ENTREVISTA CON EL CABEZA DE LISTA DE SUMAR AL CONGRESO POR ASTURIAS
HERENCIA UNIVERSAL: «No hay que tener miedo. Es como aquellos que se están operando la cadera de forma gratuita en la sanidad pública y que podrían también permitírselo en la privada»
NACIONALISMOS: «Al final no son temas tan relevantes cuando mucha gente no llega a fin de mes»
MEDIOAMBIENTE: «No podemos permitir que durante la transición ecológica un trabajador pueda ser despedido»
Rafael Cofiño, gijonés y médico de familia, ha dado el paso a la política nacional tras una larga trayectoria trabajando para la Consejería de Sanidad, donde llegó a ser director general de Salud Pública del Principado en los tiempos más duros de la pandemia. Lo hace como número uno de la coalición Sumar al Congreso por Asturias, que lidera Yolanda Díaz. Ambos se dieron un baño de masas el pasado sábado en Cimavilla. En plena maratón de mítines e intervenciones mediáticas, Cofiño nos recibe para hablar de sus propuestas, la herencia universal, la convivencia entre los distintos partidos de la coalición y hasta la relación con los partidos independentistas.
Sus primeras elecciones implican el salto directo a Madrid. ¿Le abruma su posible llegada a la política nacional?
Es un terreno parcialmente diferente. Llevo 23 años trabajando en la Administración y siempre he estado cerca del poder político. Lo cierto es que la salud pública es una cuestión muy relacionada con muchos factores más allá del sistema sanitario: empleo, vivienda, servicios sociales, igualdad… Hacer política es una forma de hacer salud pública, un terreno conocido para mí.
¿Es muy complejo el día a día de la campaña en una coalición con tantos partidos?
En Asturias antes del proceso de listas todos los partidos que se iban a integrar en Sumar habían asumido un proceso de trabajo conjunto. Todos lo han enfocado de forma generosa. Hemos generado un equipo mixto entre gente que está en los partidos y gente que no está, como yo, que soy independiente. El propio proceso de trabajo está facilitando que los partidos piensen en trabajar de forma coordinada.
¿Les ha pillado a pie cambiado el adelantamiento electoral del presidente Pedro Sánchez?
El proceso de reflexión de ciertas partes tenía un recorrido más hacia septiembre, pero el programa se ha adaptado muy bien. Se lleva tiempo trabajando en base a los grupos formados a finales de verano de 2022. Entregamos el documento de trabajo en diciembre. Creo sinceramente que es de las mejores campañas que se han hecho en Asturias, con mucho impacto en los medios y un gran espíritu colectivo.
La mayor parte de las encuestas les sitúa con uno o dos diputados por Asturias.
El resultado final es lo que va a salir el 23 de julio, el voto real de las personas. Estamos trabajando mucho para difundir el mensaje de una forma sencilla, para explicar el proyecto de Yolanda Díaz. Si finalmente son dos escaños, se los quitaremos a la derecha y a la extrema derecha.
¿Les ha afectado de alguna forma la guerra civil que hemos visto en Podemos Asturies?
Creo que ahora mismo no. Las dos tendencias están dentro del proceso de nuestra campaña. Hay una imagen de cohesión que es importante y todo el mundo está trabajando de forma unida. Todos los sectores están entendiendo lo que tratamos de conseguir.
¿Qué les transmiten los ciudadanos de Asturias respecto al proyecto de Sumar?
Hay mucha ilusión por un proyecto político que genera ideas y propuestas. El debate entre Sánchez y Feijóo fue un ejemplo de mal rollo y ‘no propuestas’. Al contrario, Yolanda transmite que es una mujer valiente que ha hecho cosas valientes, cosas reales. Ha impulsado una reforma laboral que ha supuesto 88.000 contratos indefinidos y 41.600 personas se han visto beneficiadas con el incremento del salario mínimo. Hay un proyecto de país en el que trabajan 1.200 personas y eso la gente lo percibe como una ilusión. Mayoritariamente, España y Asturias son progresistas y ese es otro objetivo, evitar que partidos que no quieren derechos sociales entren en el gobierno.
¿No cree que puede haber un peligro de exceso personalismo de la candidata Díaz?
El proyecto es colectivo, es un tejido de muchos partidos progresistas y de izquierda. Supone la mayor coalición de la democracia, lo que le quita el miedo al personalismo.
¿Cuál es su visión del papel actual de Asturias en el conjunto del Estado?
