hay quien se inclina por el pan de pueblo.
Los preferidos de los más pequeños (y sus padres)
Una excursión del cole, los recreos, la merienda… Qué mandarle a tu hijo en la mochila puede convertirse a veces en un verdadero quebradero de cabeza. Pero eso se acabó. Te proponemos varias ideas para que el peque o la peque de la casa lleve una comida apetitosa que le permita mantener la energía a lo largo del día y que, además, la disfrute.
El gran favorito son, sin duda, los bollos preñaos. En Asturias es casi tradición llevar este delicioso manjar para pasar el día de excursión con los compañeros o para recargar pilas en el recreo. Si los niños tienen aparato en los dientes es importante que el pan sea blando para que no les haga daño, así que otras opciones que no fallan para las meriendas son el bollín y los bollos de Viena, que son de leche.
Pero si tú eres de los clásicos y no quieres complicarte mucho, también puedes tirar de las barras grandes de toda la vida para hacer bocadillos. Es un acierto asegurado.
La opción para los más ‘fit’
Eso de que el pan engorda ya debería ser un mito. La importancia de una dieta sana y equilibrada cada vez está cobrando más importancia en nuestras vidas y hoy en día existen opciones para todos los gustos. Si el deporte es una parte imprescindible de tu vida, también lo será una buena fuente de hidratos de carbono.
Fibra, 100% integral, de cereales… puedes elegir el que mejor se ajuste a tus necesidades. El integral tiene un mayor valor nutritivo, siendo más rico en fibra, vitaminas y minerales. Además, fomenta una mayor sensación de saciedad y aporta energía de forma más progresiva, por lo que puedes tomarlo horas antes del ejercicio o la noche de antes.
Otro pan que lo está petando entre los adictos al deporte es el de centeno. Contiene menos gluten que otros cereales, lo que le da una apariencia más compacta, y presenta varias ventajas frente al pan habitual de trigo: se conserva fresco durante más tiempo, contiene más fibra y es más rico en algunos minerales como magnesio, potasio o hierro.
El pan de maíz es también una gran opción. Se elabora con harina de maíz y trigo, y además es bajo en purinas, por lo que es apto para personas con problemas de ácido úrico.
El pan de los güelos y las güelas
Nuestros mayores saben bien que antiguamente el pan se hacía con masa madre y no se usaba levadura química, así que suelen ser los que más se inclinan a llevarlo. La preferencia estrella es la barra ‘Premiére’, un pan de masa madre de doble fermentación que, además, está muy bien para acompañar con platos de cuchara porque tiene miga. Así que si eres de esos a los que les gusta rebañar el plato y dejarlo como si estuviese limpio… ¡este es tu pan!
Otra alternativa que también gusta mucho es lo pequeñito: riches, bollinos, mini baguettes… Si vas a ir a comer a casa de los abuelos y no quieres llegar con las manos vacías, o directamente te gustaría sorprenderles con un detalle que no esperan, te recomendamos que lleves uno de estos. Te comerán a besos y luego te cebarán hasta que no puedas más, algo muy típico de nuestros güelos.
El favorito de Panrís
Hemos hablado con los trabajadores de Panrís para saber cuál es su favorito y, de entre todas las variedades que ofrecen, ellos lo tienen claro: el podio lo forman el pan de León, novedad de la casa, la barra ‘Premiére’ de masa madre y la francesa o el andaluz. Este último, con miga, es perfecto para los amantes del pan poco hecho.
Encontrarás todos estos panes y mucho más en las once Panaderías Panrís de Gijón. Opciones variadas para todos los gustos sin renunciar al sabor que les caracteriza en sus tiendas de Uría, Avenida de Galicia, Aguado, Schulz, Tomás Zarracina, Magnus Blikstad, Sagrado Corazón, Anselmo Solar, Brasil, El Llano o Pumarín.
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