Más de medio millar de profesionales de ambos colectivos secundan la movilización indefinida, y reclaman «ampliación urgente de plantillas, la reducción real de ratios y el reconocimiento efectivo de nuestras funciones»

Como si de la caballería al rescate en ‘territorio indio’ se tratase, la huelga educativa indefinida que asola Asturias ha recibido este viernes nuevos, aunque esperables, refuerzos. Por medio de un comunicado hecho público esta misma mañana, el colectivo de orientadores educativos y profesores de los servicios a la comunidad (PSC) del Principado ha confirmado su integración en la protesta, un paso adelante motivado por «el hartazgo colectivo de un cuerpo profesional que lleva años sosteniendo en solitario las promesas de inclusión y equidad sin recursos, sin refuerzos y con un nivel de sobrecarga que roza el abandono institucional». Sus demandas particulares son claras: un orientado y un PSC por cada 250 alumnos, presencia de ambos perfiles en todos los centros y etapas educativas, equiparación laboral y reconocimiento de itinerancia, y, fundamental, recursos inmediatos, no fragmentados a lo largo del tiempo.
«Llevamos décadas sosteniendo la inclusión con vocación y con compromiso; hoy, también con movilización», han declarado los portavoces del doble colectivo, antes de detallar que «en tan solo veinticuatro horas, más de 500 profesionales, respaldados por familias, entidades sociales y compañeros de otras especialidades, hemos firmado un manifiesto conjunto que reclama la ampliación urgente de plantillas, la reducción real de ratios y el reconocimiento efectivo de nuestras funciones, que van mucho más allá de la atención individual al alumnado: asesoramos, acompañamos, coordinamos y tejemos red entre profesorado, familias, servicios sociales, sanitarios y entidades comunitarias». Porque, ahondan en el comunicado, nada de todo lo anterior se está dando en el momento presente… «El actual sistema nos empuja al colapso: informes sin fin, protocolos que sustituyen a la intervención directa, y una lógica de espera al fracaso que deja fuera a quienes más nos necesitan», aseguran. Y rematan su alegato recordando que «la orientación educativa y los servicios a la comunidad son pilares de la escuela pública, y no permitiremos que se siga ignorando su papel esencial».