Lo que supongo que el PP y el PSOE tendrán claro es que, o se renuevan, o Carmen Moriyón no tendrá que hacer más que presentarse para volver a ganar
Se presenta un fin de año calentito en la sede del PP de Gijón, y no le van a ir a la zaga sus compañeros del bipartidismo histórico, el PSOE de Gijón, quienes también preparan un otoño e invierno muy caldeado. Y no precisamente porque humeen las chimeneas de la reconciliación dentro de sus filas.
Pero vayamos por orden, y de derecha a izquierda en este caso. Empecemos por echar un vistazo a cómo anda el asunto del Congreso Municipal del Partido Popular. Pues mal, así para empezar, la verdad. Van casi diez años que no se hace un congreso digno de tal nombre por parte del PP de Gijón, por no hablar de los últimos que se celebraron, que pasaron por varios vía crucis judiciales.
El caso es que, después de que haya pasado una década sin que los militantes del Partido Popular gijonés elijan a los órganos del partido que ellos creen que deben ser sus representantes, no debería parecer una utopía, como así trasluce el continuo empecinamiento por parte de casi todos los implicados, que se haga de una santa vez. El motivo para que esto suceda – lo de que no hagan un Congreso- son las continuas guerras internas que existen y coexisten en el PP local. Guerras que, si bien recuerdan ahora mismo a una especie de guerra de trincheras donde todos los implicados permanecen inmóviles ante la situación, han llegado a un momento difícil. Difícil porque es la primera vez en su historia que tienen concejales de gobierno, y no quieren que lo de elegir democráticamente a sus cargos les salpique. Es curioso, ¿no? Tienen miedo a la que se va a montar porque la gente, mejor dicho, su gente va a elegir lo que les dé la gana. Ese motivo, y no otro, es por el que, tanto el portavoz y líder autónomo del partido, Álvaro Queipo, como la lideresa municipal Ángela Pumariega, están dando largas a plantear la situación. Está claro que quieren presentar una lista unitaria, de consenso, pero está más claro aún que eso de fácil no tiene nada. Porque a estos dos primeros actores debemos añadir otro más, de esos que llevan toda la vida en la vida política, como es el senador y actual presidente local, Pablo González. Un retiro dorado en forma de acta del Senado que no parece que vaya a apartar definitivamente de Gijón a este candidato a todo. Mal harían sus compañeros de partido -y rivales nunca “abiertamente reconocidos”- en no asumir que, o bien estará en las listas de ese consenso o bien presentará una candidatura con opciones a todo. Entre todo este meollo está por ver cómo sale de tocado el PP, porque ya les adelanto que fortalecidos no lo harán, y menos ahora que el premio que se atisba es mantener el gobierno municipal y por tanto el poder en Gijón (cargos, puestos de confianza y demás) más allá de 2027.
En un escenario parecido, que no igual, está nuestro PSOE gijonés. La llave para abrir el gobierno municipal a un gobierno progresista muestra algo de óxido, en vista de la estática y poco visible oposición que está haciendo el grupo de concejales liderados por Floro y, por ende, la Secretaria general que auspició todo esto, la encabezada por Monchu García. Al igual que Pablo González, Monchu es otro viejo conocido de la política municipal y sabe perfectamente cómo funciona el Ayuntamiento desde todas sus facetas, lo que no significa que esté logrando, ni de cerca, hacer tambalear el poder del actual equipo de gobierno. Y no será porque el equipo de Carmen Moriyón esté libre de haber cometido errores, que los ha cometido, aunque nada que ver con anteriores mandatos de Foro, con menos meteduras de pata.
Con todo esto, un grupo no pequeño de militantes socialistas han conformado una especie de grupo crítico frente a la labor del actual equipo socialista en el Ayuntamiento de Gijón. Veremos si en el futuro congreso local, ya metidos en 2025, eso se acaba vehiculizando en una candidatura con visos de arrebatar el mando socialista al equipo de Monchu y Cía. Esta confrontación, al contrario que la del PP, suele ser más silenciosa, pero no menos virulenta, y seguro que nos traerá muchos momentos dignos de escribirse.
Lo que supongo que el PP y el PSOE tendrán claro es que, o se renuevan, o Carmen Moriyón no tendrá que hacer más que presentarse para volver a ganar, o para volver a conformar gobierno. A los de la derecha les conviene tener un equipo unido y que pueda presentarse como una alternativa organizada y estable al Foro de Carmen Moriyón (un partido a la interna más cohesionado, pero con mucha menos capacidad de crecer o de renovarse). Que nadie espere que Carmen Moriyón se haga a un lado, no tiene sustituto ni de cerca, al menos dentro del partido, y menos aún alguien que no haya metido ya demasiado la pata.
Y a los de la izquierda, al partido más votado en las anteriores elecciones, aunque por muy poco, el PSOE gijonés, le conviene renovarse por todo. Por todo absolutamente, por arriba y por abajo. Los cargos del PSOE gijonés han perdido totalmente el pulso de la ciudad, no leen lo que le interesa al espectro progresista de la ciudad y parece que se limitan a pegarse por el grupo de votantes que duda entre ellos y Foro; como si la duda en sí misma no les dejase claro que la pérdida de votos de este PSOE gijonés es por argumentar lo mismo que argumenta Foro, con los mismos perfiles de Foro, pero bajo unas siglas que no deberían tener nada de Foro. Pero esto no parece que se lo esté diciendo nadie, o no parece que a nadie le importe. Al menos a nadie de los que tienen poder de decidir. Y es lo que tienen las nóminas abundantes y sin exigencias, que uno acaba, en algunas ocasiones, siendo la sombra de lo que sus siglas representan.
¿ Qué le interesa al espectro progresista de la ciudad ? , a lo que, según el articulista, no presta atención el Psoe de Xixón.
Me gustaría saberlo.
En este caso hay una parte del argumento que es cierto, la izquierda está perdida hablando de asuntos que no preocupan a sus votantes y si a las minorías woke, y esta web es un ejemplo claro de ello, ya que solo leemos a exconcejales socialistas hablando de que Friends era una serie racista o aspirantes a ser concejales de IU hablando todo el día de la bicicleta como única alternativa de movilidad, despreciando a una inmensa mayoría que se mueve en coche o en autobus, wokismo en estado puro, alejado de la realidad de las calles y despreciado en las urnas (véase EE.UU).
Firmo debajo!!