«Mi hija me pregunta ‘mamá, ¿quién me puede tener manía a mí?‘«, cuenta Santa de las Heras, madre de la niña
Yaiza lleva desde el pasado viernes sin su silla de ruedas adaptada, que usa tras una complicada operación a la que se tuvo que someter. «No hay palabras para describir esto», dice Santa de las Heras, su madre. Ella regenta el bar La Santina, en Ceares, y Yaiza y su hermana mayor se fueron desde allí hasta a su casa, en El Llano, tras pasar la tarde con ella.
Llegaron a casa a las 21:00 horas y, como siempre desde hace un año y medio, dejaron la silla adaptada en el bajo de una floristería cercana a su casa. «Siempre la dejamos ahí y la cambiamos por otra más antigua que hay que empujar, porque esa se puede doblar y cabe en nuestro ascensor, que es muy pequeño, y nunca había pasado nada hasta ahora», cuenta Santa.
El sábado por la mañana, cuando se disponían a salir de casa y a hacer el cambio a la silla de ruedas adaptada, se dieron cuenta de que había desaparecido. «Esta silla costó 5.600 euros, está hecha a medida para Yaiza y adaptada, no es el coste de la silla, es todo lo que conlleva no tenerla. Yaiza podía salir sola de casa y tener independencia, con la otra silla hay que empujarla, pesa mucho, hay cuestas… La gente sana no entiende estas cosas«, explica la madre afectada.
La familia quiere que aparezca el culpable. «Mi hija me ha llegado a preguntar ‘¿quién me puede tener manía a mí, mamá?’, ahora no sale por miedo a que puedan hacerle daño. Esto no se puede permitir», dice de las Heras.
«En la floristería no saben qué ha pasado, están muy enfadados con el culpable, igual que nosotros. No sé qué voy a hacer, porque yo no puedo comprarle una silla de ese dinero a mi hija de la noche a la mañana. En la Seguridad Social tengo que esperar cinco años para que me concedan una, espero que al ser un robo, si la silla no aparece, nos puedan conceder otra antes», cuenta desesperada. El robo ha sido denunciado y la Policía lo está investigando.