“Las personas homosexuales todavía miramos a los lados para besar o coger la mano a nuestra pareja”
“Darle a la gente la libertad y el derecho de alfabetizarse en su lengua materna, el asturiano, no significa dividir”
POR JOSU ALONSO
Vegarrionda, en el concejo de Piloña, es una aldea de 15 habitantes, aunque entre sus parroquianos hay uno muy especial: Rodrigo Cuevas (Oviedo, 1985). Apodado por algunos como el Freddie Mercury del folclore en Asturias, Cuevas no cambia por nada su casa en el pueblo. Durante la charla con MiGijón, se cuela el cacareo de los gallos y se huele la tranquilidad consecuencia de hablar desde el monte. Son los lujos de vivir lejos de la ciudad para un artista por el que se pelean los festivales. Tras triunfar en media España, ya ha dado el salto a Portugal. ¿Las claves del éxito? Ser un tipo normal con un equipo de trabajo normal. Lo mismo llena el Palau de la Música de Barcelona que retrasa una entrevista porque tiene que ir a la hierba con los vecinos. Genio y figura.
Usted es un agitador folclórico en cuya web podemos leer “conoce al verdadero Prince of Verdiciu”. ¿Me lo desarrolla?
Madre, ¿pone eso en la web? (risas). No sé que puedo decirte, chorraes que pongo (risas).
En 2019 reinventó la zarzuela en Madrid, en 2022 estará en el Bilbao BBK Live. ¿Ha conseguido quitar al folclore la etiqueta de antiguo?
No me responsabilizo de tantas cosas, la verdad. La etiqueta la tenían los prejuiciosos porque el folclore nunca fue antiguo, siempre fue contemporáneo. Describe la realidad que vive un pueblo en su momento. Es contradictorio decir folclore y anticuado porque sí es antiguo, pero no anticuado.
Decía el dúo ‘Fetén Fetén’ que en la explosión de la música tradicional hay algo de oportunismo. ¿Lo ve así?
Sí, como en todas las modas, pasó con todas las tendencias. Lo guay de que pase con el folclore es que es algo de aquí en lugar de ser Madonna y que tengamos siete imitadoras suyas o mil grupos de rock que no van a ser nunca como los norteamericanos. Siempre somos como la copia y, en este caso, aunque haya gente que no haya profundizado o no proceda del folclore, les llama la atención. Por lo menos se está generando un tejido cultural con una base autóctona y propia.
“¿Entrar en política? Ni de coña. Mi trabajo va por dinamizar a través de la cultura, los pueblos”
¿Quién es Gelita del Cabanón?
Ye una muyer, una paisana de Nembra, en el conceyu de Aller que ye lo más. Tiene una forma de cantar asturianada muy auténtica, no subió mucho a los escenarios y nun tá contaminada de esa manera de cantar tonadas de concurso, más exhibicionista y gimnástica; canta con una sensibilidad, con una dulzura que toy enamorau de ella. Además, cumplimos años el mismo día, somos un poco como hermanas. Para mí los mayores son la gran fuente de inspiración.
Precisamente con Gelita tocó en las fiestas de San Mateo ‘Al pasar por el puertu’. ¿Su música siempre lleva algo de reivindicativo?
Si no lo lleva explícitamente, lo lleva implícitamente porque cantar ‘Al pasar por el puertu’ en un escenario con Gelita ya es una reivindicación de quien debe tener la voz en el folclore, quien debe ser reconocido, a donde debemos mirar. Para mí la reivindicación más grande ye esa, poner en el foco quien debe estar. Al final todo es una reivindicación, hasta el que piensa que no reivindica nada está reivindicando una forma de hacer. El arte es así.
Hablando de mensajes, en su disco ‘Manual de Cortejo’ encontramos el tema de ‘Rambalin’, un homosexual que fue asesinado a finales de los años setenta en Gijón. Resulta que casi 40 años después hay que volver a hablar de homofobia. ¿Hemos retrocedido?