Asturias, a veces, más de lo que nos gustaría, ha sido una anécdota geográfica dentro de lo que es la política nacional. Tener diputados de Asturias en el Congreso tiene que significar que España mire al Principado. Que se proteja su identidad cultural y que pueda ser de nuevo un motor económico. Comparto la visión de muchos ciudadanos de que se ha dejado de lado a Asturias: hay un desgaste de infraestructuras, falta de ejecución del presupuesto global, un corredor del noroeste que se ha descuidado, un retraso con la llegada de la alta velocidad, la no oficialidad de la llingua asturiana, etc.
¿Qué proponen para evitar el descenso de la natalidad y el éxodo poblacional del Principado?
No solo depende de políticas estatales, sino de autonómicas y locales. Tiene que ser una combinación de varios elementos. Influye mucho la financiación autonómica. Tenemos que revertir el modelo y los criterios. Actualmente se hace por cantidad de población, pero no es lo mismo tener población joven o mayor. Si la gente es mayor tiende a ser más vulnerable y a sufrir patologías. Para fijar población está claro que hay que apostar por mejorar las condiciones de empleo y vivienda, cuestiones fundamentales.
¿Por dónde pasa el futuro económico de Asturias?
El tema fundamental es la industria. En infraestructuras es preciso el desarrollo de un modelo de cercanías, que pueda generar industria para mantener ese mismo modelo. El futuro pasa por la transición ecológica, las energías renovables y nuevos modelos de energía verde. También por la innovación y el desarrollo en sectores de tecnología y ciencia. Todo sin olvidarnos del sector primario. Este último es un sector con el que hay que sentarse mucho. Si antes hablábamos del reto sociodemográfico, las personas del entorno rural son fundamentales para entender lo que está pasando.
En lo referente a fiscalidad, ¿qué plantea su coalición?
Planteamos una fiscalidad progresiva: que no haya privilegios fiscales y que se ejecute bien. Un elemento claro es que quien más tiene, más tiene que pagar. En los países nórdicos, antes de la llegada de la ultraderecha, lo hacían así. La referencia de fiscalidad que tenemos en comparación con Europa es muy mejorable. Esa fiscalidad es lo que hace que tengamos más ingresos para el Estado, para que tengamos mejores servicios públicos. Grandes rentas de otros países entienden que lo mejor para una sociedad es que no haya grandes desigualdades entre clases altas y clases trabajadoras.
¿Pagamos pocos impuestos en Asturias?
Pagan pocos impuestos quienes tienen rentas altas. A la clase trabajadora y a los autónomos y pymes no hay que penalizarles más. Por ejemplo, hay un intervalo muy grande entre los que ganan 60.000 y 200.000 euros al año y hay que fraccionarlo, porque no es lo mismo.
La medida de la herencia universal que proponen de 20.000 euros para jóvenes que cumplan 23 años costaría unos 10.000 millones de euros. Al principio se habló de recurrir a grandes fortunas para financiarla pero luego desde Sumar se apuntó a nuevos impuestos para sectores como el inmobiliario. ¿No cree que esto podría dañar un sector clave según está el parque de viviendas en España?
El tema de impuestos para ciertos sectores se plantea porque sus beneficios están muy por encima. La palabra clave ahí es la progresividad. Habría otros nuevos impuestos también, como el de los alimentos no saludables, cuya tasa permitirá tener otros incrementos en el presupuesto.
Ha sido criticada esta medida por el hecho de ser ‘universal’, pues mucha gente interpreta que hay gente que no lo necesitaría.
No hay que tener miedo al planteamiento. Es como aquellos que se están operando la cadera de forma gratuita en la sanidad pública y que podrían también permitírselo en la privada.
Cuando se refieren a gravar más a las rentas altas, tenemos el caso de que en Barcelona o en Madrid ya tributan con tipos del 50% y el 45% aquellas por encima de los 300.000 euros al año. ¿No es suficiente impuesto?
Pensamos que no. Hay otro tema importante, no solo es lo que están pagando, sino que se cumpla lo que tienen que pagar. Que haya una inspección adecuada. Podemos tener leyes buenas pero si no hacemos que se cumplan no sirven para nada.
Otra propuesta de Sumar es la prestación universal por cada hijo menor de 18 años de 200 euros al mes. ¿Es esto viable?
No soy experto en todas las políticas que planteamos, pero si aparece en el programa, quiere decir que hay un grupo de expertos detrás. Ahora mismo son las personas que más saben de ese tema y ven que es realizable.
¿Entiende que mucha gente pueda ver estas promesas que hablan de tantos millones de euros como algo electoralista?
