Los bomberos tuvieron que acceder a la vivienda por una de las ventanas, pues la víctima, que había sufrido una caída, bloqueaba con su cuerpo la puerta de acceso a la vivienda; una vez a salvo, fue trasladada al Hospital de Cabueñes

Traten de imaginar por un segundo la angustia que debe suponer pasar cuatro días encerrado en casa. Cuatro. Y por ‘encerrado’ se entiende, obviamente, aislado en el interior de la vivienda sin posibilidad de abandonarla, sin capacidad para pedir ayuda, sin la opción de desplazarse de una estancia a otra… Una experiencia traumática, ¿verdad? Pues bien, tan terrible vivencia es la que afirma haber vivido cierta vecina del barrio de Pumarín, a la sazón mujer de edad avanzada, a la que, en la mañana de este martes, efectivos del Cuerpo de Bomberos de Gijón tuvieron que evacuar por una ventana de su piso, situado en la calle Río Muni, después de haber permanecido en ella desde el 1 de noviembre. Siempre según su relato, se cayó y no pudo salir, ni tampoco alcanzar un teléfono con el que pedir auxilio, con tan mala fortuna que, encima, su cuerpo bloqueaba la única puerta de acceso.
El suceso, que se desató en torno a las diez de la mañana de ayer, causó una gran expectación en la zona, y decenas de vecinos se congregaron en la zona para presenciar el operativo. Los profesionales de rescate, alertados por una vecina que escuchó los gritos de la herida, desplegaron un camión autoescalera y lograron alcanzar la ventana, entrando en la vivienda y despejando el paso. Con la puerta ya libre, los sanitarios pasaron al interior, estabilizaron a la mujer y determinaron que, pese a los dolores de los que se quejaba, su cuadro era leve; aun así, por prudencia fue traslada de inmediato en ambulancia al Hospital de Cabueñes.