La Fundación Contemplare inicia esta semana sus Ferias Monásticas, y llevará más de 900 variedades de productos únicos a las capitales asturiana y nacional, una forma de visibilizar y apoyar la labor de los eclesiásticos que viven en clausura
Ninguna celebración de cuantas pueblan el calendario es, como la Navidad, una fiesta de sabores. Cada nuevo año, por estas fechas, turrones, mazapanes, peladillas y demás se agolpan en los lineales de los comercios, en las mesas de los hogares y, para deleite de su inmensa legión de incondicionales, en los estómagos de muchos. Pues bien, los aficionados a tales delicias tienen dos citas ineludibles inminentes; una, en Madrid, y otra, en Oviedo. No en vano, cerca de 900 variedades de productos, desde dulces navideños hasta cervezas artesanas, coronas de Adviento o belenes, elaborados por monjas y monjes de clausura de más de ochenta monasterios de España y Francia, serán los protagonistas esta semana de las Ferias Monásticas de la Fundación Contemplare, que se desarrollarán tanto en la capital nacional como en la asturiana.
Todos los productos, que durante el año se pueden adquirir a través de la página web de la Fundación, se podrán encontrar del miércoles 11 al domingo 15 de diciembre en la Casa de la Panadería, situada en la Plaza Mayor de Madrid; hasta el 20 de diciembre en el ABC Serrano, y hasta el 22 de diciembre en el centro de Oviedo, en ocho casetas de madera que se instalarán para la ocasión. En ellas, además de los dulces típicos, como polvorones, mantecados, mazapanes y turrones, los clientes podrán llevarse a sus casas pastas, garrapiñadas, panettones, mermeladas, licores, quesos, y, un detalle de lo más sugerente, cervezas rubias, tostadas y de trigo, en las que están especializados los monasterios masculinos de España. Así mismo, por primera vez, llevarán productos de monasterios franceses como el paté de campaña de los ‘cerdos del Père Marc’ y los rillettes de canard, o pato desmenuzado. Todas las tarrinas llegan directamente de los monjes cistercienses que habitan en la región de Normandía.
Igualmente, este año los organizadores han potenciado las líneas integrales de los productos típicos navideños, por ejemplo, ofreciendo polvorones sin azúcar, según ha informado la Fundación Contemplare. En la selección de artesanía, la novedad son las coronas de Adviento tejidas a mano, que se suman a los nacimientos que han confeccionado las Hermanas de Belén, especialistas en ornamentos navideños, ángeles y medallas. Todo ello, en suma, sin perder de vista que, a través de estas ferias monásticas, la mencionada Fundación busca dar a conocer a los «miles de hombres y mujeres» que viven en los monasterios de clausura y ayudarles a su sostenimiento.