El partido de Sara Álvarez Rouco presenta varias enmiendas a los presupuestos de 2026, afirmando que con ellas persigue «dar respuesta a necesidades reales»; también aspira a crear subvenciones para entidades que «favorezcan el derecho a la vida»

Pocos debates hay tan intensos y, a la par, capitales, en la escena política de cualquier municipio como aquellos que rodean la elaboración y aprobación de sus presupuestos. Es así, es una constante y poco puede discutirse al respecto. Y todo apunta a que, en el caso de Gijón y de sus cuentas para el año próximo, el cruce de pareceres se volverá aún más agrio de lo habitual, a la vista de las varias enmiendas presentadas este miércoles por Vox al proyecto presupuestario de 2026. Porque la fuerza que encabeza Sara Álvarez Rouco apuesta, directamente, por suprimir varias líneas de subvenciones en vigor, tales como las que se conceden al Conseyu de Mocedá, al programa de Cooperación al Desarrollo o a la Semana Negra, y utilizar ese dinero detraído, junto con el obtenido de otras eliminaciones y reestructuraciones, para «dar respuesta a las necesidades reales» de los ciudadanos de la urbe. Por ejemplo, reparar las fachadas pendientes, o apoyar económicamente a aquellas entidades que «favorezcan el derecho a la vida». Una batería de ideas que promete resultar, como mínimo, polémica entre varios de los restantes grupos políticos.
Tal como la propia Rouco ha explicado esta mañana, durante una comparecencia ante los medios de comunicación, el conjunto de enmiendas lanzado por su partido alcanza la cuantía de 7,5 millones de euros, un montante obtenido a base de «optimizar recursos» extrayéndolos de aportaciones que «no atienden prestaciones de carácter esencial». En la práctica, y en caso de recibir el visto bueno de la Corporación, eso significaría aplicar la tijera hasta la raíz a subvenciones como las que, hoy por hoy, el Ayuntamiento concede a obras diseñadas para fomentar la movilidad sostenible, a la promoción del asturiano, a los mencionados Conseyu y Cooperación al Desarrollo, y a iniciativas culturales como la Semana Negra. Además, Vox rescata su intención de que la Empresa Municipal de Vivienda (EMVISA) sea absorbida por la Fundación Municipal de Servicios Sociales (FMSS), a fin de «optimizar recursos y mejorar la coordinación». Una sugerencia que, conviene recordarlo, fue criticada y, por extensión, rechazada en Plenos pasados, en los que los demás partidos con representación abogaron por todo lo contrario: potenciar el rol de EMVISA para garantizar el adecuado cumplimiento de sus deberes.
EMVISA al margen, ¿a qué proponen Rouco y los suyos destinar el dinero conseguido de los ‘tijeretazos’ anteriores? Bien, de entrada, se aspira a reservar 3.380.100 euros en concepto de ayudas a fachadas pendientes de pago. Se trataría de una cantidad golosa, salta a la vista, que, a juicio de Vox, se alcanzaría a base de sumar los 1.872.900 euros para Cooperación al Desarrollo, los 1.053.700 de las obras de pacificación del tráfico en el entorno del parque de La Serena, los 365.000 destinados a costear acciones publicitarias municipales, y los 82.500 de la partida de atenciones protocolarias del área de Alcaldía. A todo ello se añadiría un pequeño plus de otros 6.000 euros, los mismos que se abonan a ediciones de obra y cultura asturiana. Fuera de lo anterior, otras acciones que se pagarían con los reajustes serían la construcción de un nuevo vial entre el Recinto Ferial ‘Luis Adaro’ y el parque de Hermanos Castro, la mejora del puente de la Coría, la adecuación de las instalaciones deportivas locales y la recuperación de la Casa Mariñana, hogar del pintor Nicanor Piñole. Y una última enmienda que se perfila como enormemente contestada: Vox quiere que se funde una línea de ayudas de 30.000 euros para premiar a aquellas entidades gijonesas que «favorezcan el derecho a la vida», y que se posicionen en contra de la práctica del aborto.