La aeronave de Bomberos del Principado voló desde La Morgal hasta el escenario del suceso; el sujeto, ileso, fue izado a bordo por los técnicos de dicho cuerpo y depositado sano y salvo en Gijón
Es algo que, en muchas ocasiones, ha quedado claro a la vista de lo que se publica en los medios de comunicación: la espectacularidad de un operativo de rescate no siempre lleva aparejada una consecuencia impresionante, o un final trágico. Algo que, ayer jueves, volvió a quedar demostrado; esta vez, en Gijón. Pocos minutos antes de las ocho de la tarde un helicóptero de Bomberos del Principado despegaba de la base de La Morgal y volaba hasta Peñarrubia para evacuar a cierto individuo que, con la subida de la marea, se había quedado atrapado en un pedrero cercano a la playa. Un llamativo despliegue forzado por la imposibilidad de acceder a pie al lugar, y que concluyó sin mayores sobresaltos. Efectivamente, el hombre, una vez izado a bordo de la aeronave por los técnicos rescatistas, fue depositado sano y salvo en zona segura, donde, aunque ileso, quedó al cuidado de los servicios sanitarios gijoneses. Eso sí, el sujeto se deshizo en apretones de manos y parabienes para con sus salvadores, y es más que probable que la curiosa anécdota que protagonizó involuntariamente no se le olvide jamás.