Sí, retrocedimos mucho. Esta clarísimo que tener 52 diputados abiertamente fascistas en el Congreso es un retroceso de 40 años. Fíjate si retrocedimos que hace siete u ocho años no había ningún partido que defendiera abiertamente la xenofobia, que negara la violencia de género y, de repente, ahora ya no tenemos solo uno, sino más que les siguen el juego.
Vox defiende que hay muchos homosexuales que piensan como ellos. ¿Qué piensa sobre esta afirmación?
¿Sabes que me parece? Que les estamos dando el foco y para mi el debate no esta ahí. No debería haber ni media palabra hablando de ellos en esta entrevista porque ponemos el foco en el escándalo, la barbaridad, la barrabasada.
Vamos a darle la vuelta. ¿Dónde ponemos el foco?
En el movimiento trans que ahora mismo está cogiendo también más sensibilidad que nunca, por fin las personas trans no se avergüenzan de serlo, la ley de matrimonio igualitario ya cumplió quince años, acabamos de aprobar una ley de eutanasia, algo tan maravilloso como poder morir dignamente que llevábamos tantos años esperando… Hay muy buenas noticias, mucha gente haciendo las cosas bien y propuestas sensatas. Poner el foco ahí y debatir es responsabilidad de toda la sociedad.
Hay una parte del feminismo que ha protagonizado una acalorada lucha a cuenta de la ‘ley trans’. De hecho, Pedro Almodóvar aseguraba recientemente que le parecía mal que algunas feministas marginaran a mujeres trans.
Comparto totalmente sus palabras. Pelearnos la oprimida contra la más oprimida me parece ridículo. Lo que debemos hacer es luchar porque todas las personas tengamos los mismos derechos. ¿Cómo vas a negarle tú la identidad a nadie? Tú no puedes negar a nadie lo que es porque no estás dentro de esa persona.
“En la ciudad no puedo desayunar escuchando la berrea o bajar a por huevos al gallinero”
¿Ha sentido miedo alguna vez por su condición sexual?
Sí, muchas veces. Una persona heterosexual igual no se da cuenta, pero las personas homosexuales todavía miramos hoy en día a nuestro alrededor antes de darnos un beso con tu pareja. Cuando la gente niega que existe la homofobia no se dan cuenta de eso, lo dicen desde la visión del que nunca se ha planteado el mirar hacia a los lados para dar un beso a la pareja. Es muy fuerte y en ciertos contextos lo sigues haciendo. En mi pueblo no me pasa, pero cuando estas en una ciudad miras para ver si te coge de la mano o soltarte cuando te cruzas con alguien por la calle.
Usted defiende la oficialidad. De hecho, el pasado sábado actuó tras la manifestación en Oviedo. ¿No es suficiente con la Ley de uso y promoción del asturiano?
Evidentemente no porque el asturiano está desapareciendo, sigue habiendo un estado de diglosia en Asturias. La diglosia es cuando dos lenguas están a diferente nivel: hay una de prestigio que es el castellano y una de desprestigio que es el asturiano, solamente se usa en el ámbito coloquial, familiar. Se quiere seguir relegando a esta lengua a ese estado para que desaparezca porque no tiene otra explicación. Hay una concepción de que la lengua asturiana no sirve para cursar una carrera, estudiar o trabajar y sirve para todo. Es una lengua más, ni más ni menos. Todos merecemos la igualdad.
El presidente del PP, Pablo Casado, apuntaba que en el Principado quieren dividir a la gente por la lengua. ¿No hay un riesgo de crear dos Asturias haciendo el asturiano oficial?
Lo mismo podría decir Franco de la democracia, se quiere dividir a España. A la gente hay que darle la libertad de poder alfabetizarse en su lengua materna, es muy fuerte que estemos así. La gente no sabe escribir en su lengua, no sabe lo que es una falta de ortografía en asturiano, no conoce la gramática, se les está negando ese derecho. Que una persona hable de dividir a través de la lengua cuando lo único que estás haciendo es pedir igualdad… Es como el matrimonio igualitario, la ley del aborto… Todas las leyes que dan derechos a más gente. Tú no estás dividiendo a la gente entre los que están a favor del aborto y en contra, lo que estás haciendo es oprimir a quienes quieren el aborto libre y se lo estás negando. Ahora estás oprimiendo a la gente que quiere alfabetizarse en su lengua. Darle la libertad y el derecho de que se alfabeticen en su lengua no significa dividir, esa persona está viendo el debate desde su perspectiva exclusivamente.
