Con menos de 150 noches despejadas al año, humedad y una gran contaminación lumínica, los cielos Asturianos no pueden presumir de la mejor calidad. Sin embargo, esto no impide que en Gijón haya una gran afición por la astronomía. La Sociedad Astronómica Omega es el mejor ejemplo. Acaban de cumplir 40 años y lo hacen por todo lo alto. Este lunes 29 de junio recibirán la Medalla de Plata de la ciudad, «un reconocimiento a la labor desinteresada de tantos años y un estímulo para seguir». Hablamos con Isaías Gonzalo, uno de sus miembros, que asegura que una vez que uno se adentra en este mundo «quiere más y más». Ahora su deseo es que los jóvenes también se aficionen por la astronomía para que la sociedad celebre, al menos, otros 40 años mirando las estrellas.
– 40 años de la Sociedad Astronómica Omega, ¿Cuál es el balance?
-El balance es altamente positivo, somos una sociedad bastante activa, pese a la pandemia, con una gran ilusión en todos los socios por aprender y llevar la divulgación de la ciencia a toda la población. De manera pausada, pero eficaz y siempre hacia adelante, hemos conseguido muchos hitos en el camino: tener local social, un observatorio excelentemente dotado de material de ultima tecnología, jornadas nacionales de astronomía, presencia en varias asociaciones nacionales, creación de la federación estatal de asociaciones, cursos de iniciación en la Universidad Popular de Gijón, cursos de astrofotografía, seguimiento de satélites, visitas al observatorio (mas de 1400 anuales de media)… En fin, bastante actividad científica y divulgativa, todo ello de manera altruista.
– ¿Cómo se decidió hace ya 4 décadas ponerla en marcha?
– Unos aficionados decidieron poner un anuncio en prensa y convocar a una reunión a los interesados. Fueron momento difíciles para reuniones porque coincidió con el intento de golpe de estado del Teniente Coronel Tejero y, así y todo, ese 27 de febrero de 1981 se reunieron una docena de personas que pusieron el germen de la sociedad Omega. Al principio se reunían en el instituto Jovellanos, luego en el Ateneo Jovellanos y después se alquiló una sede en la calle Langreo. Finalmente, se pudo adquirir un bajo en la calle Alegría 45, donde permanecemos.
– Y para celebrar este aniversario, la Medalla de Plata de Gijón ¿Qué supone este reconocimiento?
– Sobre todo un inmenso honor, un reconocimiento a la labor desinteresada de tantos y tantos años. Nos sirve también de estímulo para continuar con la labor. A todos nos gusta que nos reconozcan y esta medalla es por ello muy importante. La noticia de la concesión se vivió de una manera muy alegre por parte de todos los socios. Hemos recibido muchísimos mensajes de felicitación y la moral general está a tope.
– ¿De dónde viene esta pasión por la astronomía?
– Toda la humanidad desde sus albores ha tenido curiosidad por el cielo. De esa curiosidad nace la ciencia de la Astronomía, luego esa pasión hace
que uno individualmente se ponga a estudiar y entre en contacto con otros aficionados. Es una suerte para los asturianos en general y los gijoneses en particular contar con una sociedad astronómica donde poder canalizar esas inquietudes y llevarlas a otro nivel.
– Pasión por el cielo, pero también, como comentabas antes, labor divulgativa, ¿verdad?
– No hay ningún socio de Omega que no sienta esa pasión divulgativa. A todos nos encanta el enseñar lo que conocemos del cielo. Al ser una
ciencia tan amplia y con tantísimas ramificaciones, es normal que cada uno siga por donde más le place y se apoye en el conocimiento de otros
en los diferentes aspectos. Particularmente agradable es cuando participas en la “primera vez” de gente que se asoma a un telescopio, sus
expresiones de asombro son vitamina y energía para nosotros.
– ¿Hay afición por las estrellas en Asturias y Gijón?
– Ser astrónomo aficionado en Asturias ¡es una heroicidad! Tenemos menos de 150 días/noches, despejadas al año, siempre hay humedad, es
muy alta la contaminación lumínica … Las cosas no son nada fáciles en Asturias y, sin embargo, hay una gran afición, muy preparada y con grandes
equipos de observación, que no son baratos precisamente. La prueba de la gran afición son los mas de 120 socios y socias activos y los mas de 500
que han formado parte de la sociedad, además de los 40 años de vida de la misma.
– Por lo que dice, el cielo gijonés no es el mejor.
– El cielo en Asturias está mayoritariamente cubierto, y en Gijón, como las demás urbes, la contaminación lumínica es enorme. Para realizar trabajos de mejor calidad debemos desplazarnos a las cumbres de la cordillera o incluso a la vecina León, que disfrutan de mayor calidad de cielo.
– Hace poco se cumplían los 58 años de la primera mujer en el espacio. ¿En la astronomía hay más hombres que mujeres o es igualitario?
– Fue la soviética Valentina Vladímirovna Tereshkova, el 16 de junio de 1963. A bordo de la nave Vostok 6 pasó 2 días y 22 horas en el espacio,
completando 48 órbitas en torno a nuestro planeta. Tras el éxito de Gagarin dos años antes, cuando se convirtió en el primer ser humano en
salir de la Tierra, Sergey Korolyov, Ingeniero jefe de Cohetes de la Unión Soviética, sugirió la conveniencia de enviar al espacio a una mujer. Se
presentaron cientos, aunque solo cinco fueron las seleccionadas para la misión final. De ellas, la elegida fue Valentina. Tras el vuelo, se convirtió en una heroína para los habitantes de la Unión Soviética y un ejemplo a seguir por todas las mujeres del mundo.
