Los portavoces de los partidos en la Junta General explicaron ayer sus peticiones y quejas para una Asturias mejor con motivo del 8 de septiembre
En la tarde de ayer, tuvo lugar en la Junta General del Principado de Asturias el pleno institucional que conmemora el Día de Asturias, que se celebra mañana 8 de septiembre. En él, todos los partidos hicieron sus reivindicaciones y mostraron cuáles creen que son los principales problemas de la región.
Armando Fernández Bartolomé, portavoz del Grupo Mixto, pidió «reformas urgentes y políticas adecuadas para afrontar el futuro de Asturias». Asimismo, destacó la baja tasa de actividad y el «gravísimo nivel de envejecimiento» de la población como problemas principales, para reivindicar también la generación de actividad y empleo de calidad en la región.
En nombre de Foro, Adrián Pumares destacó la «oportunidad perdida» del Principado de conmemorar los 1.300 años de la Batalla de Covadonga, una celebración que para el partido pasó «sin pena ni gloria». En su discurso, en el que incluyó algunas partes en asturiano, reclamó la difusión del patrimonio arqueológico, artístico, etnográfico y lingüístico que tenemos en Asturias. El éxodo de los jóvenes, el modelo de financiación autonómica, la descarbonización exprés, el alto precio de la energía que condena al cierre de la industria y la quiebra del campo son para Foro las principales cuestiones a abordar. «Lo único que espera de nosotros la sociedad asturiana es que nos afanemos en nuestra tarea y solucionemos los problemas, que son muchos, en lugar de crear unos nuevos», añadió Pumares.
Por otra parte, Ángela Vallina, portavoz de Izquierda Unida en la Junta General, reivindicó que «Asturias no merece perder el millón de habitantes y, si los perdemos, es porque nuestras carencias políticas nos impiden gobernar bien esas posibilidades, porque no sirve para aprovechar todo el potencial que tenemos. Y esta es una constatación terrible en una legislatura que estaba llamada a iniciar un cambio de época». En relación a la situación de la población asturiana y a la guerra de Ucrania, dijo que es una guerra «en defensa de los intereses económicos de las clases dirigentes y ricas que no padecen sus efectos». «Solo la paz genera justicia social. No podemos celebrar el día de Asturias sin saber cómo lo vive nuestra gente en su vida diaria, en la cesta de la compra, en los gastos escolares, en la luz. Es una guerra vergonzosa que solo se puede defender desde el cinismo», agregó.
La necesidad de reforma del Estatuto de Autonomía fue la reiteración de Rafael Palacios, portavoz de Podemos, «una oportunidad para reconocer la capacidad de Asturias para autogobernarse, desde una identidad colectiva comprometida con los valores de la solidaridad, la justicia social, la libertad, el respeto a los derechos humanos y la oficialidad de nuestras lenguas propias», explicó. Este estatuto, para Palacios, debe «del siglo XXI, que defienda lo público, los derechos humanos y la justicia social» y debe reconocer la oficialidad de las lenguas propias y defender y conservar el patrimonio histórico-cultural y la cultura asturiana. La formación morada reivindicó este estatuto porque Asturias no puede seguir siendo «la periferia» de proyectos ajenos y para ello la Junta General debe tener las «atribuciones necesarias que permitan la institucionalización de un marco de autogobierno con capacidad política y económica propia».
Ciudadanos apeló a la valentía para «romper con el pasado» y construir una nueva Asturias. Susana Fernández criticó la «actitud conformista» del Principado y afirmó que la «excesiva dependencia» de lo público «impide progresar» a la región. Para ella, la Asturias deseada es una en la que no se esquilme a los trabajadores y a los ahorradores, a los autónomos y a los empresarios o a quienes han gestionado mejor su patrimonio, propio o familiar. Una tierra en la que sus habitantes se sientan satisfechos de pagar impuestos porque les garantizan unos servicios públicos de calidad que sean beneficio para todos, y no sustento artificial para unos pocos». «Para eso las cosas tienen que cambiar y ya vamos tarde», añadió.
En su intervención, la portavoz del PP en la Junta General, Teresa Mallada, ofreció al Gobierno del Principado su colaboración «sincera» y «leal» para solucionar los problemas de la región, para lo que pidió dejar de lado «limitaciones ideológicas» y buscar «puntos de encuentro». Se dirigió directamente al presidente Barbón para esta petición de buscar, «con la mejor de las intenciones, soluciones de consenso a los principales problemas de los asturianos: el desempleo, la crisis industrial y la excesiva burocracia, y la caída demográfica». «Nuestra región no puede permanecer ni un día más en el letargo, mientras nuestros jóvenes tienen que emigrar y nuestra tierra se empobrece», hay que volver a hacer de Asturias un territorio atractivo para los trabajadores, para las familias, para las empresas y para nuestros hijos. Es una obligación de los partidos de esta Cámara construir una Asturias con oportunidades para el desarrollo económico y el empleo», concluyó.
El PSOE, por su parte, apostó por el diálogo y el acuerdo como «mejor compromiso para Asturias». Dolores Carcedo incidió en el «orgullo de tierra» como refuerzo del «relato colectivo», algo muy presente en todas las fiestas recuperadas este año, que sirven como «tregua» a muchas personas en medio de la incertidumbre en la que vivimos. Abogó también por el diálogo, la solidaridad y la justicia social ante los «discursos del miedo» y el «riesgo de los populismos». «Lo contrario del miedo no es el coraje, es la solidaridad», apuntó, defendiendo «políticas progresistas que ofrecen certidumbres». Carcedo también hizo referencia al presupuesto autonómico, hablando de «las cuentas que importan» y no las electorales.
Ignacio Blanco, portavoz de Vox en la Junta General, apeló a que Asturias se rearme «moralmente» como sociedad, recuperando el esfuerzo, el mérito, el respeto, la lealtad y la bondad como prácticas. Ante la aproximación de las elecciones, señaló que «será más importante para muchos mantener el sillón que construir un mejor futuro para los asturianos». Criticó también la política «de conformismo, de miedo al cambio y de fomentar el miedo». «Una política que busca complacer oídos y a minorías privilegiadas. Que premia a quienes más gritan, no a quienes más se esfuerzan. Más generoso con quien suspende, que con quien estudia, con quien no trabaja, que con quien madruga y se lo curra», porque para ellos «hoy lamentablemente nuestros gobernantes, al menos en su mayoría, no son como aquellos asturianos», haciendo referencia al rey Pelayo y a la Batalla de Covadonga.