«Nos da una oportunidad para construir desde el autoconocimiento y la autoestima», comentó la consejera Vanessa Gutiérrez sobre la declaración de la UNESCO sobre la Cultura Sidrera Asturiana
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El stand de Turismo Asturias en FITUR 2025 se convirtió en lugar de debate y de celebración tras la reciente declaración de la Cultura Sidrera Asturiana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Una mesa redonda con expertos, autoridades y representantes del sector sidrero abordó este miércoles la importancia de este reconocimiento, las oportunidades que genera para el turismo y la relevancia de la sidra como símbolo de identidad asturiana.
Vanessa Gutiérrez: «La sidra resume la identidad asturiana»
La consejera de Cultura, Vanessa Gutiérrez, abrió el debate reflexionando sobre el impacto emocional y cultural del reconocimiento de la UNESCO. “Un placer estar aquí y compartir este momento. Cuando se dio el reconocimiento, estábamos en Paraguay interviniendo y viviendo en directo, pero con el alma puesta en Asturias, pensando en cómo todos los asturianos celebraban ese abrazo común que nos identifica”, recordó.
Gutiérrez destacó que la sidra no es solo un producto, sino un reflejo de la identidad asturiana: “Es una tradición arraigada que ha sabido sobrevivir y adaptarse a los tiempos. Tiene una capacidad única de ser inclusiva e igualitaria; cualquier familia podía tener una pumarada, un llagar, y compartir la sidra con sus vecinos. Su consumo construye comunidad y simboliza nuestra hospitalidad. Siempre ofrecemos un culín a quien llega, un gesto que resume nuestra esencia”.
Además, hizo hincapié en cómo la sidra representa una conexión intergeneracional: “En ella está nuestro pasado y nuestro porvenir. Es nuestra memoria viva, la historia de los nuestros, nuestras canciones, bailes y lengua. Cuidar una pumarada no es solo cuidar un árbol; es cuidar nuestra historia y nuestra cultura”.
La consejera también instó a los asturianos a valorar más su patrimonio: “Muchas veces nos ha caracterizado la ‘boca pobre’, ese pesimismo que nos hace pensar que lo nuestro no vale lo suficiente. Este reconocimiento nos debe hacer cambiar esa perspectiva y entender que nuestra singularidad nos hace únicos y valiosos. Nos da una oportunidad para construir desde el autoconocimiento y la autoestima”.
Guillermo Guisasola: «Es una oportunidad y un reto»
El vicepresidente de Sidra DOP, Guillermo Guisasola, habló sobre el impacto turístico del reconocimiento: “Para el visitante, es un atractivo que despierta curiosidad. Sabían que la sidra es especial para nosotros, pero ahora este reconocimiento puede ser una llamada para que vengan a conocernos”.
Sin embargo, Guisasola señaló la responsabilidad que esto implica para el sector: “Tenemos que garantizar que la mayor parte de la sidra se haga con productos asturianos, de calidad, para seguir mereciendo esta distinción. Es un reto enorme, pero imprescindible para que quienes nos visiten se sientan satisfechos y no defraudados”.
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Yolanda Trabanco: «La sidra es una experiencia que enamora»
Yolanda Trabanco, directora de ventas de Sidra Trabanco, aportó su experiencia desde el ámbito del Sidraturismo, destacando el creciente interés de los visitantes. “Desde 2019 hemos crecido un 450% en visitas, llegando a 8.000 anuales. Esto muestra que hay un gran interés en la cultura sidrera más allá del producto”.
Trabanco explicó cómo han adaptado su oferta para ofrecer una experiencia auténtica y personalizada: “Nuestras visitas son en un pequeño pueblo de 300 habitantes donde es más fácil encontrarte con vacas que con vecinos. Eso gusta, porque buscan autenticidad. Les contamos la historia familiar mientras les mostramos cómo se hace la sidra, desde los procesos artesanales hasta la sidrería donde pueden disfrutar de un menú cultivado en nuestra propia huerta”.
También destacó la importancia de vincular emocionalmente a los visitantes con la cultura sidrera: “Queremos que se enamoren de lo que les contamos, de nuestra marca y de Asturias. Cuando regresen a sus lugares de origen, llevarán ese recuerdo con ellos, y eso es un éxito para la región y para nosotros”.
Juan Stové: «El medio rural es la raíz de la sidra»
El director del Museo de la Sidra, Juan Stové, puso el foco en la conexión entre la sidra y el medio rural asturiano: “Este reconocimiento es para toda Asturias, pero especialmente para el medio rural, que siempre ha sido el pilar de esta cultura. Antes, todos teníamos pueblo, y en los pueblos no se tiraba nada. La sidra casera es un ejemplo de esa tradición”.
Stové destacó la importancia de educar al visitante sobre la historia detrás de la sidra: “La botella es solo el final de un proceso que empieza en la tierra, pasa por las familias y culmina en una industria pionera. Muchos se sorprenden al saber que la champanización de la sidra se hizo antes en Asturias que en Cataluña. Ese tipo de historias son las que conectan al visitante con nuestra cultura”.
Lara Martínez: «La sidra es central en nuestra promoción turística»
Lara Martínez, viceconsejera de Turismo, cerró la mesa redonda destacando la estrategia del Principado para aprovechar este reconocimiento en la promoción turística. “La sidra siempre ha sido parte de la promoción de Asturias, pero este reconocimiento nos permite darle el protagonismo que merece. Desde la lona gigante en la calle Alcalá de Madrid hasta acciones en ferias como Madrid Fusión o San Sebastián Gastronómica, la sidra estará presente en nuestras campañas este año”.
Martínez subrayó que la sidra no solo atrae por su valor cultural, sino también por su capacidad para generar experiencias auténticas: “El turismo actual busca autenticidad, y la sidra es el emblema perfecto de esa Asturias que sabe combinar tradición e innovación”.
Una cultura que trasciende fronteras
Los participantes coincidieron en que el reconocimiento de la UNESCO no solo pone en valor la sidra como producto, sino también la cultura que la rodea. Como recordó Vanessa Gutiérrez: “No es solo la botella, el vaso o la manzana. Es la historia de las personas que cuidaron los manzanos, que elaboraron sidra en sus llagares, que transmitieron canciones y cuentos alrededor de una pumarada. Eso es lo que nos hace únicos”.
Este reconocimiento internacional, afirmaron, representa una oportunidad para proyectar Asturias al mundo, pero también un desafío para seguir cuidando y promoviendo una tradición que define la esencia de la región. Desde los llagares hasta las instituciones, todos compartieron el compromiso de trabajar juntos para garantizar que la Cultura Sidrera Asturiana siga siendo un motivo de orgullo para las generaciones futuras.