Pese al rechazo de PSOE, IU y Podemos, y la abstención Vox, el Pleno saca delante una modificación presupuestaria de 150.000 euros para cubrirlas, integrada en un bloque de cambios mucho mayor tachado de «saqueo» por la oposición

Pues sí… Ya son algo más que palabras: Gijón tendrá por siempre a su ‘chatín’. Y este miércoles, con más solidez, si cabe, después de que, pese al rechazo de PSOE, Izquierda Unida (IU) y Podemos, y la abstención de Vox, el Gobierno local haya dado su visto bueno a una modificación presupuestaria, con cargo al remanente, para sufragar la construcción e instalación de las esculturas dedicadas al fallecido actor Arturo Fernández y a ‘Las Pescaderas’ de Cimavilla, por un montante conjunto de 150.000 euros. Ambas piezas decorarán respectivamente el ‘barrio alto’, en el caso de la de ‘Las Pescaderas’, fruto de la iniciativa particular de la gijonesa Tina Iglesias, y el paseo de Begoña, en el de Fernández, cuya efigie promete convertirse en uno de los grandes photocall de la ciudad gracias al empuje de la Asociación ‘Gijón Participa’. Claro, que ese cambio fue sólo uno de los puntos de la citada modificación, que también incluye la extracción de dos millones de euros reservados para la capitalización de la Empresa Municipal de Transportes Urbanos (EMTUSA), que ahora se invertirán en la compra de autobuses sin recurrir a préstamos. Una maniobra muy contestada por la oposición, temerosa de la falta de liquidez en la que semejante utilización del dinero pueda dejar a las arcas de las empresas locales.
Poco calmó los ánimos el que una segunda modificación presupuestaria, destinada a la Fundación Municipal de Cultura (FMC), recibiese el espaldarazo de todas las formaciones, salvo por la abstención de Vox. El tono general de esa parte del Pleno quedó condicionado por el debate en torno a la primera, que también contempla una dotación de otros 150.000 euros para las obras de renovación en el canal del Molín, de la que se va a hacer el encargo a la Empresa Municipal de Aguas (EMA), con un coste total de 623.067,02 euros, y con la mirada puesta en garantizar la salubridad de las lagunas del parque de Isabel la Católica. Olaya Suárez, portavoz de Podemos, fue la primera en atacarla; no porque no sea necesario acometer tal acciones, sino porque el recurrir a dichos fondos responde a un afán por gastar un dinero «que no tienen», extrayéndolo organismos autónomos y empresas públicas. En último término, el miedo es que el remanente pueda quedar sensiblemente debajo de las obligaciones de amortización de deuda impuestas por la ley… Y que el ‘agujero’ resultante se cubra descapitalizando las empresas municipales. «Es algo que no se puede hacer», advirtió Suárez, antes de ceder la palabra a su homólogo al frente de Izquierda Unida (IU), Javier Suárez Llana, quien afeó al Gobierno que gaste remanente «a su conveniencia» para que, luego, la deuda «la paguen organismos y empresas», un auténtico ejercicio de «saqueo» que «vacía las cuentas para pagarles la fiesta». Por último Marina Pineda, desde la bancada del PSOE, acusó al Ejecutivo gijonés y, más en concreto, a la concejala de Hacienda, María Mitre, de haber hecho de la «improvisación y opacidad» la seña de identidad de su gestión de las cuentas municipales.