«¿Cómo surgió el libro? Siempre lo dice Chema Ceínos: preguntándose en una comida de amigos en Casa Aurora ¿dónde nace el Piles? Nadie tenía ni idea de dónde nacía el Piles»
No hay duda de que el río Piles es parte del alma gijonesa. Pero el cauce que recorre en Gijón tiene sus secretos. O los tenía. Rafael Suárez-Muñiz, doctor geógrafo y coautor del libro, junto con los periodistas Chema Ceínos y Leli Rubiera, desentraña en El Piles, una historia fluvial de Gijón, muchos de los detalles que pocos o nadie conocían del popular río gijonés.
Un libro sobre el Piles tiene que ser casi una historia del propio Gijón…
Este libro, que tiene por título El Piles, una historia fluvial de Gijón, es una curiosidad. Está articulado en torno a cada uno de los principales ríos de Gijón, que son los afluentes del Piles: el Peñafrancia, el Llantones y el Meredal. Parece que habla casi de todo. De todo menos del Piles como río, me refiero. Hacemos una revisión inicial, que es de la que yo me he ocupado íntegramente. Es un análisis de la cuenca hidrográfica de Gijón y, por tanto, es el primer libro sobre ríos en Asturias desde un punto de vista geográfico.
Hemos incluido un mapa que sale en el Atlas del Rey Planeta, que es la “Descripción de España y de las costas y puertos de sus reinos”, del cartógrafo portugués Pedro Teixeria, al servicio de la Corona Española. Un atlas que se descubrió hace relativamente poco, en 2012, en la Biblioteca Imperial de Viena. Es la obra cartográfica más importante de este país y sale la costa original de Gijón del siglo XVII.
Como curiosidad, el Rey Planeta es Felipe IV, el mismo rey que sale en la serie de libros Alatriste, de Pérez Reverte, y en la serie de televisión Águila Roja.
Parece mentira que, con la cantidad de ríos que tenemos en Gijón, sea el primer libro con este enfoque.
En Gijón no tenemos. Y en Asturias tú preguntas y no se sabe. En León están los trabajos de Sergio Tomé, mi profesor del departamento, pero antes tampoco había. ¿Cómo surgió el libro? Siempre lo dice Chema Ceínos: preguntándose, precisamente en una comida de amigos en Casa Aurora, dónde nace el Piles. Nadie tenía ni idea de dónde nacía. Y, como digo, la Confederación Hidrográfica tampoco relata dónde.
¿Y dónde nace el Piles?
El río Piles nace en la parroquia de Granda, a partir de la recepción de las aguas de los arroyos Llantones o también llamado Llantero. Luego discurre hacia la zona en la que nos encontramos, pasa por Las Mestas, por Viesques, al lado del Grupo Covadonga, y, evidentemente, delante del instituto. Aquí es, justamente delante del complejo deportivo de Las Mestas, donde recibe también las aguas del Peñafrancia, que nace en el Güeyu de Deva.
Y es que, por ejemplo, conocer el nacimiento del Peñafrancia es sencillo, pero del Piles no teníamos ni idea. Esa es una de las grandes aportaciones de este libro y de las grandes complicaciones, ya que la toponimia de los ríos era muy confusa. Un río podía llamarse arroyo de Santa Cecilia, por ejemplo, y también arroyo de Vega. Cuando fuimos a redactar estas líneas intentamos agrupar y compilarlo todo. Y ha sido difícil. En este libro lo que hemos hecho ha sido unificar la toponimia y oficializar esos nacimientos y esas desembocaduras que no se aportaban, ni en otras publicaciones, ni en las fichas de la Confederación Hidrográfica.
Al final es que el Piles es casi más que un río. Es una parte más de Gijón, una parte viva de la ciudad. ¿Qué está pasando con su renaturalización?