Sé que le he dicho que no volveríamos a hablar de Vox, pero ¿se arrepiente de haberlos llamado garrulos tras decir que no existe la llingua?
No me arrepiento, es que lo son. Son los matones del colegio, los que los sufrimos los tenemos caladísimos.
La montera picona, la falda o les madreñes forman parte de su atuendo. ¿Esto es una forma de reivindicar la tradición asturiana?
Me gusten les expresiones populares artísticas de cualquier forma. Gústame trabajar con la música, con el baile, con el movimiento, con los instrumentos y con la indumentaria también. Me parece una parte más de la cultura popular y no entiendo que tenga que renunciar a ella. Igual que la lengua, es todo una cosmovisión que si no la muestras entera te estás quedando cojo.
Siendo tan directo en sus mensajes, sus opiniones ¿se ha planteado en algún momento entrar en política?
Uy ¡Qué va! No, no, ni de coña; quita, quita. Soy una persona civil que cree en el asociacionismo. Entrar en política sirve para muchas cosas, pero hay que creer en ello. Mi trabajo va más por dinamizar a través de la cultura, los pueblos, mi entorno. No podría estar con ningún partido.
Había una campaña de una cerveza que decía que donde iba, triunfaba, algo parecido a lo que le pasa usted. ¿Por qué vivir en una pequeña aldea de 15 habitantes como Vegarrionda en lugar de una gran ciudad donde podría encontrar todas las comodidades?
¿Qué comodidades tengo en la ciudad que no tenga aquí? (Risas). En la ciudad no puedo desayunar escuchando la berrea por la mañana, estar en el prau como estoy ahora hablando por teléfono y escuchando los gallos, cenar fuera de casa que tengo mi cocina en la puerta y traer a mis amigos, me es más difícil conocer a mis vecinos por su nombre y que ellos sepan el mío, ver a sus hijos crecer, plantar, bajar a por huevos al gallinero… Es que no sé que comodidades hay en la ciudad porque sofá tengo yo también (risas) y ascensor no necesito porque vivo en una planta baja.
“Retrasé una entrevista de la radio porque habían venido mis vecinos a ayudarme a la hierba y no iban a trabajar solo ellos”
Pidió que le retrasaran una entrevista porque tenía que ir a la hierba y no iba a estar hablando por teléfono mientras sus vecinos trabajaban. Explíquele al lector que lo que estamos contando no es una broma.
(Risas) A veces se nos olvida tener respeto por la gente y vinieron muchos vecinos a ayudarme a la hierba. No iba a estar hablando por teléfono y ellos trabajando. Entonces pedí retrasarla un poco porque en la hierba se pasa mucho calor y estábamos haciendo una ‘facina’ que lleva trabayu, no era plan.
Además de las actuaciones, también organiza desde hace cuatro años ‘Una señora fiesta’, cita veraniega en Vegarrionda que junta poesía, música y juegos tradicionales. ¿Es verdad que lo podemos encontrar de camarero?
Ahí estoy apagando fuegos todo el rato. Esta fue la cuarta edición y no hicimos parón por la pandemia, la adaptamos. Me sorprende que me pregunten por ello porque es lo que hice toda la vida, me parece algo normal. Igual la imagen de artista hace que la gente se extrañe porque siga haciendo estas cosas, pero es que tampoco soy multimillonario para estar en mi chalé de Miami organizando festivales sin trabajar (risas). Tampoco lo haría eh, porque si fuera multimillonario para qué hacer un festival y no estar detrás de la barra si es lo que me mola, es donde te enteras de todo.
En su vida también hay un espacio para Xuana D’Arcu que además figura en su web. ¿Quién es?
Una de las dos burrinas que tengo, Xuana y Faraona. Son como perrinos, más buenas y más majas. Xuana tiene ya tres años y voy a empezar a amaestrala para que me ayuda a trabayar un pocu con el carro porque están todo el día ahí repanchigaes.