En nuestra sociedad hay un 20% de féminas. Hay que tener en cuenta que es una afición que se realiza mayoritariamente de noche y a la intemperie, y no todo el mundo se anima a probar. Luego que se conoce ya es un veneno que no cesa de pedir más y más salidas. En las observaciones públicas que hacemos siempre son mayoría las mujeres, y en nuestros cursos de iniciación, también.
– Y tú, como apasionado del cielo, ¿irías al espacio?
– Soy ,por edad (64), de la generación que creció con los ovnis, era noticia todos los días un avistamiento. Vivimos a tierna edad la llegada
del hombre a la luna, y todos soñábamos con ser astronautas. Ahora ya tendrá que quedarse en un sueño. Al espacio no podré llevar mi cuerpo,
pero te aseguro que, en las noches de observación, “viajo” a muchos miles de años luz, y cuando en ese viaje te sientes acompañado ¡es sensacional. +
– Volviendo a la tierra, el Observatorio del Monte Deva fue pionero en Asturias, ¿Qué supuso entonces?
– Es, hoy por hoy, la única instalación municipal de este tipo en Asturias. Existen algunos otros observatorios particulares diseminados por la
región, pero este el único municipal. Cuando la corporación decidió dar forma al parque del monte Deva, instó a las asociaciones a presentar
proyectos para dicho parque. La Sociedad Omega presentó el proyecto de un observatorio, que fue aceptada. Hay que recordar que el difunto
Álvarez Areces, el alcalde de entonces, había estudiado astronomía en Santiago de Compostela y le gustó la idea. Se construyó un edificio no muy
grande y sin dotación de material de observación, y poco a poco lo hemos ido equipando, con gran esfuerzo económico de todos los socios. Ahora
podemos ofrecer a las visitas un aceptable recorrido estelar.
– Contadnos, ¿Qué es un poco lo que hacéis en la sociedad?
– La sociedad es una mezcla de técnicos y aficionados, que se dedica a la divulgación por un lado y a crear las condiciones para el estudio por otro.
Nuestras reuniones de los viernes, aplazadas por la pandemia, son una experiencia enriquecedora en lo intelectual. Además, las noches despejadas que se puede abrir el observatorio nos dedicamos principalmente a la Astrofotografía y preparación de las sesiones de
observación publica de los viernes.
Después tenemos cuatro actividades fijas cada año: maratón Messier, Perseidas, Luna en el muelle y Fiesta de la Astronomía. Las lluvias de estrellas y los eclipses también son parte de nuestra actividad.
– ¿Y el público en general cómo puede participar?
– El público es la parte mas importante de nuestra actividad, mas del 80% de nuestros recursos económicos y humanos son dedicados al público. Nos encanta recibir gente y explicar lo que vamos conociendo, el conocimiento sin compartir no sirve para nada. Por eso estamos deseando
que acaben todas estas restricciones de la pandemia, para comenzar de nuevo con las visitas al observatorio, que son todos los viernes que esté despejado desde las 23 horas hasta la 1:00. Son visitas gratuitas sin limites de edad, únicamente hay limite de aforo pues el local es pequeño,
pero hacemos turnos y se puede recibir a bastantes aficionados. Ahora lo mejor es llamar previamente para comprobar disponibilidad.
-¿Hay actividades programadas para este verano?
– En agosto tendremos las perseidas. Habrá que adaptar a la situación, pero creemos que volverá a ser la gran fiesta astronómica del verano en Gijón. Y también está la oportunidad de todos los años de observa la luna a la vez que todos en el planeta, con la fiesta auspiciada por la NASA en la que instalamos los telescopios en la zona del puerto local de Gijón y que concita mucha ilusión, especialmente a los mas jóvenes.
Para la celebración de nuestros 40 años y la concesión de la medalla de plata del ayuntamiento, hemos decidido hacer una exposición de nuestros
principales trabajos fotográficos. La tenemos ya fechada para la primera quincena de Septiembre en la Fundación Alvargonzalez, que son mecenas
nuestros y siempre colaboran de forma ejemplar.
– Y, por último, habéis cumplido 40 años, pero ¿hay relevo para otros 40?
– Deseamos que sí, aunque la media de edad de los socios es alta y no logramos atraer a jóvenes. Quizá el reconocimiento por parte del ayuntamiento sirva para que algunos se acerquen a nosotros. Que nadie piense que solo es para cerebritos de ciencias. Hay camino a recorrer para cualquier inquietud.
Con un 20% de féminas es difícil conseguir un equilibrio de género adecuado, algo que denota un dominio heteropatrialcal problemático. Las sociedades culturales de Gijón y de Asturias han de evaluar la gestión en su capacidad para enfrentar la injusticia paritaria, expresada en la distribución injusta de bienes y recursos destinadas a la mujer. Esta falta de paridad supone una injusticia cultural que se manifiesta en un dominio heteropatrialcal injusto al estar la mujer subsumida a una mayoría hegemónica machista. Todo ello es una injusticia que no ayuda en absoluto a lograr una representación digna de la mujer en el ámbito de las ciencias y las artes. ¿Cómo no se ha tenido en cuenta este factor de dominio heteropatrialcal a la hora de conceder subvenciones y premios? No olvidemos que Valentina Vladímirovna Tereshkova viajó al espacio, pero con la aprobación de Sergey Korolyov, lo cual incluso en un regimen de libertad absoluta como la Unión Soviética supone un acto de dominio heteropatrialcal.