Para completar el menú, ofrecen una amplia selección de tartas caseras y helados
Están en una de las esquinas más transitadas de la Feria. En gran parte por culpa de su arte, claro. Desde su cocina salen, día a día, centenares de sándwiches, de esos que de pura sencillez hace la boca agua al respetable que monta guardia para comerse el típico bikini.
Pero no es lo único que se puede degustar en San Martín. La colección de tartas caseras es abrumadora. Desde charlotas, tartas de queso con fresas o chocolate y naranja -pasando por la cheesecake al estilo New York-, o la clásica baronesa… Todo un mostrador del pecado para los amantes de los postres artesanos. Y los helados naturales, claro. Porque en días como estos, de calor y bochorno, el visitante de la Feria tiene que refrescar el gaznate.