Lo entiendo, pero Yolanda lo dice claramente. Tenemos datos objetivos (ERTEs, Ley ‘rider’, ley trans). Ha habido reformas muy importantes en cuanto a algunas cuestiones pero todavía se tiene que mejorar más. Según los datos, en Asturias el 70% de las familias no puede ahorrar y un 12% tiene problemas para llegar a fin de mes. Se puede mejorar aún más. Y esa es la diferencia de Sumar con el PSOE. Los partidos que forman Sumar han hecho girar a este Gobierno hacia políticas de izquierda. Necesitaremos más legislaturas con esa orientación para mejorar la vida de las personas.
Precisamente, hay quien se pregunta por qué no llegaron estas propuestas antes si ya estaba Yolanda Díaz en el Gobierno.
Ha habido algunas cuestiones en las que el PSOE no ha sido claro. No olvidemos que Sánchez estuvo a punto de pactar con Ciudadanos en su día. Los que han marcado el ritmo en esta legislatura han sido los partidos progresistas. Se pueden conseguir más cosas. Hay desafección y mucha gente vota a la extrema derecha porque se busca una alternativa. Hay que ofrecer políticas reales para gente real. Además, cada vez más personas conservadoras se dan cuenta de que votar al PP significa que entre un discurso del odio en el Gobierno.
El nacionalismo ha vuelto a escena. Catalunya en Comú, integrado en Sumar, explicaba hace unos días de la posibilidad de un referéndum. Yolanda Díaz lo ha matizado y ahora habla de una ‘mesa de diálogo’. ¿Cómo se puede explicar esto a los votantes de izquierda que creen en la unidad nacional?
Tenemos que tener claro que la política significa estar en conflicto siempre. Lo fundamental es ver cómo se maneja. Con el gobierno del PP se ha buscado una confrontación para sacar rédito político. Nada que ver con lo que ha pasado con el gobierno actual.
Mucha gente no entiende los indultos a los presos del ‘procés’.
Lo puedo entender pero tenemos que buscar un espacio de diálogo y consenso. Debemos evitar polarizaciones y aprovechamientos políticos. Vemos ahora cómo se está utilizando incluso el terrorismo de ETA con fines electoralistas.
Respecto a ETA, tres condenados por su vinculación con la banda terrorista han sido investidos como alcaldes en municipios del País Vasco. Incluso se llegó a plantear que hasta siete condenados por delitos de sangre se presentasen el 28M aunque finalmente se consiguió que Bildu prometiese que no accederían al cargo. ¿Por qué no hay una línea roja con este partido?
Es un tema que no está sobre la mesa y habría que ver qué ocurre en las elecciones. Ahora mismo Bildu no es nuestro problema.
Se lo pregunto porque con Vox sí que parece que hay una línea roja muy clara. Sin embargo, Bildu sí ha apoyado al actual Gobierno. En política, el ciudadano entiende que los apoyos tienen un coste.
Hay que ver los costes según la necesidad. Vox es un partido que plantea que no existe la igualdad entre hombres y mujeres, que el colectivo LGBTI no tiene derechos, que determinadas cuestiones lingüísticas se tratan de determinada forma, como hemos visto en Xixón.
¿Considera el nacionalismo una ideología de izquierdas?
Nacionalismos hay de izquierdas, de derechas y de ultraderecha. Creemos en un estado plural, donde pueda haber distintas evoluciones. La historia no es fija. Hay que tener cuidado con las polarizaciones que tienen intereses ocultos. Todo el tiempo que llevamos hablando de nacionalismo en esta entrevista no estamos hablando de la subida del precio de la cesta de la compra. Al final no son temas tan relevantes cuando mucha gente no llega a fin de mes. España es una pluralidad donde vamos a tener diferencias, pero lo importante es que estemos de acuerdo para tener un proyecto de país de futuro. Aquí tenemos un tema gordo. Una situación de emergencia climática económica. Requiere generosidad, entre los partidos políticos va a haber diferencias pero hay que ver hasta dónde podemos minimizarlas para hacer un proyecto común. Desde mi visión de ciudadano independiente, de no militar en ningún partido de izquierda o progresista, quiero trabajar en un espacio ancho que ocupe la gran mayoría de la población española.
Recientemente, Yolanda Díaz comentaba la necesidad de una ley nacional para el cuidado de las lenguas. ¿Cómo afectaría al asturiano?
La oficialidad de la llingua asturiana es un tema clave. No ha salido en esta legislatura pero se volverá a pelear desde el gobierno. Es un patrimonio fundamental. Debemos cuidar y proponer que haya una oficialidad respetuosa. A ningún asturiano le entraría en la cabeza que Santa María del Naranco se cayera a cachos, sería impensable. El asturiano es lo mismo. Parte de la reforma tiene que tener un ámbito estatal, sería un tema mixto.
