“Aquí encajamos todas y todos y la lucha es no excluir a nadie”, decían en la manifestación
«¡Por fin volvemos a reunirnos y abrazarnos!». Con esa espontanea frase, Blanca Cañedo, presidenta de la Fundación Mar de Niebla, respondía a las preguntas de migijon, poco antes de que la oleada morada del 8M post pandemia, comenzara su recorrido en dirección de la Plaza Mayor del ayuntamiento gijonés.
“Hemos estado trabajando a distancia. Nos hemos hecho tecnólogas y hasta llegamos a experimentar con esta nueva forma de comunicación, poniendo a las tertulias online, fondos maravillosos. Ahora que soy jubilada, tengo mucho más tiempo para darle a la cabeza”, confesaba y se despedía mientras repartía besos a destajo. Acompañaba a los jóvenes de la Fundación por la acción social que blandían su lema: “Feminismo no es transfobia” o “Por la abolición de la prostitución”, mientras entonaban: “Que no, que no te tengo miedo” y “tú machista, estás en nuestra lista”.
Portando una pancarta con el lema: “Nuestra lucha, nuestros derechos, nuestra libertad”, Begoña Collado y compañeras y compañeros de Izquierda Unida, esperaban incorporarse al día de las mujeres, no sin antes apostillar: “Estamos totalmente en contra de que se manden armas a Ucrania, porque dar armas a ciudadanos sin entrenamiento frente a un ejército formado, no creamos que tenga mucho efecto, además el movimiento feminista conlleva muchas cosas y esa demanda es la que nos hace pensar así, por la igualdad y un feminismo por la paz”.
Tampoco faltaron las mujeres de la Corriente Sindical de Izquierdas que al preguntarles si estaban al tanto de otras manifestaciones con diferentes puntualizaciones sobre el feminismo, como sucedió en otras ciudades españolas, contestaron casi al unísono: “Aquí encajamos todas y todos y la lucha es no excluir a nadie”
Mientras la mareona de gijonudas y gijonudos echaba a andar, pasadas ya las siete de la tarde. Entre la multitud llamaba la atención las pelucas y el brilli-brilli violeta, color representativo de esta lucha por los derechos de la mujer. Las banderas, apenas un par de ellas ucranianas, también adornaban la marcha entre la que destacaban dos estudiantes de erasmus berlinesas que se pintaban la cara y la complementaban con unos divertidos cartones en sus cabezas. Finja y Robin, confesaron que la diferencia entre la marea morada de aquí y la de su país se distingue simplemente por la hora: “Allí la fiesta la comenzamos mucho más temprano, porque estamos viendo que cuando lleguemos al Ayuntamiento, será de noche». Aunque seguramente les dará un poco igual: “Al terminar iremos a tomar unas sidras”.
Sin duda que ese fin de fiesta feminista fue el elegido por las jóvenes de Iniciativa pol asturianu. “Ye una oportunidad pa glayar y reivindicar, porque nosotres creemos que la violencia machista también ye lingüística y discriminatoria”, apostilló Alma Hidalgo que posó junto con sus compañeras Sonia Uría y Nora Argüelles.
Y con alegría, cánticos y sonido de tambores, las mujeres y también gran cantidad de hombres festejaron, este año sí, su día, reivindicando su pensamiento que no hace otra cosa que pedir igualdad entre géneros y sobre todo, respeto a la vida de la mujer.