
«Las pequeñas partidas en las que nadie suele reparar y que son las que definen al dedillo la ciudad»

Andan estos días los distintos representantes del Ayuntamiento de Gijón anunciando los presupuestos municipales que se aprobarán, más o menos, dentro de un mes. Digo «se aprobarán» porque no va a haber mucho debate; la suma de los votos entre el Partido Popular, Foro y un señor que se presentó por Vox hacen posible que los presupuestos salgan adelante sin ningún problema. Hasta aquí el sesudo y profundo análisis político de esta semana. Y ahora, después de varios intentos fallidos, voy a intentar escribir sobre los presupuestos desde un enfoque que creo que os gustaría leer. Me refiero a un artículo de opinión, claro, pero con la intención oculta de incentivar que os preguntéis dónde, cómo y para qué se emplea el dinero público de nuestro Consistorio, los más de 400 millones de euros que tenemos en cartera. Echadle un vistazo, consultadlos; serán públicos una vez estén aprobados y es la mejor manera de que cada uno vea cómo realmente funciona una maquinaria tan compleja como es un Ayuntamiento de una ciudad de tamaño medio en Europa.
Dicho esto, y ciñéndome a ser un artículo de opinión sin más pretensiones, sobre el tema de presupuestos, voy a hacer una auto carta de deseos. Es decir, me voy a imaginar que pudiera delinear en trazo grueso a qué destinar ese dinero, y a ver si coincido con vosotros en algo, porque creo que, en esto de repartir el dinero, cada uno haríamos una cosa distinta. Sirva esto, de paso, para reconocer, gobierne quien gobierne, la complejidad de este reparto. Pero ya está bien de preámbulos.
Para empezar, el mayor grueso del dinero del que se dispone va destinado a pagar lo que hay, todo el sistema público municipal que existe y, por supuesto, yo estoy en la línea de mantenerlo y, llegado el caso, reforzarlo allí donde se detecten necesidades. Aquí seguro que ya habría matices en función de cómo veáis el mundo, pero como son mis líneas, sigo. Para seguir, creo que el Proyecto de Tabacalera lo metería en un cubo y me olvidaría de él. Sí, así como suena. Lo haría porque, básicamente, el proyecto actual no soluciona ninguno de los problemas del barrio, no aporta nada a la ciudad y lo de hacer museos así, sin más, sirve de poco y nada. Amplío la explicación: resulta que para hacer lo que sea que van a hacer, y que llevan anunciando décadas, necesitan la friolera de 25 millones de euros. Es decir, necesitan una cantidad igual a la capacidad de inversión total que tiene el Ayuntamiento en un año fiscal. Si tenemos en cuenta que no habrá ayudas europeas, y que la broma sale por 25 millones, pues nos esperan unos diez años de obras. Mientras que con esos 25 millones de euros que hemos liberado (este año había destinados 2,5 millones para esa infraestructura) podríamos hacer poco a poco, sobre suelo de propiedad municipal, unas cuantas decenas de viviendas públicas, por ejemplo. Me decanto por esto. Bueno, y considerando que esas viviendas el Ayuntamiento podría venderlas a un precio razonable y recuperar una parte de la inversión, la cosa no estaría mal.
Por otro lado, para todas las necesidades museísticas de la ciudad podríamos pensar en las actuales dependencias que han quedado vacías de un edificio maravilloso, el antiguo Parque de Bomberos, antigua sede de la poli local. Tenemos también otro singular edificio -diseño de Pedro Cabello- que albergó los antiguos juzgados de Prendes Pando o, si ya nos ponemos sibaritas, se podría dar una vuelta a encontrar de quién narices es el edificio del Palacio de Revillagigedo y, como ocurrió con la casa Paquet, que el Ayuntamiento pueda disponer de esa joyita del barroco. A partir de ahí, con eso claro, me pararía en las pequeñas partidas en las que nadie suele reparar y que son las que definen al dedillo la ciudad que quieres ser. Habría que ver cuánto presupuesto municipal se dedica a la promoción de cosillas afines a ciertas ideologías, por el mero hecho de ser afines a las ideologías del gobierno municipal.
También, habría que mostrar especial atención a partidas macro para eventos de promoción de la ciudad y, más importante que esto, habría que tener muy en cuenta que Gijón es una ciudad aun a medio hacer en lo que tiene que ver con dos aspectos esenciales: su urbanismo y su movilidad. En este sentido, debería emplearse esfuerzo y dinero en repensar la ciudad. Repensar que, a lo mejor, fundir el dinero en eventos más bien festivos es un poco una falta de respeto a la propia ciudad y, según como se mire, una ordinariez propia de los que ignoran que Gijón primero debería ser una ciudad en la que vivir fuera posible y ya de paso agradable, y después si acaso, que vengan los turistas a apreciarlo y a comer aquí.
Es lo que hay….por ejemplo no se que pensará la gente de que el dinero del Principado de Asturias se derroche pagandote un sueldin para que des paseinos hablando del urbanismo en Asturias sin ser ni siquiera arquitecto técnico.
Se están malgastando recursos de Asturias que podrían ser empleados en vivienda para jóvenes, sanidad,….
Ah bueno pero como ye dinerin pa ti es una inversión progresista.