Es donde todos tenemos que poner el foco, también desde el ente municipal, en revitalizar y renaturalizar el río. En ningún momento la naturalización es antitética ni se opone a que haya actividades de ocio, que parece que hay una razón político-ideológica en limitar según qué actividades. Yo soy Doctor en Geografía, y este es uno de los temas de estudio básicos a lo largo de mi carrera (la utilización de las infraestructuras, de las dotaciones, de los equipamientos, embalses…) y, sin embargo, no me parece que sea incompatible. No está contrapuesto al disfrute de un río o de una lámina de agua, como pueda ser un embalse.
Una de las grandes polémicas que tenemos ahora mismo: ¿Anillo navegable sí o no?
Yo tengo una visión muy particular. Quito razones al Ayuntamiento por no molestarse o por no preocuparse mucho en echarle un pulso a la Confederación Hidrográfica, que es la máxima responsable de la limpieza de los lechos fluviales. Las prioridades son el fondo de los ríos, los fondos del cauce.
Cuando empezamos a hacer este libro, Ceínos fue a hacer fotos del nacimiento del Piles, allá donde nace, y lo encontró recibiendo las aguas del Meredal y dejándolos en Granda. Y lo primero que vio fue la taza de un váter navegando en el Piles. Yo, que tengo 31 años, llevo desde los 3 yendo a Las Mestas. Es decir, he cruzado el Piles miles de veces en estos últimos 30 años. Si me preguntas a mí o a cualquiera si está limpio te dirán que es una cloaca. Aquí ha habido motos, coches, ruedas de motos, vallas, árboles… ha habido de todo.
¿Qué hay de serio en los informes sobre el uso o no del anillo?
Sinceramente, solo he visto el informe del Grupo Covadonga. Creo que, evidentemente, hay una cruzada ahora mismo, dos posiciones enfrentadas. Pero repito lo dicho, no soy dudoso de ser ni amante del Ayuntamiento, ni del Grupo. Pero sí de un buen estado de la ciudad.
El Grupo es una entidad a tener en cuenta por todo lo que ha aportado a la historia de Gijón. El anillo navegable lo utilizan ellos, pero son trabajadores del Ayuntamiento los que tienen que activar y desactivar las compuertas. En su día, también se les permitió que aparcaran en Las Mestas.
Recuerdo que, cuando era crío, las madres y las abuelas no nos dejaban acercarnos a la desembocadura del Piles…
Claro, te prohibían bañarte cerca de la desembocadura, donde salía toda la basura. Además el Piles está conectado, que aún hay gente no lo sabe, con el parque Isabel la Católica. Hay varios colectores que se integran desde los lagos del parque al río, de tal manera que, cuando hubo en los años ochenta grandes precipitaciones torrenciales, esas salidas y esos desagües se obstruyeron totalmente. ¿Qué ocurrió? Que el agua rebosó. El agua del parque te llegaba por la rodilla, y el nivel del Piles también se elevó. Se produjo una anegación total. Cuando el Piles desborda, que a mí me ha tocado, los olores son pestilentes y fétidos. Es asqueroso.
Cuando se inundó el Grupo, hace dos o tres años, fue lo mismo.
Es que cuando tú quieres acometer un proyecto urbanístico como la naturalización de un río, lo primero tienes que hacer es limpiarlo. No podemos tener en Gijón un complejo de inferioridad como el que tenemos. Y no podemos tener una mente tan sumamente cerrada y poco dispuesta a la inversión para la mejora.
Lo estamos viendo en grandes obras como la Estación del Norte. Podríamos tener una estación intermodal en el centro de Gijón sin menoscabo de tener un buen parque en el centro, un pulmón verde. ¿Cómo lo haríamos? Soterrando las vías.
De hecho, en el año 2000 la idea era esa, hacer una estación intermodal en El Humedal. Plan que más tarde se trasladó a Moreda y que finalmente pasó al entorno del Museo del Ferrocarril.
Por ejemplo. Está claro que tendría que estar en El Humedal o, sino, aprovechar el apeadero. Pero vamos a ver, señores, ¿estamos locos? ¿No se firmó un compromiso con el ministerio? ¿No había un acuerdo con Íñigo de la Serna?
