«(…) La senda del Piles no es el velódromo particular de nadie«
«El problema es cuando nos olvidamos que vivimos solos«
Si hay algo que se ha hecho francamente bien en esta ciudad y en este concejo es la recuperación de recorridos durante años olvidados u ocupados por actividades que los hacían inviables para el común de los viandantes.
La senda costera desde la Iglesia de San Pedro hasta la playa de la Ñora es una auténtica delicia para todo tipo de paseantes. Su paisaje es único con la guinda que supone el parque de San Lorenzo, mirador irrepetible de una costa que al menos yo no me canso de mirar.
La vía verde de la Camocha recupera el trazado del viejo ferrocarril que circulaba entre el puerto del Musel y la antigua mina de la que se decía que iba bajo el mar.
Y la más reciente: la senda fluvial del Río Piles. Casi veinte kilómetros que desde el paseo del Muro nos conecta con la zona rural de Gijón a través de un trazado que sirve de ejemplo de cómo lo urbano y lo rural no solamente pueden convivir sino ser absolutamente complementarias. El primer tramo ha dotado a la zona de Viesques de un parque urbano y de un auténtico pulmón verde que durante la desescalada se convirtió en una vía de escape recorrida por miles de personas.
Tras cruzar la carretera de la Coría y superar los pasos bajo los enlaces de la autopista, la senda se abre a un auténtico regalo para la vista, para el ánimo, para el ocio, para las familias y para la actividad física.
No sabría sumar los kilómetros que llevo hechos por esta senda. Desde su inicio hasta Vega, pasando por el Camín del río Llantones o la escondida y poco conocida aliseda pantanosa. Y en esos reconfortantes paseos o de entrenamiento, he comprobado que estas sendas son el mejor ejemplo del ecumenismo municipal que tienen que ofrecer las ciudades. Personas mayores, parejas con hijos, adolescentes, jubilados, muchos corredores, muchos cicloturistas… Cada uno utilizamos la senda según nuestro gusto y nuestra necesidad.
El problema, y sobre él quiero llamar la atención, es cuando olvidamos que no vivimos solos. En mis paseos he visto cómo algunas personas consideran estas sendas como circuitos de entrenamiento llegando a causar más de un susto a personas mayores y a alguna madre con carrito. Ni mucho menos esta crítica es generalizada, pero creo necesario recordar a algunas personas que ni la senda verde del Piles ni ninguna otra del concejo se pueden utilizar como velódromos particulares o como circuitos cerrados de BTT. Y mucho menos es aceptable que los fitipaldis de la bicicleta lleguen incluso a abroncar a los peatones que,, a tenor de su enfado, parece que les van a impedir batir el récord de la senda.
Hay sitio para todos y momento para cada cosa. Una senda es para disfrutar y el que quiera batir marcas personales que busque otros espacios, porque la senda del Piles no es el velódromo particular de nadie.
Por cierto, ya que estoy. No estaría de más que las brigadas municipales se dieran una vuelta por la senda porque el tiempo pasa y el desgaste del firme en algunas zonas es más que considerable.
Nacho Poncela es periodista y colaborador de miGijón
todo correcto, a ver si se dan cuenta que no es un velódromo ni pista de atletismo, además de abroncarnos y maldecirnos a los que por esa zona transitamos. lo del desgaste de algunas zonas es por el poco mantenimiento que se hace ( paseo de viesques – la camocha ) ya que tenemos zonas comidas por el agua por no limpiar la reguera que baja colindante a los edificios , además de varios puentes en serio peligro de derrumbe inminente. no hablemos de ciertas alcantarillas que cada vez que llueve un poco mas de la cuenta vierte su contenido ( mayormente heces humanas ) al parque , viendo como los niños juegan sin preocupación en ellos. tenemos parques y no los mantenemos en condiciones de poco nos servirán.