Representantes del Principado, de la ciudad, del Puerto y de la propia compañía acuden a la puesta en marcha de la novedosa instalación, primera equipada con tecnología de recirculación de agua en tierra firme para ahorrar consumos y evitar vertidos

Ahora sí que sí. Sea Eight lleva varios meses en Gijón… Pero su presencia es ya oficial. Casi un año después de que comenzasen los trabajos de construcción Aquacría Lafigal, la nueva planta de engorde de lenguado levantada y administrada en el área de La Figar de El Musel por la mencionada empresa, ha sido inaugurada esta mañana, y opera con la mirada puesta en lograr una progresión ascendente en lo que queda de año y durante 2026. Al menos, esa es la esperanza de la entidad, cuyos representantes han acudido hoy a la ceremonia, que también ha contado con la presencia del presidente del Principado, Adrián Barbón; de la alcaldesa de la ciudad, Carmen Moriyón; de la presidenta de la Autoridad Portuaria, Nieves Roqueñí, y de Roberto Centeno, presidente del Grupo Atitlan, entre otras autoridades autonómicas y municipales. Y lo cierto es que semejante representación procedía… Las estimaciones manejadas por Sea Eight prevén la creación de más de un centenar de puestos de trabajo a lo largo de los próximos meses, y alcanzar una producción de 450 toneladas de pescado al año.
No obstante, el gran elemento diferenciados del complejo gijonés es la tecnología con la que trabaja. Efectivamente, el Aquiacría Lafigal es el primer centro acuícola de los cuatro que Sea Eight administra en España y Portugal equipado con recirculación en tierra firme (recirculating aquaculture systems, o RAS), un sistema que, simplificando mucho la explicación, permite emplear una y otra vez la misma agua marina para el proceso de cría y engorde, recirculándola a través de filtros y tratándola para hacerla apta. De ese modo se logran dos objetivos principales; por un lado, reducir el consumo del preciado líquido y, por otro, minimizar el riesgo de vertidos contaminantes al medio ambiente. Su implementación, junto con la puesta a punto de la planta, cifra en trece millones de euros la inversión total en Gijón, 3,6 de ellos obtenidos mediante fondos europeos, un montante integrado en el plan de expansión general de la empresa, de 55 millones. Por el momento, su plantilla la integra una veintena de operarios, cifra que, no obstante, confían en que aumente una vez se implemente el ciclo productivo completo, desde la reproducción y cría hasta el engorde, sacrificio y envasado.
En palabras de Barbón, la instalación recién inaugurada constituye, por encima de todo, una prueba de «cómo este tipo de actividades pueden ser motor de desarrollo y de proyección internacional de nuestra comunidad», y la demostración fehaciente de que, siempre sea «sostenible, respetuosa con el medio ambiente y con alta capacidad tecnológica», la agroindustria asturiana «no sólo tiene futuro, sino que ya forma parte del mejor presente de Asturias». Su punto de vista ha sido reforzado por Jaime León, a la sazón consejero delegado de Sea Eight, convencido a pies juntilla «de la necesidad de producir alimentos de manera sostenible y local para alimentar a la población». Una apuesta en el marco de la cual Asturias, ha concluido, «se convertirá en un referente en producción acuícola sostenible en tierra firme».