“La vida de Rafer es otra, y así la está plasmando en imágenes“

Hablar de Rafer (Ramón Fernández Fernández) es sinónimo de pasión. Pasión por la fotografía, el mar, la vida en general…
Y es que este fotógrafo gijonés no ha dejado de observar, a través de su objetivo, el transcurso de un mundo cada día más loco.
De ahí que haya cambiado las multitudes y los nervios de las bodas, la pobreza y muerte de la India o los estragos de la guerra en Camboya, por un “ojo” más centrado en lo minimalista, en la belleza y capricho de la naturaleza. En definitiva, su registro ahora es totalmente opuesto al anterior. Su vida es otra, y así la está plasmando en imágenes.
Lo que no cambia en él es el recibimiento de reconocimientos y premios que siguen adornando su casa.
Este último ha ido a recogerlo el pasado fin de semana a Toledo, el Premio Nacional de Fotografía Quijote 2021 organizado por AFOCAM (Asociación de fotógrafos profesionales de Castilla-La Mancha) en la sección Naturaleza.
La fotografía galardonada está realizada en Sotres en el año 2013 y visualiza un corazón en un paisaje nevado.
“Ahora busco una fotografía que me llene de paz y no de inquietud”, asegura Rafer.
En sus nuevos trabajos, la naturaleza, la quietud y la soledad dejan atrás aquellas imágenes conseguidas en su viaje a la India. Repletas de gente, salpicadas de muerte, muchas de gran dureza (su viaje coincidió con el atentado de Madrid en el año 2004). Aquella exposición hizo remover las entrañas a los que se acercaron a verla.

Años después su objetivo lo llevó a volar por el cielo de Birmania, consiguiendo enseñarnos los templos de Bagam. También visitó al gijonés Kike Figaredo, Prefecto en Battambang, Camboya.
A este último lugar volvió meses después con un premio bajo el brazo. Una fotografía realizada durante su visita recibió un galardón, así que ni corto ni perezoso, Rafer decidió entregarles lo conseguido, una suculenta cifra que les solucionaría mil y un problemas.
Ahora vive enfrascado en ultimar una exposición que podrá verse en el mes de mayo en una de las salas del Antiguo Instituto y que como él dice: “Son temas minimalistas que me dan paz y felicidad, porque a veces una imagen que apenas dice nada… puede decirlo todo”
Rafer, uno de los mejores fotógrafos del mundo.
Así.
De niño aprendió a valorar las Liz y las sombras. El contraste de lo claro con lo obscuro. Afirma que esto es lo que le impulsó a un estudio profundo del Arte de la fotografía.
Sus trabajos, en Blanco y Negro, son ARTE PURO.
Sus juegos de luces y colores son concesiones a todo el mundo.
Una enhorabuena, por todos sus merecidos premios.
https://www.elcomercio.es/sociedad/casa-carlos-roces-tere-montero-20210502002154-ntvo.html