Sumar llama mucho la atención sobre aspectos medioambientales. ¿Cuáles son los problemas más graves que tiene Asturias en ese sentido?
Hay varias capas: contaminación del aire, tráfico rodado, o el no mantenimiento adecuado de las zonas rurales, cuyos habitantes son los cuidadores naturales de ese entorno. En Llanes nos contaban el otro día que si no hay pastores, hay mas matorrales y más riesgo de incendio. Debemos trabajar en un equilibrio complejo. Debe haber un marco regulador global. Los PERTEs, por ejemplo, son una inversión estratégica. En nuestro programa se propone el incremento de los PERTEs para energías renovables.
¿Cree que Arcelor está chantajeando al Principado con los puestos de trabajo a cambio de la contaminación del entorno?
La transición ecológica tiene que ser un tema clave, pero garantizando el pleno mantenimiento del empleo de las empresas. No podemos permitir que durante la transición un trabajador pueda ser despedido. Hay que negociar.
En el borrador de su programa llevaban un código deontológico para sancionar periodistas que luego se eliminó en la versión final. Lo que sí se incluye es la creación de un consejo regulador de medios controlado por el Congreso. Con la legislación actual en materia de derecho al honor, privacidad, etc. ¿No hay suficiente legislación para controlar los excesos de la profesión?
Los periodistas son fundamentales. Tienen un papel fundamental en decidir las políticas, y muchos partidos basan sus programas en los propios medios de comunicación. El comité de expertos considera necesaria la medida y va en ese sentido.
A menudo las palabras también se utilizan sin veracidad por parte de los políticos. Lo vimos el otro día con Feijóo durante el debate y el propio presidente Sánchez cataloga sus promesas no cumplidas como “cambios de opinión”. ¿Debería también controlarse si los políticos cumplen con su palabra?
El debate es un ejemplo. No tiene sentido y al final consistió en quién humillaba más al otro. Tenemos que tener mecanismos mucho más modernos para medir la efectividad de nuestras políticas.
Las rebajas de pena de la Ley del Solo sí es sí. ¿Cree que han perjudicado a la lucha feminista?
Lo que ha pasado con esta ley hace olvidarnos de un marco necesario de políticas feministas y de igualdad. Irene Montero ha sido una gran ministra y ha tenido una trascendencia fundamental. El reconocimiento internacional que va a tener va a ser más grande que lo que tenga en España, estoy seguro. Eso no quita de que haya podido haber incorrecciones en la ley.
De la boca de Yolanda Díaz no ha salido ninguna explicación a día de hoy sobre por qué Irene Montero no está en listas de Sumar.
No es un debate en el que yo haya participado y no puedo dar mi opinión. Ha sido un referente en feminismo e igualdad, en políticas que el PSOE por sí solo no habría hecho.
Comentaba antes la subida del precio de la cesta de la compra, de cómo está el país en términos microeconómicos. ¿Cuál es la receta de Sumar?
La vivienda es clave. Aunque hayan subido los salarios, sube la hipoteca, y sube un 12% la cesta de la compra. Los alimentos saludables deben ser más baratos. Hay que controlar las hipotecas para que no haya subida de precios. Debemos seguir subiendo el salario mínimo, como las pensiones, para que se mantengan con el IPC. Las pensiones bajas deben estar incluso algunos puntos por encima. Tiene que quedar claro que medidas como la herencia universal no se financiarán en ningún caso con dinero que salga de las pensiones. También se han de abaratar los transportes, entre otras cuestiones.
Hemos sufrido huelgas de médicos en Asturias y la atención primaria pide auxilio. ¿Cómo pueden mejorar desde Madrid la sanidad que tenemos en el Principado?
Muchas de las cuestiones tienen un ámbito autonómico. Hay una propuesta de hacer una ley general de Sanidad, para actualizar la que tenemos de 1986. Busca mejorar la atención primaria y la política de recursos humanos. En algunas especialidades hacen falta más médicos y en otros había más pero se fueron por las malas condiciones. Mejorar esto es un elemento clave del programa y afectará a bajar la presión en la listas de espera.
¿Cobran poco los médicos en España?
Comparado con la media que tienen a nivel europeo, sí. Muchos profesionales no solo se quejan de un tema retributivo, es una cuestión de condiciones, de ver 50 y 60 pacientes al día, lo que es un problema. Hay que acercarse a la media europea, también para otros profesionales públicos. Es un tema de equidad entres las comunidades y las políticas desde los ministerios han de ser coherentes y equitativas.