La víctima, que no resultó herida, pudo contactar con las autoridades por teléfono y alertar a gritos de su situación; fueron precisas varias horas de negociación para que el sujeto abriese la puerta de la vivienda, momento en que fue reducido
Valor, rapidez y buena suerte. Muy buena suerte, de hecho. Esos tres factores, combinados con el no menos importante buen hacer de la Guardia Civil, fueron determinantes para que el suceso ocurrido esta madrugada en Mieres concluyese con un final razonablemente feliz. Allí, en una vivienda de la parroquia de Santullano, los agentes de la Benemérita lograron rescatar sana y salva a una mujer a la que su marido, de 57 años, retenía en el domicilio, bajo amenaza de muerte. Un operativo exitosos gracias, en buena medida, a que la víctima pudo alertar de su situación a las autoridades. Su presunto agresor, que fue detenido, ya se halla a disposición de la justicia.
Según fuentes del instituto armado, fue poco después de las dos de la madrugada cuando sus compañeros de la Policía Nacional les notificaron la existencia de una llamada telefónica en la que se escuchaba a una mujer gritando y pidiendo socorro. Si bien no tuvo oportunidad de detallar dónde se encontraba, los agentes pudieron rastrear el número de teléfono y situar su origen en un inmueble de Santullano, ubicación confirmada sobre el terreno por una patrulla que se desplazó hasta el lugar. No fue lo único que los recién llegados constataron… Desde la calle los uniformados oyeron los gritos de socorro de la víctima, y vieron a un hombre asomado a una ventana asegurando que la mataría, y amenazando a las autoridades. Ante el cariz de los acontecimientos, a esa primera patrulla se unieron otras como refuerzo, aparte de efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) especializados en operaciones de alto riesgo, del servicio de Policía Judicial y, la pieza clave, un experto de situaciones con toma de rehenes.
Con el operativo completo y ya en marcha, el negociador precisó de varias horas de diálogo con el presunto agresor para intentar calmar la situación y disuadirle de sus intenciones pero, al fin, consiguió que accediese a abrir la puerta de la vivienda. En ese momento, los miembros de la USECIC se desplegaron en el interior del domicilio, pusieron a salvo a la víctima y redujeron a su marido, que hasta entonces la estaba reteniendo por el cuello. El reconocimiento médico descartó que la agredida presentase heridas o lesiones; por su parte, el hombre fue detenido.