Aunque cuando el PSOE firmó aquel acuerdo quedaban ya pocas semanas para las elecciones municipales y autonómicas…
¿Por qué renunciamos a eso? Es que no tiene ningún tipo de sentido. Con el Piles pasa lo mismo. ¿Cómo puede ser? Todos nos hacemos un poco la boca agua con Bilbao. ¿Cómo puede ser que Bilbao haya recuperado la ría y haya multiplicado por siete el tráfico, tanto de granel como la recepción de cruceros? ¿Cómo puede ser que en Bilbao, en dos kilómetros, tengamos el mayor y el mejor repertorio de la arquitectura con algunos de los mejores arquitectos del mundo? Desde las torres de Isozaki a Frank Gehry.
Simplemente es querer y apostar. Es decir, la arquitectura milagrosa, el llamado efecto Guggenheim. ¿Qué hizo Avilés? Ya no te digo Bilbao. Pero somos Gijón, ¿cómo es que Avilés sí puede y nosotros no?
Y, además, Avilés aprovechó el error de Oviedo de rechazar el Niemeyer.
A Avilés le faltan cosas, como integrar un poco más la ría a la ciudad, entre la ría y la vía del tren se forma una barrera. Es algo que hay que solucionar. Desde el departamento de Geografía, llevamos años reclamando y aportando ideas. También creo que habría que conservar el patrimonio industrial de Ensidesa. Me parece otro fallo monumental no hacerlo. Pero sí es una ciudad que ha sabido utilizar esa arquitectura como atractivo turístico, como revitalizador de esa parte de la ciudad.
En Gijón tenemos que hacer lo mismo. El Piles siempre se ha concebido como una barrera.. No puede ser que en el margen derecho del Piles, con el Museo del Pueblo de Asturias, el Parque Inglés, la Feria… No exista un bus que te acerque. ¿Cómo puede ser que tengas toda esa serie de espacios de ocio, municipales y no haya un bus que te lleve allí?
Hablemos de El Muro. Hay cierto consenso en que debe ser un espacio pacificado para el peatón, pero tiene que haber un plan.
Sí, pero no a costa de hacer una cutrez. Puedes eliminar el tráfico del Muro, ya hizo en su día Cabezudo un proyecto – uno de los mejores arquitectos de la historia de Asturias- para soterrarlo. Pero, ¿por qué vamos a mínimos? ¿Por qué no somos ambiciosos?
Pasa lo mismo con la Intermodal, ¿no? Estamos hablando de un ahorro muy pequeño para renunciar a la estación que se merece Gijón…
Claro, y el perjuicio que va a generar. Tenemos un complejo de inferioridad y una falta de voluntad política total. Es muy alarmante porque las grandes inversiones van a quedar para siempre. Llevo años diciéndolo: es el Gijón del porque sí y el Gijón de las obras provisionales. ¿A dónde vamos? Las obras provisionales nos están costando cientos de miles de euros para nada, para que luego venga otro gobierno y, como es una cutrez, lo quite. No se ha consultado a la población, que es la que lo va a utilizar.
Hace unos meses reflexionaba en un artículo sobre eso mismo. No conozco otra ciudad, del tamaño de Gijón, con tanta inversión en infraestructuras sin que esas infraestructuras funcionen: regasificadora, plantona, Plan de Vías, El Muro…
Gijón es la ciudad de los grandes proyectos sin terminar, de las obras provisionales. Es el Gijón del porque sí, el Gijón sin plan B. No hay nadie que tenga idea de urbanismo en esta ciudad.
Totalmente de acuerdo!!!, muchos porqués sin respuesta. Me duele mucho lo que desde años, ocurre en Gijon, he perdido la esperanza de ver esta ciudad a la altura de otras, tal cual parece que a Gijón, siempre la gobierna el enemigo!!!